Análisis de Angry Birds Star Wars (Android, PSVITA, PC, Xbox 360, PS3, Wii, Nintendo 3DS, PS4, Xbox One, Wii U, iPhone)
Si Angry Birds, una de las sagas más recientes y con más éxito del mundo de los videojuegos no necesita presentación, ¿la necesita el fenómeno atemporal de La Guerra de las Galaxias? Cuando Rovio y LucasArts anunciaron conjuntamente una entrega de Angry Birds donde ambos universos se fusionarían, el planeta, encabezado por los volátiles fanáticos de las películas de George Lucas, -entre los que nos incluimos orgullosamente- se quedó enmudecido y expectante. La desconfianza, estaba sembrada. El ver un nuevo juego de Star Wars protagonizado por los odiados -por muchos usuarios- pájaros rabiosos, no era un plato de demasiado buen gusto, y menos teniendo en cuenta la naturaleza móvil de la licencia de Rovio -algo que ya para la mayoría, es todo un handicap-. Los antecedentes para desconfiar y renegar ante tamaña mezcla, son muchos y recientes.
Por una parte, tenemos la polvareda levantada por la incesante e inusitada facilidad con la que Lucas vende y empaqueta su amada saga a la primera oportunidad que tiene -recientemente, el cineasta cedió los derechos de explotación e imagen de la franquicia a la Walt Disney Company- y por otra, la imperiosa necesidad que tiene-o tenía- Angry Birds de reinventarse a gran escala -a cualquier precio-.
Semejante coincidencia astral -nunca mejor dicho- no podía salir mejor, y es que el resultado en contra de los pensamientos más pesimistas y agoreros, no puede ser más interesante, adictivo y divertido. Angry Birds: Star Wars es, sin temor a ningún género de duda, la mejor entrega de la saga hasta la fecha.
Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes
Angry Birds: Star Wars, comienza de la mejor manera posible: con la clásica presentación de la saga galáctica. Así, junto a la música de John Williams -que se fusiona con el tema principal de los pájaros de Rovio-, veremos volar por el espacio, y ante nosotros al enorme rótulo que da título al juego. Una vez en el menú principal, todo sigue igual, pero pasado por el filtro de La Guerra de las Galaxias.
Nos encontraremos con la misma distribución de juego, con planetas que harán las veces de mundos -Tatooine, Dagobah y la Estrella de la Muerte- más niveles y futuras áreas -de pago y gratuitas- que se irán desbloqueando paulatinamente. Tatooine, planeta génesis de la saga de George Lucas, hará su habitual papel de introducción, presentándonos la historia y el argumento -que seguirá a grandes rasgos los hechos de Una Nueva Esperanza y El Imperio Contraataca- y ayudándonos a hacernos con las mecánicas -nuevas y clásicas- introducidas en esta entrega. Angry Birds: Star Wars es un batiburrillo muy bien avenido de los juegos anteriores, como Angry Birds Space, del que toma muchos elementos y movimientos, implantándolos con soberano éxito en el universo de las conocidas películas de ciencia ficción.
En Angry Birds: Star Wars, nuestros pájaros protagonistas irán ataviados y caracterizados como los personajes de La Guerra de las Galaxias, con lo que tendremos a Luke Skywalker, Han Solo, Leia, Obi Wan Kenobi... Y un montón de cerdos Stormtroopers imperiales dispuestos a defender sus endebles castillos de chatarra, madera y cristal bajo las órdenes de un misterioso Darth Vader porcino.
Cada pájaro tiene un papel o rol bien claro, contando el rojo con el sable laser de Luke -o de Anakin, según se mire-, el amarillo con la pistola de Han Solo y el negro, con el mismo conocimiento de la Fuerza habitual en Obi Wan Kenobi, por citar unos ejemplos. El objetivo sigue siendo el mismo: derribar todos los cerdos en el menor número de movimientos posibles, lanzando los pájaros contra ellos y consiguiendo la máxima puntuación que podamos. Pese a que la mayoría de niveles mantienen la idéntica estructura terrenal, pronto saltaremos al espacio, observando la fuerza gravitacional de los planetas -algo que se vio en Angry Birds Space y que viene como túnica a jedi en este Angry Birds: Star Wars- y satélites, así como las nuevas torretas de defensa orbitales, que no cesarán de disparar en cuanto nos vean.
Cada área o mundo existente -Tatooine, Estrella de la Muerte, Dagobah y los niveles especiales de R2-D2 y C-3PO-, mantiene su propio estilo visual, sus propias reglas -más las comunes- y sus enemigos habituales, con lo que nos encontraremos con cerdos Tusken -moradores de las arenas- en Tatooine, Stormtroopers marranos en Mos Esley -y un buen montón de ellos en la Estrella de la Muerte-, etc. La dificultad está muy bien ajustada -más que en anteriores ocasiones-, pese a que el juego nos ha resultado algo más sencillo que de costumbre -quizás por culpa de los poderes que atesoran los pájaros ahora-. Eso sí, tantos los niveles de Dagobah, como algunos de R2-D2 y C-3PO, llegan a ser muy complicados, en los que conseguir tres estrellas es un verdadero reto al alcance de muy pocos maestros en la Fuerza. De todas formas, si nos quedamos atascados, siempre podemos tirar de Halcón Milenario y santas y galácticas pascuas. Además, cabe destacar que en Dagobah, nos encontraremos con un antiguo maestro jedi, conocido y venerado por todos, capaz de tergiversar las palabras y el sentido de las frases y que nos ayudará a seguir y entender la senda mística de la Fuerza -Midiclorianos no, gracias-.
Un aspecto galáctico
A nivel gráfico y técnico mantiene la línea de otras entregas -buenas animaciones, escenarios y personajes bidimensionales muy detallados-, pero al estar todo basado e inspirado en las películas de George Lucas, lo cierto es que nos entrará por los ojos de otra manera-. Los escenarios gozan de personalidad propia, los personajes son claramente reconocibles... Todo sabe y se siente parte del universo de La Guerra de las Galaxias, y el fanático y el fan más acérrimo, lo agradecerá -es inevitable no derramar una lágrima al ver los dos soles de Tatooine o los condensadores de la granja de humedad de los tíos de Luke-, sintiéndose motivado a avanzar en el juego para ver que han hecho con este escenario o secuencia mítica de la saga. El sonido le irá a la zaga, con los habituales efectos especiales vistos en las películas.
Conclusiones finales
Angry Birds: Star Wars, reúne todos los elementos que ya hicieron grandes a los anteriores títulos, y los envuelve del reconocido y atrayente toque de Star Wars, que es todo un valor seguro de cara al éxito entre el público más heterogéneo. Este nuevo Angry Birds igual o más divertido que antes y ofrece un montón de horas de diversión, con lo que el fanático o aficionado de ambas licencias -sobre todo si eres un talibán galáctico de tomo y lomo, como nosotros-, debería tenerlo como obligado en su lista de compras futuras para su dispositivo iOS o Android -0,89€-. Nosotros, entre tanto, intentaremos evitar embarazosos contactos imperiales.