Análisis de Maestro! Jump in music (NDS)
Un juego con aspecto de plataformas y corazón rítmico que te hará sonreír con gaviotas y pájaros rosas.
Sara Borondo ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
8
SONIDO
8
NOTA
7
DIVERSIÓN
7.5
JUGABILIDAD
6
Análisis de versión NDS.
Los ritmos musicales se sienten en DS como pez en el agua gracias a la pantalla táctil, y los jugadores ya estamos acostumbrados a golpear y rasgar cuerdas siguiendo las notas musicales. El pequeño estudio francés Pastagames ha probado a investigar en el género mestizo de plataformas musical. El resultado es un juego desigual, con algunos momentos hilarantes, otros entretenidos, algunos muy gratificantes y otros frustrantes.
La historia es irrelevante: pájara conoce pájaro, araña se enamora de pájara y, despechado, roba todas las notas para que pájaro se dedique a recuperarlas. La máxima originalidad de la historia es llamar Presto al protagonista, Bella Bellísima a la pájara y Staccato a la araña malvada. También es cierto que los juegos del género musical no se caracterizan por una historia profunda.
Visualmente Maestro! tiene mucho más interés; desde el regordete pájaro rosa protagonista hasta las divertidas gaviotas italianas de la sección Yellow Allegro, las ondulantes algas que debes seguir con el stick o los alocados pollitos del Oeste cálido de Red Hot Tempo a los que debes disparar, Jump in Music es atractivo para la vista y te llevará por mundos encantadores. Un diseño de aires infantiles pero con estilo y una paleta más que adecuada confieren al título la personalidad necesaria para aguantar las 24 fases (6 niveles con tres temas y un jefe final cada uno) sin hacerse monótono ni aburrido en ningún momento.
Los jugadores novatos tendrán una guía y los experimentados no se aburrirán
Para acceder a los niveles en los que existe alguna dificultad hay que superar el juego en modo fácil. Se trata en realidad de un largo tutorial o demo de lo que puedes esperar del juego, un agradable paseo que te pone en contacto con las mecánicas de juego. De hecho, durante todo el modo fácil tienes la opción de probar cada fase con una guía que te indica qué y dónde pulsar. Esto consigue que Jump in Music sea un título adecuado para todo tipo de jugadores; los más novatos usarán los primeros minutos de juego para acomodarse y los expertos disfrutarán de un paseo que no se hace largo ya que no están las canciones completas en este modo.
La premisa básica es que Presto avanza constantemente con un scroll lateral avanzando sobre unas cuerdas, y tú debes pulsar algunas de ellas en el momento exacto y la dirección correcta para que salte o descienda a otra cuerda inferior y recoja frutas o estatuas que representan la música, por extraño que parezca. Si lo haces mal, una nota roja lo perseguirá y si lo haces bien le seguirán unos pajarillos. En ocasiones tendrás que pulsar varias cuerdas, como en un arpa, o la misma cuerda muchas veces, como en una mandolina, o seguir los ya famosos círculos concéntricos para la percusión.
En realidad, la jugabilidad prácticamente ignora las plataformas, que son casi siempre una simple excusa visual hasta que llegas al modo difícil. Entonces sí debes tener muy en cuenta en qué nivel de cuerdas llevas a Presto para que recoja más notas y no caiga al vacío, y deberás pensar dónde lo llevas al mismo tiempo que pulsas cuerdas muy seguidas y aplastas arañas o golpeas gaviotas.
Podrás cantar a pleno pulmón O Sole Mío o tararear Los 7 magníficos para conseguir más puntos, ya que tienes que tener una B+ como mínimo para poder acceder a la fase siguiente. Durante el juego es fácil saber si lo vas a lograr porque Presto tendrá una corona si tienes la puntuación suficiente. Te suman las frutas y estatuas que recoge Presto en su camino y las notas que aciertas, pero te restan las que se convierten en notas rojas, de forma que a veces tal vez sea mejor dejar pasar una nota y llevar al pájaro por el mejor camino.
Una elección musical excelente que conjuga con acierto temas clásicos y modernos
La selección de la música es uno de los más grandes aciertos de Pastagames. Como acercamiento a los autores clásicos se trata sin duda de una de las mejores elecciones: Beethoven y Dvorak se codean con Madness o The Animals. A veces es irreprimible la sonrisa cuando un dinosaurio se sobresalta en la pantalla superior porque se te ha escapado una nota roja o cuando debes disparar al pollito al ritmo de El Bueno, el Feo y el Malo; son esos pequeños instantes gozosos los que te llevan a seguir jugando sin parar.
Las batallas contra los jefes son una de las partes más aburridas. El mayor aliciente es descubrir de qué tema se trata. Son peleas tipo Simón, en el que tienes que repetir las pautas rítmicas que marcan las arañas secuaces de Stacatto. No ofrece ninguna dificultad más que repetir tres o cuatro sonidos y la dificultad está en la penalización por fallarlos. Son casi interludios relajantes entre fases.
Pero el mayor inconveniente que presenta el título es que la curva de dificultad se convierte en un arebesco. Superarás el nivel fácil prácticamente sin problemas hasta el último tema, pero entonces Iberia de Albeniz se complica de forma incongruente para terminar con un jefe final tan insípido como los demás.
En los primeros temas de la dificultad normal sucede lo mismo, de forma que algunos niveles de dificultad difícil resultan luego demasiado sencillos. Se percibe más como un castigo que como un reto al jugador. Estos vaivenes hacen que Maestro! sea en ocasiones frustrante. El problema se suaviza cuando decides recurrir a los puntos extra por tararear las canciones, pero se supone que cantar debe ser algo opcional y simplemente potencia la alegría musical del juego.
La duración del juego sería corta, pero Pastagames ha incluido el modo Lista, que permite volver a jugar cada tema para mejorar la puntuación, o simplemente por repetir una experiencia divertida, y una tercera posibilidad de tocar cada fase de forma libre, lo que permitirá a los jugadores con más conocimientos musicales a intentar variaciones.
Es loable que Pastagames haya decidido abrir nuevos caminos en lugar de seguir senderos ya trillados del ritmo musical, aunque hubiera sido deseable que fusionara más los dos géneros. Maestro! no pasará a la historia de los videojuegos pero sí es un título digno y con la calidad suficiente. Los más jóvenes lo recordarán con cariño y los jugadores más expertos asumirán el reto de los niveles de dificultad más alta.
Redactora
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