Análisis de Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian (NDS)
Una vez más, se repite el proceso. Acaba de ser estrenada la segunda película basada en la obra de C. S. Lewis, Las Crónicas de Narnia, y al mismo tiempo que se estrena, llega a las estanterías su videojuego. Dado el auge del mercado de videojuegos, los beneficios llaman a la puerta de la productora Disney Interactive Studios, que no puede dejar escapar la oportunidad de abrirse un amplio hueco en el sector lanzando, para todas las consolas, la adaptación de la película Las Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian. El equipo Fall Line Studio se ha encargado del desarrollo del videojuego para todas las plataformas, y su duro trabajo dará los frutos esperados dado el gran número de fans de Narnia. Ahora toca comprobar si el trabajo realizado en la versión para la portátil de Nintendo nos satisface.
Narnia no se encuentra en las mismas condiciones que anteriormente, pues ha decaído bastante, los narnianos ven cómo su tierra cae en picado por medio del mal. Es entonces cuando, en el bosque, el príncipe Caspian se topa con varios seres (enanos y animales) que le guiarán a través de él y le serán de ayuda y apoyo para emprender una aventura en la que el objetivo principal será recuperar el trono que le corresponde al bueno de Caspian, y devolver a Narnia a la normalidad. Normalidad que conocieron los hermanos Pevensie, que un año después vuelven a Narnia, en la que los 300 años que han pasado la han cambiado bastante. El argumento se va desarrollando en el juego de manera correcta, aunque sin alardes, y en muchas ocasiones se nos avisará para que cojamos la Nintendo DS en forma de libro, para que sigamos los acontecimientos leyendo, como si del propio libro se tratara.
De esta manera, cuando nos estemos dirigiendo de una zona al lugar que aparece en la pantalla superior –la pantalla superior alberga un mapa detallado de la zona en la que nos encontramos, representando el lugar en el que nos encontramos y el punto al que debemos dirigirnos para que la aventura siga desarrollándose- podremos ver cómo se mueven los enemigos, que pueden ser soldados, trolls, orcos, e incluso minotauros.
En cuanto se nos acerquen, entraremos en el modo de combate -con un cambio radical de aspecto en el apartado técnico- y tendrá lugar lo que en un principio es el núcleo del juego y el elemento que realmente saca todo el partido a las características de Nintendo DS, pues el stylus hará las veces de nuestra espada –a diferencia del desarrollo normal del juego, en el que nos podremos mover a lo largo y ancho de los escenarios por medio de la cruceta (todo tiene vista aérea), en los combates deberemos hacer uso de la pantalla inferior táctil de la portátil-.
Definir el sistema de combate presente en Las Crónicas de Narnia: El príncipe Caspian no es una tarea demasiado sencilla, pues la única forma de entenderlo es probándolo. Como ya hemos comentado, los enemigos aparecen en el escenario y se dirigen hacia nosotros para comenzar la lucha. Podríamos decir que esta se centra en un estilo similar al de los juegos de rol, es decir, por turnos, pues en un principio hemos de tocar a nuestro personaje con el stylus, y señalar a nuestro enemigo. Sin embargo, a éste le atacaremos cuando bajo él aparezca un halo o círculo de color naranja, cuando entrará en juego nuestro ataque. Para atacar deberemos realizar los mismos movimientos que aparecen en la propia pantalla táctil, a modo de cortes con la espada –en cierto modo similar a lo visto en Ninja Gaiden Dragon Sword-, que pueden ir desde un solo corte a tres. Para realizar todos los cortes de que dispongamos, deberemos estar atentos tanto a la longitud y sentido del corte –pueden estar situados en diagonal- y a la barra de tiempo, pues tendremos un tiempo limitado para realizar el ataque. Si fallamos en el trazo del ataque, cabe decir que será fallido, por lo que cuando se vaya a ejectuar comprobaremos la ineficacia de nuestro trazo con una animación bastante simpática de Caspian –u otro personaje, ya hablaremos- perdiendo la espada a medida que corre hacia el enemigo. Sin embargo, si realizamos correctamente todos los trazos pertinentes, nuestro personaje se acercará rápidamente a nuestro enemigo y le asestará el mismo número de golpes como trazos hayamos realizado con el stylus, quitándole puntos de vida, de tal manera que en varios turnos hayamos acabado con él.
Una vez que hayamos realizado nuestro ataque y haya sido ejecutado por nuestro personaje, el enemigo responderá atacándonos, por lo que se da un sistema de turnos, pudiendo defendernos un poco de sus ataques. Además, el sistema de lucha no acaba ahí, pues podemos hacer uso de todos los ítems u objetos que vayamos encontrando en los cofres –o de otro modo- o a lo largo de nuestro camino por todos los escenarios del juego. Su función será clara, pues con las frutas y alimentos podremos recuperar nuestra salud –muy útil al final de cada batalla, en la que también veremos que nuestro personaje gana experiencia- y con otros objetos podremos hacer un daño extra a nuestro enemigo.
El inventario está a nuestro alcance durante los propios combates, accederemos a él situando el stylus en la esquina superior izquierda de la pantalla táctil, y podremos arrastras los objetos hasta nuestro personaje para curar nuestra salud, o a nuestros enemigos para causarles un daño extra que nos ayudará a salir airosos de las numerosas batallas en las que nos veremos inmersos, pues la lucha por Narnia es muy dura, aunque siempre cabe la posibilidad de escapar de la batalla tocando el cuerno –si pulsamos el cuerno situado en la esquina superior derecha de la pantalla táctil, y soplamos en el micrófono, podremos escapar de la batalla- si estamos cansados y con un nivel bajo de salud.
Si a ello le sumamos que entre lucha y lucha, lo único que debemos hacer es ir de un punto del mapa a otro, nos damos cuenta de que el sistema de juego es bastante vacío y superficial, cosa que hoy en día no es para nada admisible. El hecho de que en algunos momentos nos toque leer no es ningún problema, pues dota al juego de un aire más fantasioso aún, pero puede parecer molesto a más de uno. Al igual, la incorporación de misiones secundarias es de agradecer, aunque aporten más bien poco –o nada- al juego, salvo algunos extras desbloqueables.