Análisis de Contra 4 (NDS)
Contra, una de las sagas de acción por excelencia de Konami, comenzó sus andares por las recreativas allá por el año 1987. En Europa vio la luz como Grizor, tanto en las recreativas que llegaron hasta el viejo continente como en sus posteriores adaptaciones a los ordenadores de ocho bits de la época, como el Spectrum ZX o el Commodore 64. A pesar del cambio de nombre, el juego era idéntico en ambas versiones, y uno de los primeros títulos de acción en implementar la opción para dos jugadores simultáneos.
En Contra nos metíamos en la piel de los soldados Bill Rizer y Lance Bean, quienes se enfrentaban en la isla Galuga, una isla ficticia situada cerca de Nueva Zelanda, a un comando terrorista llamado Red Falcon, tapadera de una peligrosa invasión extraterrestre.
La acción del juego nos situaba en el año 2366, y los enemigos contra los que nos enfrentábamos disponían de tecnología armamentística muy sofisticada, aunque nuestros héroes tampoco se quedaban cortos: podíamos utilizar un amplio abanico armamentístico, incluyendo armas láser y armas de fuego de diversos tipos, y para evadirnos del fuego enemigo contábamos con un poderoso salto y la habilidad de agacharnos, movimientos que permitían al jugador seguir disparando a nuestros enemigos en cualquier dirección aún en pleno salto o a ras de suelo.
La saga Contra ha pasado por varias plataformas de consola y ordenador desde su nacimiento. En Europa, la censura hizo que la saga viera cambiado su nombre de pila por el de Probotector, además de realizar algunos cambios en el diseño de los personajes del juego, sustituyendo a guerrilleros y soldados por androides de diferentes formas, colores y tamaños. Pero a partir de Contra: Legacy of War, título publicado para PlayStation y Sega Saturn, la serie retomaría su nombre original en el viejo continente, y así se quedaría hasta la actualidad.
Para la celebración del vigésimo aniversario de la serie, Konami ha decidido traer a la portátil de doble pantalla la nostálgica experiencia de los juegos de acción de antaño, en este magnífico título que bebe directamente de los primeros títulos de la saga. Contando con WayForward Technologies para el desarrollo del juego - compañía que siempre ha tenido muy buenos resultados al programar juegos para consolas portátiles, aunque poco valorada debido a su dedicación a conversiones de franquicias de dibujos animados infantiles -, Contra 4 ha resultado ser un título magnífico, merecedor de llevar el nombre de la saga que ostenta.
Un nuevo Contra, a la antigua usanza.
En esta nueva entrega de la serie, tendremos la opción de elegir entre cuatro personajes principales: los ya conocidos Bill Rizer y Lance Bean, más dos personajes nuevos, conocidos como Mad Dog y Scorpion. Como curiosidad, cabe resaltar el hecho de que Mad Dog y Scorpion, en realidad, fueron los sobrenombres con los que se denominaron a los protagonistas de Contra en la versión norteamericana para la consola de ocho bits de Nintendo, la vetusta NES, en claro homenaje a los inicios de la saga. Y no se queda ahí la cosa: el equipo de WayForward ha aprovechado la ocasión para hacer un homenaje a la saga Contra al completo, haciendo especial hincapié en los primeros títulos de la serie, e incluso añadiendo los dos primeros títulos para NES como elementos desbloqueables durante el juego.
El jugador que haya podido disfrutar de los primeros títulos de la saga, podrá comprobar que Contra 4 bebe directamente de ellos para rehacer el canon establecido por la serie, pero desde la doble pantalla de la portátil. Veremos la jungla de la isla Galuga en una conformación de escenarios casi idéntica a la de los primeros juegos de la serie; los terroristas contra los que nos enfrentemos al inicio del juego serán prácticamente idénticos a los del Contra original; y las diferentes armas, así como los movimientos de nuestro personaje, serán calcados a las primeras versiones del juego. Un regalo de aniversario muy apropiado para una saga que cuenta con veinte años y unos cuantos títulos a sus espaldas.
