Dragon Booster es una serie animada de origen estadounidense de no mucho renombre que, a pesar de haber sido emitida en nuestro país, no ha alcanzado un éxito considerable. En el mundo de Dragon Booster, dragones y humanos conviven cordialmente pero pronto, este equilibrio se ve amenazado por una guerra que podría llegar a destruir el universo por completo. Para evitarlo, el último dragón legendario, Beau, elige a un joven de 16 años de edad llamado Artha Penn para combatir ante el mal que se avecina. Si ya la serie por méritos propios carece de un argumento realmente llamativo y tan siquiera ésta ha gozado de un éxito que pudiera tenerse en cuenta, la adaptación al videojuego no promete llegar mucho más lejos.
El juego pone en escena a los diversos personajes de la serie a lomos de estas criaturas que, juntos, combaten con enemigos mientras tratan de alzarse con el triunfo en cada carrera. Así, una y otra vez. Si has seguido leyendo hasta aquí puede que sea por dos motivos: uno; que seas un auténtico seguidor de la serie, cosa que respetamos, o dos; que tengas cierto interés en este título, así que sigue leyendo para saber si realmente colmará tus necesidades como jugador. Pero veamos qué nos depara Dragon Booster, juego que, a simple vista, puede resultar no muy interesante (algo que no tardaremos en descubrir).
Una vez en él, tras nuestros primeros pasos por los menús –precedidos de una pequeña e insípida introducción al juego-, nos damos cuenta de lo simples y poco llamativos que resulta ser el diseño de éstos pues presentan una interfaz un tanto descuidada, pero es algo que un principio puede resultar irrelevante. Acto seguido, una vez familiarizados con el entorno, echamos en falta la variedad en lo que a modos de juego se refiere. A duras penas cuenta con cinco opciones, cinco que, siendo justos, podríamos dividir en dos: carreras y minijuegos. Y no es que exista una diversidad en cuanto a modalidades de carreras, no, de estas tres opciones basadas en ellas, una corresponde al modo principal en el que tratamos de alcanzar la primera posición ciudad tras ciudad, otra que resulta ser una breve lección de aprendizaje sobre los aberrantes controles del mismo, y, finalmente, una tercera que es ni más ni menos una simple carrera en uno de los distintos circuitos del modo principal. En resumidas cuentas, vienen a ser un único, simple y a la larga (o no tan larga) repetitivo modo de juego, aunque más adelante, comentaremos los otros dos -si es que así pudieran considerarse- restantes: minijuegos y multijugador.
Centrándonos en el desarrollo del modo principal, como viene siendo normal en toda carrera, debemos quedar en primera posición para, poco a poco, avanzar por los distintos (y pocos) niveles, cada uno de éstos con una distinta ambientación y una duración de recorrido que apenas se alarga a más de dos o tres minutos. Las carreras transcurren de una manera sencilla y poco variable: competimos junto a varios corredores más, a los que, con cierta repugnancia, sólo podemos adelantar en el transcurso de la carrera tras acabar con su barra de energía, usando habilidades y mejoras que compramos en la tienda conforme vamos ganando dinero a medida que avanzamos en el desarrollo del juego. La acción sucede en la pantalla inferior de la consola (táctil), mientras que la superior, el único uso que tiene durante éstas es el de mostrar las posiciones de los participantes, armamento e imágenes de los personajes acompañados de pequeños comentarios o recomendaciones.