En el viejo continente hubo una enorme cantidad de empresas que trabajaron para microordenadores pero que acabaron desapareciendo con la caída de los propios sistemas. De entre ellas, nos falta hablar de una de origen británico que perteneció a aquella época dorada del desarrollo en Europa pero que no llegó a desaparecer del todo, a pesar de que su actividad ha sido muy reducida en los últimos años.
Nos referimos nada menos que a The Bitmap Brothers, la infalible empresa que dominó en especial los ordenadores personales de 16 bits. Esta semana hablaremos de los músicos que colaboraron para sus ambiciosos videojuegos, desde los inicios con un prolífico y conocido David Whittaker hasta los años en los que reclutaron al mismísimo John Foxx y a Richard Jacques para sus bandas sonoras.
La era Whittaker
La historia de The Bitmap Brothers comienza en el este de Londres en el año 1987, con la fundación a manos de Mike Montgomery. El primer paso en los videojuegos lo darían al año siguiente con la publicación del shoot’em up Xenon para Atari ST, Amiga, Commodore 64, Amstrad, Spectrum, MSX y MS-DOS. The Bitmap Brothers empezarían a trabajar con un treintañero David Whittaker, el que sería uno de los compositores más prolíficos de Reino Unido en esa época para microordenadores. La música de Whittaker para Xenon es recordada especialmente en Amiga, su sistema característico.
Antes de terminar 1988, el equipo de The Bitmap Brothers inauguraría su otra saga conocida, que se origina en Speedball. Del mismo modo que con el anterior le encargaron la música al propio David Whittaker, que compuso un vertiginoso tema principal que también brillaría en Commodore Amiga gracias a su dominio del chip PAULA. Ninguno de los dos juegos fue publicado en disco en la época.
El tercer y último encargo para David Whittaker fue la secuela del primero, ese Xenon 2: Megablast lanzado en 1989 para Amiga, Atari ST, Mega Drive, PC-98 o X68000, entre otros sistemas. En este caso la labor de Whittaker sería solo la de programar la música adaptando «Megablast (Hip Hop On Precinct 13)» del grupo Bomb the Bass, en el que militaba Tim Simenon. La canción, basada en el tema principal de Asalto a la comisaría del distrito 13 de John Carpenter, formaba parte del álbum Into the Dragon (1988) y supuso la primera colaboración entre Tim Simenon y The Bitmap Brothers.
Nation 12 y Richard Joseph
En 1990 la música cambiaría ligeramente de autores. De la colaboración con Simenon saldría otra mucho más importante con el músico británico John Foxx, conocido por ser el cantante original de Ultravox. Por aquel entonces la carrera de Foxx se había distanciado de la música, centrada en la fotografía y el diseño gráfico casi desde que abandonara la banda en pos de Midge Ure, el exmiembro de Visage que le sustituiría en Ultravox para grabar el álbum de new romantic Vienna (1980). John Foxx había sacado algún disco en solitario, como Metamatic (1980), pero poco a poco se fue alejando de la escena.
Sería entonces en 1990 cuando Tim Simenon visitara su casa en Highgate y le propusiera colaborar con Bomb the Bass. La respuesta de John Foxx fue clara: «Lo sabes, ya no hago música». Simenon insistió, consiguiendo que Foxx le mostrara unas demos de las que sacarían el tema «Remember» a modo de proyecto paralelo al que llamaron Nation 12. No mucho tiempo después fue cuando Martin Heath de The Bitmap Brothers apareció para proponer a Foxx participar en la música de Speeball 2: Brutal Deluxe. John Foxx compuso un icónico tema de apertura electrónico que refleja el deporte futurista del juego. La pieza fue adaptada al hardware por el compositor Richard Joseph.
El duo de Foxx y Simenon repitió en 1991 con el plataformas Gods, basado en la mitología griega. En aquel título se volvió a utilizar como reclamo en las carátulas originales el rótulo Music by Nation XII. De este segundo trabajo salió la pista «Into the Wonderful», que además de servir de inicio del juego sería recopilada luego en Electrofear (2005) junto a otros temas de la trayectoria de Nation 12. Richard Joseph también seguiría trabajando con The Bitmap Brothers en ese juego —a la vez que lo hacía para Sensible Software y Millenium Interactive— y en Cadaver, lanzado en 1990. En 1993 volvería a participar con Bitmap en The Chaos Engine, uno de sus últimos grandes juegos, y la banda sonora que supondría su colaboración final sería la de la secuela de 1996, The Chaos Engine 2.
La producción de los Bitmap Brothers iría decayendo con el abandono de los 16 bits. Algunas de las canciones fueron apareciendo sueltas en discos como The Best of David Whittaker, pero de manera muy desperdigada. La editorial británica Read-Only Memory —que publicó el imprescindible libro The Bitmap Brothers: Universe— se encargó de editar el año pasado el vinilo recopilatorio The Bitmap Brothers: Odyssey, dejando el único álbum que existe dedicado a la música de The Bitmap Brothers.
