Análisis de Lili (iPhone)
Hay juegos y títulos que entran por los ojos. No está bien decirlo -no por nada, si no porque siempre, en el grueso de los jugadores, encontramos a alguien que se lo toma a mal-, pero no debemos avergonzarnos de reconocerlo: hay videojuegos muy bonitos visual y técnicamente hablando, que son capaces de conseguir que nos quedemos completamente absortos por un buen rato. En el caso de iOS en los últimos años, hemos visto como en las plataformas de Apple, se han ido apareciendo algunos juegos de ilustre renombre y aspecto. Es algo lógico, no obstante. Poco a poco, los dispositivos iOS han ganado fuelle, potencia y características suficientes, como para plantarle cara a determinados juegos de sobremesa y portátiles. Si Infinity Blade abrió la senda hace uno años, títulos como Horn y derivados, nos han mostrado la cara más espectacular de los juegos en smartphones y tablets de la manzana.
Por si fuera poca conquista eso de atraer al consumidor y jugador con los gráficos y aspectos técnicos varios, muchos de estos juegos -como los citados anteriormente-, ofrecen además interesantes y consistentes mecánicas jugables ideales para mantenernos entretenidos y pegados a la pantalla durante horas -si la batería lo permite-.
Lili, el juego de BitMonster para iOS, es el último de este grupúsculo de títulos, que consiguen aunar jugabilidad y gráficos, con excelente resultados.
Una aventura en el paraíso
Lili comienza como otros grandes títulos: llegando con nuestro barco a una misteriosa y paradisiaca isla. Los primeros compases del juego nos servirán para habituarnos al control, que es bastante sencillo y automático -algo que nos quitará de problemas en un futuro-, no teniendo que tocar demasiado la pantalla para movernos o mirar alrededor mientras manejamos la cámara. Caminaremos por una solitaria playa, llena de ruinas y enormes piedras mohosas, que ocultan, entre enormes palmeras y frondosas hojas, los restos de una antigua civilización. Desde ese preciso instante, y al igual que nos pasó con el excelente Horn, nos daremos cuenta de que Lili no es una app normal o del montón. La isla de Geos es un enorme entorno selvático, bañado por aguas cristalinas, y habitado por unas curiosas criaturas antropomórficas -de naturaleza robótica-, que nos darán pistas, nos pondrán en tela de juicio, y nos ayudarán a vivir momentos de lo más hilarante.
Nosotros, como Lili, comenzaremos nuestra aventura como una simple estudiante universitaria que busca recopilar tantas flores y plantas exóticas como podamos, pero, casi sin comerlo ni beberlo, nos veremos envueltos en algo mucho más peligroso y profundo. Y es que, pese a que nuestra obligación será la de recoger estas muestras botánicas, acabaremos luchando y tomando parte de un conflicto entre distintas razas de estas criaturas, que sirven y se relacionan entre ellas mediante un curioso sistema de clases. Los diseños de estos simpáticos y bromistas monstruos, reflejan su naturaleza, diferenciándose entre ellos y ayudándonos a catalogarlos a las primeras de cambio. Al comienzo, nos encontraremos con unos denominados "constructores", que parecen encontrarse en el escalafón más bajo, y que son los encargados de enseñarnos como funcionan las cosas en la isla de Geos.
No pasará demasiado tiempo hasta que tengamos un pequeño encontronazo con uno de estos seres, agarrándonos a su espalda y mostrándonos el sistema de agarre y combate, que se parecerá remotamente al visto en Shadow of Colossus, pero entrelazándolo con elementos propios e inherentes a las apps usadas en las pantallas táctiles, como el "cortar" -mientras deslizamos el dedo- diferentes objetos -flores y plantas en este caso- de la espalda del monstruo en cuestión. También nos veremos forzados a correr detrás -o delante- de ellos, esquivando obstáculos -una vez más, tocando la pantalla cuanto precise-. Esta mecánica se repetirá, y mucho, convirtiéndose en el leitmotiv jugable de los combates del juego, que dicho sea de paso, está más enfocado a la exploración que a otra cosa. Los habitantes de la isla nos irán encomendando misiones y objetivos -la mayoría fáciles y sencillos de realizar- con lo que iremos moviéndonos por los escenarios -la isla de Geos es un mundo abierto, solo separado por murallas que dividen las distintas zonas- y ambientes según toque.
Lili es un juego francamente sencillo, y no nos costará nada cogerle el pulso a su jugabilidad. Sí, hay puzles, pero son sencillos, y la mayor parte del tiempo acabaremos recolectando objetos, flores y piezas para nuestro propio uso. Su componente de rol es básico -invertir ciertos puntos que lograremos conforme resolvamos misiones y obtengamos experiencias en habilidades o características tales como rapidez o sigilo-, y pese a que ofrece objetos y plantas por combinar, no termina de explotar como debe dicha faceta.
Quizás lo mejor de Lili, y lo que más nos ha atraído, es su apartado gráfico y artístico. Su diseño visual, es francamente bello, aprovechando al máximo las cualidades del motor gráfico Unreal Engine 3 para ello. Tanto las animaciones de las criaturas y espíritus, como las de nuestra protagonista, están bien generadas y recreadas durante el juego -y mejor todavía en alguna de las escenas de vídeo-, mostrándonos hasta donde llega el detalle de BitMonster por su creación. Lili atesora modelados y texturas en alta definición, que brillan especialmente en dispositivos más modernos, como el nuevo iPad, que gracias a su pantalla, añade un plus extra de espectacularidad a la ecuación. En el tablet de Apple, todo se muestra con mayor nitidez y consistencia, enarbolando de forma clara el nivel de trabajo que aguarda en todos y cada uno de los aspectos gráficos o técnicos de Lili.
Pero el mayor acierto de Lili, es saber y conseguir, al igual que ciertas obras de Nintendo -o el citado Shadow of Colossus- que te ciertas partícipe en el universo donde te encuentras. Que seas una parte, activa o pasiva, de los elementos que te rodean. En los primeros compases de Lili, sentiremos que realmente estamos en un sitio mágico sin explorar, y que por casualidades del destino, debemos ayudar a los habitantes que pueblan la isla. Recorreremos bosques y selvas, pueblos intrincados y llenos de simpáticos personajes, y lucharemos en callejones oscuros y sombríos. Todo en la isla de Geos tiene un sentido y una explicación coherente, y eso para ser un juego de móvil y tablet, es todo un logro. La música raya a buen nivel, y pese a que los doblajes no son malos, creemos que no hubiera estado del todo mal añadir algún que otro cariz interpretativo a los personajes. Ojo, como falta, y grave sobre todo al tratarse de una aventura con tientes de rol, es su falta de traducción a nuestro idioma. Lili no cuenta con traducción al castellano.
Conclusiones finales
Lili es un simpático, absorbente y cuidado videojuego para iOS. Conforma y recrea en las pantallas del iPhone -a partir del iPhone 4 no es compatible con modelos anteriores- y el iPad -todas las generaciones menos la primera de 2010-, un maravilloso mundo paradisiaco que bebe y atesora detalles y guiños a multitud de clásicos anteriores. Su jugabilidad está bien implementada, siendo práctica en dispositivos con pantallas táctiles, aunque peca de simple, y pese a que incorpora varios elementos propios del género de rol, no termina de sacarles provecho. Por lo demás, Lili es una divertida experiencia, impactante a nivel visual y artístico, que agradará a más de un usuario de la plataforma. Recomendada.