Partiendo de una escena
Desde los comienzos de los videojuegos, las películas han sido siempre una fuente de inspiración para crear juegos. Algunos de ellos han sido buenos, la gran mayoría no fueron gran cosa. Pero ha habido una película que ha causado un auténtico aluvión de juegos basados en ella, y esa película no es otra que Star Wars Episode 1. Ahora sale la conversión para Dreamcast del primer juego basado en la película que salió, un juego que, a partir de 10 minutos que dura la escena del pod racing, ha sabido explotar la idea y crear muchas más posibilidades.
El juego es prácticamente idéntico a las versiones de PC y Nintendo 64, y ese es uno de sus únicos problemas, que al ser una conversión casi exacta, no se han explotado al máximo las posibilidades de la Dreamcast, ya que el juego podría haber sido técnicamente mucho mejor.
De galaxia en galaxia compitiendo
Nuestra misión en el juego, como es de suponer, será la de ir ganando las carreras. A medida que vayamos superando los circuitos, iremos ganando dinero y desbloqueando nuevas naves. Con el dinero que ganemos podremos comprar nuevas partes para nuestro bólido flotante.
El juego posee gran cantidad de circuitos, campeonatos y pilotos con su respectivo bólido, por lo tanto las posibilidades son amplias, y la duración larga.
Entre los pilotos se encuentran los que salen en la película, y por supuesto Anakin Skywalker y su mayor rival, Sebulba.
Técnicamente mejorable
Los gráficos del juego no representan, al contrario de lo que normalmente pasa, un salto cualitativo respecto a las versiones N64 y PC. Son muy parecidos, y se echa en falta un lavado de cara, con nuevas texturas, gráficos más definidos y más polígonos. Sin embargo, aunque la calidad gráfica no sea para quedarse pasmado, el juego se mueve con mucha suavidad.
El sonido es el típico de los juegos de Star Wars. Música de la película, efectos de sonido futuristas y alguna que otra voz digitalizada. Es un aspecto que no destaca pero tampoco desagrada.
Una jugabilidad deliciosa
El único aspecto en el que no se echa en falta ningún cambio es en la jugabilidad, que sigue intacta respecto a las versiones de N64 y PC, y es el mayor punto a favor del juego. Los bólidos de manejan a la perfección, con una ajustada pero convincente curva de aprendizaje, que va a la par que la dificultad.
En definitiva, un juego bueno, sin más, pero que no hace uso de la potencia de Dreamcast como podíamos esperar. Una compra recomendada para los amantes de Star Wars y de la velocidad.