Análisis de Sonic Adventure DX Director's Cut (GameCube)
Sonic el erizo. Qué personaje. Uno se pone a pensar qué decir, qué comentar, sobre este carismático mamífero, que no se haya dicho ya. Es difícil. Y lo es porque la mascota de Sega lleva ya varios años al pie del cañón, desde que desembarcase en la que fue su primera aventura en las viejas Master System y Mega Drive, allá a principios de los noventa. Su éxito como alternativa al rey Mario no iba a ser más que un pequeño colofón a lo que iba a venir después; cuatro entregas para Mega Drive, entre las que se cuentan Sonic the Hedgehog 2 –para muchos, entre los que me incluyo, la mejor entrega de la saga-, y dos para la relativamente reciente Dreamcast; entre, claro está, otras muchas más entregas desparramadas por diferentes sistemas.
Precisamente este análisis trata sobre la primera de las aventuras (y nunca mejor dicho, a tenor de lo que indica su propio nombre y se comprueba más tarde en el propio juego) que el supersónico erizo protagonizó en Dreamcast. Su debut en los 128 bits, que suponía uno de los regresos más esperados por toda la comunidad jugona mundial, sin ninguna duda. Sega estrenaba nueva consola tras el sonado fracaso de Saturn, con lo cual había que ponerse las pilas ésta vez si no querían volver a caer en el mismo agujero, del que posiblemente no iban a poder salir en el caso de repetir el error.
Y qué mejor comienzo que paliando una de las grandes equivocaciones de la fracasada anterior consola: la ausencia de una aventura como Dios manda de su mascota por antonomasia. Sí amigos, Dreamcast se iba a estrenar con un Sonic más rápido que nunca corriendo bajo sus modernos chips. En completas 3D. La cosa prometía. La consola, ya sabéis como acabó… Pero eso es otra historia.
Primeramente, aclarar que mi intención es la de analizar este juego, en la mayor medida de lo posible, como un título independiente, y no como un "remake" del Sonic Adventure original; es decir, con vistas hacia los usuarios de Nintendo que disfrutasen de Sonic Adventure 2 Battle (recordemos, título de lanzamiento el pasado mayo de 2002) y no de su primera parte, hasta ahora exclusiva de Dreamcast. Y todo esto, partiendo de la base de que, quien tuviese el privilegio de poseer aquel título en su día, no le es recomendable hacerse con este Sonic Adventure DX Director’s Cut, ya que –no en vano- se trata del mismo título, pensado primordialmente para los fans de Nintendo que deseen revivir las aventuras de Sonic en 3D desde su origen, tras paladear su ya mentada secuela.
La historia es la siguiente. Estamos en el planeta Tierra (por primera vez en un Sonic), y en esta ocasión las intenciones del malvado Dr. Eggman son destruir Station Square para construir en su lugar Robotnikland, con la ayuda de las Chaos Emeralds, fuente de alimentación de su diabólica creación: Chaos. Sonic y sus amigos deben impedírselo a toda costa. Una espectacular intro, en perfecto FMV, da pie a la gran aventura que vamos a vivir. En la secuencia, entre los rascacielos de una enorme ciudad, se deja ver –además de otros muchos personajes, entre los que se cuentan, cómo no, nuestros protagonistas- el ya nombrado Chaos, un ser que va a tener mucho que ver en el desarrollo de la aventura. Y es que, sin ir más lejos, luchando contra él comenzaremos a tomar el control de un Sonic con una apariencia mejorada en cuanto a diseño respecto al original de Dreamcast. Nada, un par de saltitos sobre el enemigo y ya será carne de asador. No antes, eso sí, de ser atacado por el transparente ser desde las alturas y sufriendo así en tus carnes tus primeros problemas con la cámara. Vete acostumbrando, no te vas a llevar bien con ella.
Una vez pasado el susto-sorpresa inicial que supone el enfrentarse a un enemigo como primera cosa que haces nada más comenzar el juego, el Sonic Team nos deleita ofreciéndonos una primera fase que, sencillamente, no tiene precio. Su nombre, Emerald Coast. Una Angel Island en 3D por la que irás a toda pastilla, y en la que el mayor problema que tendrás será el de intentar mantener la boca cerrada ante la asombrosa velocidad y vertiginosidad a la que se desarrolla y la preciosidad del diseño de la fase. Simplemente espectacular. Pero lo que realmente te llamará la atención es el modo en que se nos introduce a la fase; ¿un simple título con el nombre de la fase y a correr? En parte sí. Pero no antes sin observar una pequeña escena en la que aprecias como una avioneta (pilotada por Tails) se estrella en la playa. Tú has de ir a socorrerle. Definitivamente, esto es una aventura.