La historia del juego nos sitúa cronológicamente dos años después de los hechos acontecidos en el título Contra III: The Alien Wars, de Super Nintendo (conocido como Super Probotector en el viejo continente). Nuestros héroes deberán de enfrentarse en esta ocasión a Black Viper, una organización de origen alienígena hermana de la derrotada Red Falcon, de quien buena cuenta diéramos en anteriores títulos de la serie. Como curiosidad, cabe apuntar que Black Viper ya hizo su aparición en el título para Game Boy monocroma Operation C, conocido simplemente como Probotector en Europa.
Básicamente, Contra 4 nos ofrece una experiencia jugable de la vieja escuela del género de la acción y las plataformas. Encontraremos todo lo que nos ofrecieron las primeras entregas de la saga, en desarrollos laterales o verticales en dos dimensiones, fundamentalmente, además de algunas pantallas con la clásica vista desde atrás, que ya observáramos en las primeras entregas de la saga de Konami. El objetivo principal del juego es dar cuenta de todo enemigo con el que nos encontremos, intentando sobrevivir a toda costa por los diferentes mapas y escenarios del juego. Y os lo aseguramos: no resulta en absoluto sencillo, porque la dificultad del juego es endiablada, incluso en la modalidad fácil de juego.
Como en los primeros Contra, moriremos tanto al ser alcanzados por un proyectil enemigo como al tocar a cualquiera de los enemigos humanos o alienígenas del juego. En la modalidad fácil de juego, aún podremos superar más o menos sin problemas los diferentes niveles del juego, ya que, entre otras cosas, dispondremos de las diferentes armas del mismo en su modalidad más potente, según las vayamos adquiriendo durante la aventura. Cabe decir que sólo podremos llevar dos armas a la vez, las cuales intercambiaremos entre sí presionando el botón L, y que al perder una vida perderemos irremediablemente el arma que estemos llevando en ese preciso momento.
Por el contrario, el modo normal ya dispone de una dificultad exagerada, todo un reto para los jugadores más experimentados. Veremos surgir enemigos por todos lados, y sus disparos y proyectiles nos rodearán constantemente, haciendo impacto en nuestro personaje con tanta asiduidad que veremos disminuir nuestro contador de vidas a cero en menos que canta un gallo. Y no digamos del modo difícil de juego, donde la dificultad ya alcanza cotas enfermizas... Aún así, debemos de recordar que se trata de un juego de la vieja escuela, y, además, basado en el desarrollo habitual en las recreativas de la época, cuya dificultad es considerablemente mayor a la de la mayoría de los títulos actuales.
Dispondremos de diversas armas, que obtendremos a lo largo de la aventura destruyendo los objetos marcados con un águila dorada que las encierran, como viene siendo habitual en la serie. Las armas, como ya hemos mencionado, podrán ser mejoradas al adquirir más de un icono del mismo tipo, y van desde rifles láser hasta mísiles, cohetes teledirigidos o proyectiles que se dispersan en todas direcciones. Contaremos también con un escudo que, en caso de ser recogido por nuestro personaje, lo cubrirá de un aura que nos protegerá de varios impactos enemigos. Por otro lado, nuestros personajes contarán en todo momento con un gancho que les permitirá acceder a tramas metálicas que les permitirán desplazarse por el escenario ‘colgados’ por ellas. Éste elemento, novedad en esta entrega de la saga, dará mucho juego durante la aventura, y de su uso dependerá en más de una ocasión el éxito de nuestras misiones.
La acción del juego es frenética y no nos dejará ni un sólo respiro. Dignos de mención son los escenarios del juego, así como los modelos de los protagonistas y del resto de personajes del juego. Si bien la mayoría de los personajes cuenta con modelos de reducido tamaño, la verdad es que respetan bastante el diseño original de la serie, y se ven con bastante lujo de detalles. El color y algunos efectos como las explosiones o los reflejos del agua son también muy destacables, y mejoran mucho la experiencia jugable, dando un margen de espectacularidad mucho mayor a lo que, de otra manera, podría perfectamente haber sido un juego de la época de las consolas de dieciséis bits.
