Hace tiempo hablamos en VGM sobre Nobuo Uematsu y su larga carrera en la música de videouegos tanto dentro como fuera de Square, comentando por supuesto la etapa en la que estuvo muy ligado a la franquicia estrella del rol japonés. Pero la huella de la serie es tan grande, que unas pocas menciones no son suficientes para cubrir todo el espectro.
Es por eso que con motivo del lanzamiento de Final Fantasy XV, nos gustaría inaugurar el merecido repaso musical a esta saga tan querida, en parte, por las bandas sonoras que han ido dejando Uematsu, Hamauzu, Sakimoto, Nakano, Mizuta y tantos otros genios que pasaron en algún momento por ella al igual que hará ahora la maestra Yoko Shimomura.
Orígenes. Final Fantasy I·II
Todo comienza con una doble escalera de arpegios mayores y menores, una escalera que se entrelaza de manera ascendente y descendente cual ornamento arabesco y que Nobuo Uematsu colocó sabiamente para introducirnos en el universo de Final Fantasy, aquel juego que como bien se sabe salvó a Square en 1987 de la terrible bancarrota en la que anduvo metida. "Prelude" es la antesala a la mágica colección de partituras que veremos, una seña musical indiscutible y quizás la más importante de todas dada su permanencia.
Como prefacio musical que es, debe dar paso al "Opening Theme", que ha venido a considerarse la solemne marcha principal de la saga igual que Dragon Quest tiene su obertura y muchos otros JRPG lo han imitado. En ocasiones veremos cómo estas dos piezas iniciales se han llegado a soldar en una sola. Pero no serán los únicos motivos que pasarían a ser inmortales, porque tan cruciales como esos son la famosa fanfarria "Victory", el inicio de "Battle" y por supuesto el tema "Chocobo", que fue introducido en Final Fantasy II y ha ido sufriendo diversas variaciones a lo largo de la historia de la serie.
Ambos juegos tuvieron además sus composiciones exclusivas. En el caso del primero fue con cortes como "Matoya’s Cave", "Cornelia Castle", "Temple of Chaos", "Undersea Shrine" –que son algunas de las más memorables– o la clásica música del mapeado, llamada en ocasiones "Main Theme". En Final Fantasy II triunfarían "The Rebel Army", "Imperial Army", "Tower of Mages", "Castle Pandemonium", "Dungeon" o su apesadumbrado "Finale". Entre la propia escritura original hay también algunos segmentos que vienen de conocidas obras de música clásica, como es el Lago de los Cisnes en "Tempation of the Princess".
Aunque sus pistas han sido recogidas y versionadas en infinidad de CDs, los más importantes son All Sounds of Final Fantasy I·II, lanzado en 1989 por DataM / Polystar, la Symphonic Suite Final Fantasy de los Hattori –mismo año– o la edición Final Fantasy & Final Fantasy II Original Soundtrack que se preparó al salir las conversiones para PSOne.
Leyenda del Viento Eterno. Final Fantasy III
A la entrada de los 90, y de nuevo sobre las carnes de una Famicom, llegaría la tercera parte de manos de Uematsu. Fue un juego mucho más ambicioso también en lo musical, puesto que la lista de composiciones ascendería a las 44 pistas en un lapso de 54 min, llevando la consola a sus límites y dejando una de las BSO más queridas de ese sistema.
Final Fantasy III empezaría a definir el estilo musical de la saga, siempre a caballo entre el rock progresivo y la música culta. Brillan temas como "Crystal Cave", "Salonia", "Aria, the Maiden of Water", "The Boundless Ocean", las variaciones del tema de batalla, "My Home Town" o el popular "Eternal Wind" que nos acompaña por el mapa. Ya tocando el final nos deja "Let Me Know the Truth", "The Crystal Tower", "The Invincible", "This is the Last Battle" o la clausura con ese "The Everlasting World". Todas ellas fueron recogidas en 1991 en el Final Fantasy III Original Sound Version de NTT Publishing, reeditado varias veces. Del mismo modo fueron lanzados Final Fantasy III Yukyu no Kaze Densetsu (Legend of the Eternal Wind) –un disco arrange con secciones vocales y suites románticas de los temas del juego– y la correspondiente edición de la BSO con el lanzamiento del remake para Nintendo DS en 2006.
Por supuesto al igual que con el resto de entregas encontraremos revisiones de algunas piezas en álbumes recopilatorios, como puede ser el caso de los de The Black Mages, o en los propios directos de la saga. Este título abriría el Potion: Relaxin’ with Final Fantasy.
Claro de Luna. Final Fantasy IV
Entonces al año siguiente se daría el salto a Super Nintendo, un salto no muy bien recibido por Nobuo Uematsu, que terminó quemado porque el equipo de audio tenía que trasnochar en las oficinas de la compañía en la temida fase de programación musical en la que debían lidiar con los canales de la consola para conseguir ajustar las ideas que se habían planteado en la composición. El problema se achacó a la falta de experiencia con el nuevo sistema, pero a pesar de todo el resultado final sería muy bien recibido por todos.
La música de Final Fantasy IV mantuvo una duración casi idéntica a la del anterior título, aunque sería expandida en versiones posteriores. A esa apertura con la pieza "Red Wings" se irían sumando toda una serie de grandes éxitos con el "Main Theme" para el mapa, el tema de "Rydia", "Melody of Lute", "Troian Beauty" y por supuesto ese archiconocido "Theme of Love", sin duda el más importante de todos. También sería clave el tema de "Golbez, Clad in the Dark", "The Big Whale", "Another Moon", "Battle With the Four Friends" o las distintas versiones para los chocobos, que incluyen una samba. El juego termina con "Within the Giant", "The Final Battle" y el apoteósico "Epilogue" de 11 min de duración.
La banda sonora fue publicada por NTT Publishing en 1991 como Final Fantasy IV Original Sound Version, recibiendo posteriormente una revisión en la Final Fantasy Finest Box por el lanzamiento en Game Boy Advance, otra en DS con los arreglos de Junya Nakano y Kenichiro Fukui, y una Remaster Version de 2 CDs en 2013. Para el juego de DS también se preparó una versión vocal del "Theme of Love (Vocal)" con la voz de Megumi Ida, publicada en el single Moonlight -Final Fantasy IV Theme of Love-. Además de dichos álbumes, entre otros recopilatorios, esta entrega ha tenido un álbum de música celta con Máire Breatnach titulado Final Fantasy IV Celtic Moon, un CD con piezas inéditas titulado Minnimum Album y el primero de toda la serie Piano Collections, que presenta excelentes arreglos sobre piano de Shirou Satou que son interpretados en este caso por el pianista Toshiyuki Mori.