Análisis de Namco Museum DS (NDS)
Namco es una de las compañías que más tiempo lleva en la industria del videojuego, y también una de las que mejor se ha adaptado a las nuevas tecnologías y tendencias. Aún hoy sorprende la calidad e innovación de sus títulos, como podemos ver en las últimas entregas de Time Crisis, Soul Calibur o Ace Combat, títulos punteros en el mercado de hoy en día. Pero aún así, la compañía se niega a olvidar un pasado lleno, a su vez, de esplendor, en el que sus máquinas recreativas triunfaban en medio mundo.
Así, Namco Bandai ha decidido sacar al mercado una nueva recopilación de algunos de sus grandes títulos de la década de los ochenta, época en que la industria del videojuego empezaba a aflorar como una de las más importantes industrias del ocio. Y la plataforma elegida en esta ocasión es la portátil de doble pantalla de Nintendo, consola que, por otro lado, ya ha visto en su catálogo varias series de recopilatorios de juegos antiguos y máquinas recreativas de antaño, todas con resultados bastante satisfactorios.
Eso sí, sin olvidar que las series de grandes clásicos van claramente enfocadas a un público muy determinado: el de los jugadores nostálgicos- o, como mínimo, el de los jugadores con un fuerte interés por el pasado…
Clásicos inmortales.
En esta ocasión, los títulos llamados a la resurrección en la portátil de Nintendo son siete: Pac-Man, Galaxian, Galaga, Xevious, Mappy, The Tower of Druaga y Dig Dug II. La selección es más o menos variada, ya que algunos de los juegos son bastante similares entre sí, y cuenta con algunos títulos menores o poco conocidos en territorio occidental, como Dig Dug II o The Tower of Duagra. No obstante, no deja de ofrecer algunos grandes títulos como Pac-Man, Galaga o Xevious, con los cuales a buen seguro podremos disfrutar durante unas cuantas horas de juego, recordando emotivamente tiempos pretéritos.
Además, contamos con un añadido estrella: el genial Pac-Man VS, que ya viéramos para Game Cube, y que podremos disfrutar en partidas de hasta cuatro jugadores con una única tarjeta de juego, en las que uno de los jugadores controlará al singular comecocos, mientras los otros tres intentarán darle caza en la piel de los simpáticos fantasmillas del juego. Por otra parte, tenemos la opción de compartir los diferentes juegos que componen el título con otro jugador que disponga de la Nintendo DS, aunque en esta ocasión las posibilidades multijugador quedan reducidas a competir uno contra otro en partidas individuales, alternando entre jugador y jugador cada vez que uno de ellos pierde una vida. Esta opción podemos también disfrutarla con una única consola, pasando la Nintendo DS de jugador a jugador cada vez que perdamos una vida, como en aquellos tiempos hiciéramos con el mando de las recreativas en cuestión.
En cuanto a las recreativas que componen el título, abarcan diferentes modalidades y tipos de juegos. Tenemos, por un lado, los mata-marcianos clásicos, como Galaxian o Galaga, en los que nos enfrentaremos a hordas interminables de enemigos en pantallas estáticas, e iremos superando niveles idénticos entre sí hasta que nos quedemos sin vidas o hasta que se acaben, literalmente, los niveles el juego. O el singular Xevious, uno de los primeros en desarrollar el concepto de juego mata-marcianos, ofreciendo una aventura de desarrollo vertical en la que manejamos una nave frente a un ejército alienígena al que, por supuesto, deberemos destruir.
Por otra parte, tenemos a Pac-Man, un clásico sin precedentes que prácticamente no necesita presentación. En él, manejamos a un hambriento personajillo con el que deberemos de comernos todos los puntos dispersos por los diferentes niveles de juego, evitando a su vez ser atrapados por los fantasmas que nos perseguirán sin descanso. El comecocos de toda la vida, vamos.
Contaremos también con Mappy, un juego de plataformas en el que controlamos a un ratón policía que deberá recuperar todos los objetos robados por unos singulares ladrones gatunos, saltando de una plataforma a otra impulsados por diferentes trampolines, y evitando ser atrapados por nuestros enemigos huyendo de ellos o aplastándolos con las diferentes puertas dispersas por la pantalla. O Dig Dug II, secuela de un gran juego de Namco, en el que debemos de deshacernos de nuestros oponentes inflándolos hasta hacerlos reventar, o taladrando diferentes zonas de cada isla en la que se desarrollen los diferentes niveles del juego para hundirlas irremediablemente en el mar, arrastrando a su perdición a los enemigos que se encuentren transitando por encima de ellas.
