Análisis de Scurvy Scallywags (iPhone)

Ron Gilbert es uno de esos nombres propios y míticos -casi sagrado o totémico- en el subconsciente colectivo de casi cualquier aficionado a los videojuegos. No obstante, semejante posición y cariño, se lo ha ganado con el paso de los años por su propio mérito en el panorama del ocio electrónico. Hablamos, ni más ni menos, que del creador de la saga Monkey Island.

El tiempo ha pasado, y aunque Gilbert se ha mantenido en un segundo plano -su último gran título data de 2010, DeathSpank-, su talento creativo no ha disminuido ni un solo ápice.

Ahora, con la irrupción de las nuevas tecnologías y plataformas táctiles, Ron ha querido probar suerte con lo que sería su primera aplicación oficial para iPhone y iPad. Preparaos para una nueva ración de piratas, diálogos ácidos, jugabilidad intrincada -sí, pese a ser un juego de puzle- y mucha diversión.

Bucaneros, zombis, tesoros, mamuts, espadas y cocoteros

Scurvy Scallywags, de Ron Gilbert y Clayton Kauzlaric -el nuevo partner de Gilbert, y responsable de Beep Games, el estudio que publica la app en iOS-, es un juego del género rompecabezas de ambientación pirata y un tanto caribeña. El título arranca con una divertida introducción, que nos presenta la historia y los dos piratas rivales -nuestro protagonista, y su malvada némesis- de una forma cómica, simulando un teatro de marionetas. Aunque el argumento de Scurvy Scallywags es meramente anecdótico, nos regalará nuestra ración de diálogos ácidos, frases directas e irónicas, y multitud de chascarrillos al más puro estilo Gilbert -de una impronta única-. La lástima, y aquí os vamos haciendo el cuerpo, es que la app está en completo inglés.

Centrándonos más en la jugabilidad, a simple vista, lo cierto es que Scurvy Scallywags para un juego de puzles y piezas un tanto genérico. Pero nada más lejos de la realidad. El título de Gilbert y Kauzlaric, combina el citado género rompecabezas, pero le añade una dosis de dificultad extra al incluir en la fórmula un nuevo número de componentes jugables y características poco prodigadas en un juego de esta índole. De esta manera, Scurvy Scallywags incluye componentes propios del género de rol o los juegos musicales, y los integra, de forma excelsa, en su ADN jugable.

Scurvy Scallywags nos propone, como es habitual, unir hasta tres piezas de un mismo tipo. Combinándolas -mediante el consabido gesto táctil-, estas desaparecerán, otorgándonos una puntuación y haciendo que la línea -tanto vertical, como horizontal-, se desplace. Hasta aquí, todo normal. Las piezas que podemos hacer desaparecer son muy variadas, y cambian en función de la temática y el lugar que visitemos con nuestro barco, con lo que cada nivel, isla o península que visitemos, será un festival de emociones distintas.

Si en la pantalla podemos tener desde un mamut y un iglú a un zombi y una serpiente, en lo que respecta a la jugabilidad, también varía. Cada pieza tiene, por norma general, un efecto único, y una recompensa. Es aquí donde entra el componente de rol en Scurvy Scallywags, ya que nuestro personaje, el pirata -que hemos creado de forma libre al comienzo del juego, y que es francamente personalizable-, está siempre presente en la pantalla, como si de una pieza más se tratase, y le afectan todas las acciones que hagamos en el plano del rompecabezas.

¿Qué queremos decir? Pues que sí, realizamos un montón de combinaciones con las piezas de espadas, nuestro pirata tendrá un mayor poder de ataque, algo ideal para acabar con los enemigos -zombis, demonios u otros piratas, entre otras muchas sorpresas- que también pululen por las pantallas del título. Tendremos que ir protegiéndolo, desplazándolo entre líneas para hacerlo avanzar y recoger botines, o para ponerlo frente a frente a sus enemigos. Este elemento dota de un nuevo cariz a la jugabilidad. Para añadirle una capa más al grado de rol -queríamos hacer un chiste con ron, pero estaba fuera de lugar-, Scurvy Scallywags incorpora cierta personalización en las naves y barcos que utilizamos para navegar por el mapeado del juego -se genera de forma automática y aleatoria según transcurre partida-, y que, mediante efectos positivos pasivos, nos proporcionan ventajas únicas en nuestras partidas y estadísticas.

Conforme vayamos subiendo niveles -tanto en iPhone, como en iPad, ya que la app tiene soporte para iCloud para guardar partidas-, nos daremos cuenta de que Scurvy Scallywags es más que un simple título de puzles, y que su meta-juego, esconde una estrategia diferente para cada partida.

Conclusiones finales

Scurvy Scallywags puede dar la impresión de ser un título simple, pero es una concepción errónea. Es, sin temor a equivocarnos, uno de los juegos de puzles más originales, divertidos y emocionantes de los últimos tiempos, y está completamente trufado de elementos originales en el plano jugable. El talento de Gilbert es patente desde el primer minuto, y eso también es un valor positivo a considerar. Scurvy Scallywags es una aplicación soberbia, casi perfecta. Su dulce mezcla de géneros y características, da como resultado una interesante melaza ideal para el aficionado al buen puzle con sabor a ron y olor a salitre.