Por el contrario, los enemigos finales del juego nos ofrecerán escenas de gran espectacularidad, tanto a nivel gráfico como a nivel jugable. En este sentido, la puesta en escena de los mismos es impecable, y nos veremos inmersos en escenarios móviles que responden a las acciones de los enormes monstruos a los que nos enfrentaremos, como plataformas que se desplazan al ser destruidas por alienígenas de enorme tamaño, o una escena en la que deberemos de esquivar varios proyectiles de gran tamaño ‘colgados’ de un gigantesco cohete que se desplaza a toda velocidad por el aire.
Contaremos con cinco opciones de continuación dentro del juego, con diez vidas en cada una. En caso de agotar todas nuestras vidas en el empeño, deberemos de comenzar el juego desde el principio. Deberemos superar en total nueve niveles (dos menos en el nivel de dificultad fácil) para completar el juego, combinando los escenarios de plataformas de toda la vida con los ya mencionados niveles de perspectiva trasera, clásicos en la saga Contra, más un par de niveles en los que deberemos de controlar sendos vehículos a toda velocidad.
Por otra parte, una vez completemos el juego en cualquiera de los diferentes modos de dificultad, podremos acceder a los diferentes retos que nos ofrece el juego, en los que deberemos de superar diferentes niveles en condiciones especiales. Superar éstos nos permitirá, a su vez, desbloquear más contenidos del juego, como los ya mencionados Contra y Super Contra de NES, más personajes, o más imágenes y elementos para la galería del juego, la cual a modo de museo virtual nos muestra, entre otras cosas, las portadas de los diferentes títulos de toda la saga Contra desde sus inicios hasta la actualidad.
La música y los efectos de sonido son, a su vez, de notable calidad. La banda sonora del juego cuenta con trepidantes melodías muy convenientes para un juego de acción de estas características, y en ningún momento se hacen pesadas o machaconas, cosa que es muy de agradecer. Por otro lado, los efectos de sonido son excelentes, contando además con algunas expresiones de nuestros personajes en perfecto inglés, en voces digitalizadas perfectamente comprensibles. Contaremos con una paleta sonora variada, con multitud de exclamaciones por parte de los protagonistas y de los diferentes personajes del juego y efectos propios del género de acción, como los resultantes de la multitud de tiros, rayos láser y explosiones que adornarán nuestra aventura.
La jugabilidad es muy buena, y su sencillez es evidente desde el primer instante de juego. Eso sí, el hecho de distribuir la acción en doble pantalla hace que, en ocasiones, perdamos visibilidad en algunos puntos del escenario, debido al punto muerto entre las dos pantallas de nuestra consola. Esto podrá hacer que en ocasiones perdamos alguna vida por no haber visto venir algún personaje o proyectil enemigo, encontrándonos con él repentinamente delante de nuestras narices. Por otro lado, el hecho de poder jugar al juego multijugador mediante la conexión local de nuestra consola es todo un acierto, aunque debamos de disponer ambos jugadores de la tarjeta DS correspondiente. Lástima que no se haya pensado en un multijugador para las versiones desbloqueables de Contra y Super Contra, lo que hubiera hecho ganar muchos enteros al título.
Conclusiones.
Contra 4 es un título para los amantes de los juegos de acción de siempre. No esperéis encontraros un despliegue de las últimas tecnologías en él, aunque en ocasiones resultará muy agradable a la vista, e incluso espectacular en las batallas contra los enemigos finales. Se trata de un título divertido, trepidante y que entretiene, sin más. Eso sí, con una cantidad de elementos desbloqueables y un modo multijugador que lo hacen muy apetitoso, a pesar de la relativa corta duración de la modalidad principal de juego. Un título muy notable recomendado para todos aquellos jugadores que se atrevan con un reto como los de antaño: difícil e inexpugnable como los Contra de toda la vida.