El Tony Hawk de las bicis
De un tiempo a esta parte se ha convertido, por suerte o por desgracia, en frecuente el uso de licencias de motores gráficos en un gran número de los géneros del sector. Raro es el First Person Shooter que no se base en el motor de algún otro conocido juego (generalmente Quake III o UT), lógicamente aplicando teóricas mejoras para tratar de venderlo como algo revolucionario; los juegos deportivos, o hasta las aventuras en tercera persona, por citar sólo algunos géneros, también sufren de un abuso de dicho aprovechamiento de motores gráficos (¿quién ha dicho Tomb Raider?). Y es que aunque normalmente su uso resulte en títulos tremendamente parecidos gráficamente y que apenas sorprenden, es la manera más sencilla y práctica (que no económica) de evitar un largo y tedioso periodo de desarrollo que consiste en crear y optimizar un motor gráfico totalmente nuevo y partiendo de cero. Por lo que, mediante las últimamente tan traídas y llevadas licencias, todo se reduce a depurar el código y adaptarlo al juego en cuestión, añadirle lo que se desee, y listo estará para ser vendido como una revolución. Lo que, por otra parte, generalmente induce a sonoras decepciones: esto es, los temidos "clones". Pero eso es otra historia…
En cuestión de los juegos de deportes extremos, ese subgénero de tan creciente popularidad abanderado por el casi mítico Tony Hawk’s Pro Skater, la verdad es que Activison con su división O2 (dedicada a este tipo de juegos) y sus famosas sagas domina claramente el mercado; aunque hay un deporte en el que al juego de Activision (Matt Hoffman’s) le ha surgido un competidor: Dave Mirra, el campeón del mundo de BMX (bicicletas de competición), es quien da su nombre (y cara) a este título de Acclaim que ya ha pasado por Playstation, PS2, XBox y pronto lo hará en GameCube, y que ahora aterriza en GBA dispuesto a arrebatarle el primer puesto en cuanto a deportes extremos que aún ostenta Tony Hawk’s en la portátil de Nintendo.
Dicho sea de paso que lo de las licencias venía porque quien escribe estas líneas realmente pensaba que el motor gráfico de Dave Mirra estaba construido a partir del de Tony Hawk’s 2 de GBA, por su tremendo parecido. Y, claro está, enorme fue la sorpresa al descubrir que se trataba de desarrolladoras distintas.
Aún y eso, y a modo de opinión personal, resulta francamente improbable que Full Fat (desarrolladores de Dave Mirra) hayan creado su juego sin basarse o partir -por no decir copiar por completo- del genial título a cargo de Vicarious Visions.
El Tony Hawk de las bicis… nunca mejor dicho
Porque lo cierto es que si en las consolas de sobremesa el parecido a nivel gráfico y sonoro entre ambos juegos (Tony Hawk y Dave Mirra) ya resultaba notable aun y tratarse de compañías desarrolladoras distintas, en este caso la similitud es aún mayor. Mucho mayor. Lógico teniendo en cuenta que se trata de una consola portátil, y que la vista isométrica debe mantenerse pues de lo contrario la esencia del juego no permanecería, pero... el grado de parecido es extremo. Recordemos que el desarrollo de Dave Mirra es el mismo que Tony Hawk (recorrer con nuestra bici escenarios llenos de rampas, saltos, y obstáculos haciendo las mejores peripecias posibles) con la única diferencia del soporte que utilizamos para ello.
Y como ya hemos comentado, el parecido entre el juego de Vicarious Visions y éste en sus versiones portátiles va mucho más allá. Y es que aunque desde Full Fat aseguren que este juego no tiene nada que ver con el aparecido hace ya un año Tony Hawk’s 2, la verdad es que son… idénticos.
Mismos gráficos, mismo sonido
Idénticos en gráficos. Ambos presentan lo que presenta este Dave Mirra Freestyle BMX 2: medianamente grandes escenarios repletos de saltos, plataformas, rampas, half-pipes, barandillas, y demás objetos, que debemos recorrer uno por uno alcanzando todos los objetivos posibles. Para ello, y como es lógico, se utiliza la misma mecánica, los fondos pre-renderizados junto con los personajes modelados con polígonos, bastante detalladamente, y con sus respectivas bicicletas. Sirva como apunte que al caer al suelo realizando una acrobacia o saltando, mientras el personaje esté en el suelo, la bicicleta tiende a desaparecer completamente, volviendo a aparecer ya lista para ser montada de nuevo por el biker. Curioso, cuanto menos… Ironías aparte, el juego transcurre a una velocidad óptima, también parecida a la de Tony Hawk 2. Y si estamos acostumbrados a éste, no tardaremos en absoluto en acostumbrarnos a la vista isométrica de Dave Mirra, pues es la misma solo que con algún problema más (sin demasiada importancia) en algunos ángulos de cámara.
Idénticos en sonido. Pues Dave Mirra también cuenta con esas melodías instrumentales, quizás demasiado repetitivas en ocasiones, pero que, aún sin sorprender ni deslumbrar por su calidad, tampoco desmerecen. Entre rock, música electrónica, y demás, podremos escoger las melodías que queramos durante el tiempo de juego, aunque puede que al final nos cansemos de ellas y optemos por dejar tan solo los efectos de sonido, que por desgracia no pasan de correctos.