Pero el título de Adventure no le viene sólo por un pequeño guión introducido entre fase y fase. No. Cada personaje que te encuentres a tu paso tendrá algo que decirte, como en cualquier Aventura/RPG que se precie. Sonic conversando. ¿Quién lo iba a decir en la época de los viejos bits? Pues sí; Sonic conversa, y lo hace hablando, por desgracia, en inglés. Eso sí, el doblaje ha sido llevado a cabo de una forma bastante notable, y el título cuenta, al igual que el original de Dreamcast, con unos subtitulos en castellano, para que nos enteremos de qué va la historia. Pasaría de comentar la cutrez de los mismos, grandes y toscos en unas más que reconocibles fuentes Comic Sans Serif, pero soy cruel.
En cuanto al desarrollo de la aventura, la mejor forma de definirlo es ésta: variado. Sin ir más lejos, tienes a tu disposición nada menos que a seis personajes con los que disfrutar de una aventura completamente independiente para cada uno de ellos. El primero de ellos es Sonic, al que comenzarás manejando y cuyas fases serán primordialmente de velocidad y acción (las mejores, os vamos adelantando). Después, nos encontramos con Tails, cuyo manejo esta vez es de forma directa (con el objetivo de mejorar los tiempos de su amigo Sonic en cada fase) y no montado sobre un robot y disparando a mansalva a modo de "aprieta botones compulsivo", como en Sonic Adventure 2. Knuckles, por su parte, se dedicará a lo suyo: buscar gemas en fases basadas en exploración, que hacen que el ritmo de juego decaiga un poco. Y por último las novedades: Amy Rose (la novia de Sonic), Big the Cat (un simpático y regordete gato que se dedica a la curiosa práctica de la pesca de ranas) y E-102 Gamma, un robot al que manejarás en plan "shooter" en tercera persona. Lo dicho: variedad a raudales, y no sin acompañamiento de calidad.
Centrémonos un poco en hablar de cada uno de los desarrollos de éstas seis aventuras que son las que nos propone el Sonic Team en éste título. De las fases de Sonic no hay mucho que decir que no sepáis u os imaginéis; el erizo azul recorriendo espectaculares tramos a toda velocidad y recogiendo el mayor número de anillos que le sea posible, ya que, como siempre, del número de ellos del que dispongamos va a depender nuestra "vida". Si te quedas sin anillos y eres golpeado por algún enemigo u obstáculo, estás muerto. No descubro nada nuevo, lo sé. En cuanto a Tails, poco más de lo mismo, pero con el aliciente de que el simpático zorrito tiene la capacidad de volar con sus dos colas, y la contra de que no es capaz de alcanzar la gran velocidad de su espinoso colega. Knuckles, por su parte, se sale un poco del ritmo aligerado de los dos personajes anteriormente comentados, y él a lo que se dedica es a buscar Emeralds, ayudándose de su habilidad para hacer ligeros planeos, además de la capacidad para enterrarse bajo tierra para husmear y ver si hay algo de interés. Como he destacado con anterioridad, el ritmo de juego decae visiblemente en las fases protagonizadas por el echidna, pero por otra parte, un poco de calma ante tanta velocidad y acción nunca viene mal. Algunos hasta le llegarán a coger el gustillo a esto de la búsqueda de piedras preciosas.
Pero los personajes nuevos en este juego son tres, y responden al nombre de Big the Cat, Amy Rose y E-102 Gamma. Al primero es al primero que te encontrarás (valga la redundancia) en tu camino, llamándote la atención –te lo aseguramos- el gran tamaño de tan peculiar felino. Y lo curioso es que no es su aspecto su principal extravagancia, sino que te sorprenderás aún más al visualizar su –por llamarla de alguna manera- arma: una caña de pescar. ¿Pescar a quién? A una rana: su amiga Froggy. Un gato intentando pescar a una rana. Para mearse. Y para ello, el Sonic Team nos ofrece un divertido minijuego de pesca que nos recordará enormemente al famoso juego del estanque de Ocarina of Time. Pasemos ahora a comentar las fases de la –supuestamente- novia de Sonic, Amy Rose, posiblemente las de menos interés. En ellas, lo que tenemos que hacer no es otra cosa que llegar antes al final que nuestro mecánico competidor. Para pasar el rato. Por último, tenemos a E-102, un curioso robot que hará que el juego tome tintes de "shooter" en tercera persona, con disparo automático, eso sí. Es algo similar a lo ya experimentado con Tails y Eggman en Sonic Adventure 2. Aburrido, vamos. En resumen, no van a ser las fases de estos tres singulares personajes las que más vas a jugar y degustar, pero no están nada mal como entretenimiento y alternativa a las de los otros personajes.