Y, por último, The Tower of Druaga, un laberíntico juego en el que controlaremos a un aguerrido caballero que deberá enfrentarse a un sinfín de mazmorras para rescatar a la hermosa princesa de la historia, consiguiendo las diferentes llaves para las puertas de cada nivel, además de los diferentes cofres del tesoro que nos otorgarán objetos necesarios para superar los estadios más avanzados de la aventura.
Como ya hemos dicho, la selección de títulos es bastante acertada, y da una visión amplia de los grandes clásicos de Namco de los años ochenta. Aún así, no se entiende que se hayan incluido títulos como Galaxian, teniendo también a su secuela Galaga, que es netamente superior y cuyo sistema de juego es prácticamente idéntico a su predecesor; Dig Dug II, secuela no demasiado acertada de un gran juego de Namco; o The Tower of Druaga, el cual es, todo hay que decirlo, bastante aburridote, aparte de prácticamente desconocido en occidente.
Por otra parte, Namco podría haber pensado en una reedición de estas recreativas con algunas mejoras a nivel técnico, con lo que podrían haber acercado algunos de estos magníficos títulos a un sector más amplio de jugadores. Los años no pasan en balde, y en algunos de estos juegos, ciertamente, el paso del tiempo se deja notar más que en otros. Aún así, es de agradecer la inclusión del genial Pac-Man VS, el cual representa todo un respiro frente a tanto monigote pixelado en movimiento y chirrido frenético a modo de banda sonora.
No obstante, donde realmente se han lucido los desarrolladores de Namco Museum DS es en el apartado de opciones de juego en la sección de máquinas recreativas. Mientras jugamos a las recreativas en una de las pantallas de nuestra portátil, por defecto la pantalla superior de la consola, en la otra pantalla contaremos con un suculento menú de opciones, el cual podremos manejar mediante el stylus, y que ampliará exponencialmente las posibilidades del título.
Podremos cambiar, primero de todo, la configuración de la pantalla de juego, pudiendo elegir entre diferentes vistas horizontales o verticales del juego. La verdad es que la que mejor resultados ofrece es la vista original en vertical, con la que deberemos de jugar con la consola puesta de lado. Esto al principio puede resultar un poco incómodo para el jugador, ya que los controles los realizaremos con la cruceta y los botones frontales de la consola. Aún así, una vez nos hayamos acostumbrado a ello, veremos que ésta es la mejor configuración de pantalla, ya que con la pantalla en horizontal los gráficos de los diferentes juegos se achatan y deforman considerablemente, dificultando incluso, en ocasiones, el correcto visionado de la partida.
Podremos también cambiar la configuración de los botones y la cruceta para cada juego, pudiendo elegir incluso si queremos manejar los movimientos de los personajes con la cruceta y realizar las acciones con los botones o viceversa, o cambiar algunas opciones del juego como el número de vidas por partida (os recordamos que, antiguamente, las opciones de continuación entre las diferentes partidas eran inexistentes…) o los puntos necesarios para conseguir una vida extra.
Por último, en lo que respecta a las opciones de configuración de cada juego, contaremos con una serie de opciones
Por último, el juego nos ofrecerá instrucciones acerca de cómo jugar en cada uno de los títulos, y un número importante de pistas para cada juego, como mapas o consejos que nos ayudarán a superar los mismos y poder, así, conseguir acabar los diferentes juegos que componen la recopilación. Por otro lado, contamos con la modalidad de juego
El juego contará, por otra parte, con diversos extras en forma de imágenes de la recreativa original, algunos textos e imágenes de la publicidad del juego, y un curioso apartado en el que podremos escuchar todas las músicas y efectos de sonido de los diferentes juegos que componen la recopilación. Como ya hemos dicho, las opciones son ingentes, y a buen seguro nos tendrán varias horas enganchados a la pantalla de nuestra consola.
Conclusiones.
Namco Museum DS no pretende ser más que una recopilación de grandes clásicos, enfocada a jugadores que deseen llevarse a todas partes los grandes títulos de ayer, aunque con un surtido muy interesante de opciones que lo hacen bastante adecuado también para los jugadores de hoy en día que deseen acercarse a viejas glorias. Aún así, una revisión tanto del apartado gráfico como del sonido de los diferentes juegos no le hubiera sentado nada mal al título, y lo podría haber hecho mucho más asequible a un público que, hoy por hoy, está acostumbrado a productos mucho más elaborados a nivel técnico. Aún así, es un título divertido y notable, que no puede faltar en la colección de cualquier nostálgico que se precie.