Misma jugabilidad
Idénticos en jugabilidad, también. En la manera de controlar nuestro biker, en las piruetas que podemos realizar –salvando las distancias-, y en general en la sensación general que el juego transmite. Podremos realizar saltos, podremos "grindar", recoger objetos… todo a bordo de nuestra BMX, y con los mismos controles que en Tony Hawk’s 2, esto es, basando el control principal en el pad direccional y en los botones A y B, y dejando los R y L para los combos y piruetas especiales al utilizarlos conjuntamente en el aire. La única diferencia que encontraremos en este apartado con respecto a cierto juego de skate será que resultará algo difícil adaptarse a la mecánica de Dave Mirra. Más complicado que de costumbre, pues una bicicleta no es un monopatín, y lógicamente tiene una física mucho más importante que el skate. Pero se trata de un percance que con apenas una hora de juego podremos superar, aunque durante esa primera hora las caídas serán frecuentes, muy frecuentes.
En definitiva, y para todo aquel que no haya probado nunca un Tony Hawk, la jugabilidad de Dave Mirra será la misma. Esto es, rápida, sin complicaciones, y muy orientada a la espectacularidad y a las ostentosas piruetas. En cuanto cojamos el truco al control, seremos capaces de realizar fantásticas acrobacias, en el aire y con nuestra bici como mayor aliada.
Mismo desarrollo
¡Idénticos en desarrollo y diseño! Y aquí es donde "la similitud" resulta más aplastante y descarada. Tanto, que nos hace pensar en la copia pura y dura. Y es que si no era suficiente el parecido a nivel gráfico, la casi igual música, o los mismos controles, para colmo tenemos los mismos menús en cuanto a elección de personajes, el mismo desarrollo a lo largo del juego (seis escenarios, con 10 objetivos a cumplir cada uno; igual que Tony Hawk’s 2), y ¡hasta los menus de pausa durante el juego son iguales! Idénticos, de nuevo. Resulta hasta grotesco.
Tampoco distan mucho los modos de juego, aunque en este caso se hayan dignado a cambiarles el nombre (pero tampoco lo suficiente). Así, el modo en el que deberemos ir logrando objetivos en cada escenarios para avanzar de nivel ya no será "Career", sino "Proquest", y los modos de "Session" y "Freeride" permanecerán iguales, pudiendo recorrer los escenarios sin ningún objetivo concreto ni tiempo establecido.
¿Misma diversión?
O menos. Porque como ya hemos comentado, resulta difícil llegar a controlar a fondo este Dave Mirra, al contrario que Tony Hawk; y quizás por el diseño de niveles más acertado y variado de este último, el juego del famoso skater sea más divertido que el del campeón de BMX. Aún y así, y también debido a su igual mecánica, resultará muy gratificante llegar a hacer ‘combos’ de hasta 4 movimientos enlazados, así como recorrer todos los escenarios en busca de los secretos que amplían su rejugabilidad y que ahora comentaremos. En resumen, es un juego divertido, en especial cuando llegamos a dominar bastante los controles y nuestra bicicleta, aunque llegar a ese estado resulte algo tedioso. Si decimos que no resulta tan divertido como Tony Hawk’s es porque en éste el control es mucho más accesible, el deporte más cercano, y sobretodo, en su salida fue un juego que dejó boquiabierto a todo el mundo, puesto que era uno de los primeros juegos de GBA y ya presentaba un apartado técnico increíble.
¡Novedades!…
Bueno, la máxima diferencia entre Tony Hawk’s y Dave Mirra es que en el primero montamos en skate, mientras que en este la espectacularidad recae en las acrobacias que podamos hacer encima de nuestras bicis. Al igual que Tony, cuenta con la licencia oficial, por lo que incluye 12 corredores reales, con sus correspondientes patrocinadores, y sus respectivas bicicletas, cada una de ellas teóricamente distinta de las demás. Además, incluye un hipotético modo multijugador (con 2 estilos de juego) que a la práctica se traducen en una lucha entre dos personas (pero en una misma consola) para ver quien es capaz de conseguir una mejor puntuación, o de conseguir diez estrellas en el menor tiempo posible. Nada de cable link ni cuatro jugadores, por desgracia. La rejugabilidad, por su parte, sí que se ve mejorada en Dave Mirra, y es que Full Fat ha incluido secretos en el juego que sólo podremos descubrir al completar los sucesivos niveles con un segundo personaje. Una introducción que sin duda propiciará la vuelta al juego de cualquier jugador que haya disfrutado del juego una vez completado.
Conclusión
Hemos hecho la mayor parte del análisis comparando el juego con el gran Tony Hawk’s Pro Skater 2 de GBA porque la verdad es que su parecido es realmente sospechoso. Aun así, hemos de valorar el juego como un juego independiente, tenga sus similitudes o no con algún otro juego, pues este deporte aún no había sido abarcado en GBA, y siempre es positiva una primera incursión. Así pues, como ya hemos comentado, quizás tenga una curva de dificultad demasiado elevada, pues si ya era bastante alta en Tony Hawk’s, en éste aún es mayor. Salvando esta dificultad, el juego puede llegar a divertir mucho, resulta suficientemente largo, y aunque no tiene el mismo impacto que hubiese tenido si hubiera salido un año antes, los personajes y las bicis están magníficamente recreados. Lo que decíamos al principio: el Tony Hawk de las bicis. En todos los aspectos, con pocas mejoras, y nunca el dicho será tan cierto como en esta ocasión.