Hablemos ahora de los gráficos, que hay mucho que decir; empezando por la disponibilidad de un modo a 60 Hz. A priori, los mundos de Sonic Adventure DX son enormes y con un nivel de diseño exquisito; los niveles son más "Sonic" (quién haya probado la saga captará rápidamente a lo que me refiero) que los de su segunda parte y, directamente, son mejores. Son más entretenidos, más bonitos. Pero sobretodo, menos lineales. Por poner un ejemplo, supongo que todos recordaréis la primera fase de Sonic Adventure 2, City Escape. Muy buena (y con un tema musical antológico, dicho sea de paso), pero en el fondo tan sólo recorrías una calle tras otra, y en el único tramo en el que podías sentir algo de libertad de movimientos era en un pequeño descampado con cuatro robots de por medio en mitad del recorrido. En ésta nueva entrega, ya sólo con echarle un vistazo a las Mystic Ruins, te darás cuenta de que tienes más libertad, más espacio para correr a la velocidad de la luz manejando a Sonic. Pero por desgracia -y antes de que me empiece a ir por las ramas- esto se convierte en un arma de doble filo, porque los gráficos, extrañamente, se resienten en momentos puntuales y/o zonas concretas. Tendrás la desagradable sensación de ralentización muy de vez en cuando, una sensación que no existía en Sonic Adventure 2. Y todo esto, tratándose de una consola tan equilibrada y potente técnicamente como es GameCube, lo cual es imperdonable. Tirón de orejas para el Sonic Team.
Pasando ahora a tratar el apartado sonoro, diré que es simplemente sobresaliente, como no podía ser de otra forma. Y es que en todas y cada una de las entregas protagonizadas por el erizo de Sega, el Sonic Team nos ha brindado un apartado musical de lujo, un auténtico deleite para nuestros oídos con cada tema que se activa durante el desarrollo de la aventura, y que puedes disfrutar cuando te plazca gracias a la genial idea de introducir el Sound Test correspondiente en el menú de opciones, al igual que en Sonic Adventure 2. Y este Sonic Adventure no podía ser menos. Mención especial al sonido que oirás a cada salto que Sonic realice… Te sonará, seguro.
Pero no sólo de virtudes puede presumir este juego. Como ya comenté al principio del artículo, la cámara que nos hará ver correr a Sonic, volar a Tails y pescar a Big Cat, entre otras muchas escenas, no va a ser precisamente una buena consejera, porque, digámoslo así, a veces parece que tuviese vida propia. Y es que no me explico para qué puede servir la posibilidad de moverla a nuestro antojo si, en cuanto realizamos el más mínimo movimiento hacia cualquier lado, la misma se vuelve a colocar en el lugar que estaba predefinido. Así de simple. Pero esta incomodidad se podría pasar por alto si no fuese porque en ocasiones (demasiadas ocasiones), la misma te deja, sencillamente, vendido. Que no os extrañe ver la pantalla sin personaje alguno de vez en cuando; avisados quedáis. Por suerte, estos pequeños percances quedan relativamente sanados por un control que, para tratarse de la filosofía del juego con la que cuenta el título (correr a toda velocidad), está bastante bien ajustado. Hacerse con el control de Sonic será cuestión de toquetear un poco el pad, no más.
Y ya antes de terminar y dar la valoración final al título que nos ocupa, hemos de aclarar que esta versión de GameCube cuenta con algunas novedades respecto a la versión DC. Además del lavado de cara que han sufrido los personajes, que ahora lucen con mucho mejor aspecto que en la versión de Dreamcast, nos encontramos con minijuegos nuevos y, como gran novedad, la posibilidad de conseguir 12 juegos de la extinta portátil Game Gear en su interior. Todo esto, además del inmenso mundo de posibilidades que nos ofrecen los pequeños Chaos para divertirnos durante horas y horas, a caballo entre nuestras GCN y GBA. Suena interesante, ¿verdad?
En fin, que como conclusión de un juego al que llevaba tiempo con los deseos de hincarle el diente, decir que este Sonic me ha impresionado. Ciertamente, ha superado mis expectativas, que no eran bajas precisamente. ¿Por qué? Simplemente, porque Sonic Adventure, o Sonic Adventure DX Director’s Cut ahora en GameCube, es mejor que su secuela, aparecida ya anteriormente en la cúbica consola de la Gran N. Este Sonic es más trepidante, emocionante, espectacular, y sobre todo, más "Sonic" que Sonic Adventure 2. Así que no os lo penséis dos veces; si eres fan del erizo más rápido que jamás haya existido, y no disfrutaste de su debut en las tres dimensiones por no confiar en Sega y su proyecto Dreamcast, ésta es una buena oportunidad para redimir tu error. Quizás incluso una vez acabado sientas la llamada de una tal Mega Drive…