Toda nueva generación suele impregnar en las venas del comprador un irrefrenable deseo de encender por primera vez la nueva consola ante nuestro televisor. El salto generacional que despidió a Sega Mega Drive y Super Nintendo como referentes, no solo terminó con estas dos grandes consolas, sino que barrió casi por completo las 2D.
Llegaron los polígonos, las texturas y los mundos en 3D para dar uno de los saltos gráficos más notables de la historia. Pero con ello, se acabó el scaling para imitar las 3D, se acabaron las limitaciones de memoria con la llegada del DVD y con todo ello, un mundo entero casi dejó de existir, y era casi repudiado, ante las maravillas que todo el mundo disfrutaba, los juegos en 2D se veían arcaicos, y para muchos significaba el fin de una era.
Muchas fueron las compañías que habían trabajado las 2D toda la vida y muchas también fueron las que no se adaptaron a las 3D y echaron el cierre como consecuencia. Grandes sagas dejaron como último juego una experiencia que poco o nada tenía que ver con los originales en dos dimensiones, uno de los daños colaterales de esta generación.
Hubo compañías que siguieron a lo suyo, usando estas máquinas para llevar las dos dimensiones a un nuevo nivel. Pero la mayoría de la gente seguía prefiriendo los motores poligonales, viendo, como decimos, los juegos en 2D como cosas del pasado. Y qué equivocados estaban ¿verdad?
Como el tiempo demostró, las dos dimensiones tenían aún mucho que decir, y hoy día aún siguen teniendo exponentes que nos tuvieron que recordar sensaciones perdidas para muchos. El pequeño problema era que en esta época, consolas como Super Nintendo y Mega Drive ofrecían sus mejores juegos, con las bestias gráficas ya en muchos hogares. Uno de estos casos, fue Vectorman.
¿El último gran clásico de Mega Drive?
Vio la luz en el año 1995 cuando PlayStation y Saturn estaban empezando a sorprender al mundo, y quizás esto sea la explicación de que este juego apretaba las tuercas al hardware de Sega. Vectorman era un juego de plataformas de corte clásico, con gráficos pre renderizados, como ya habíamos visto en Donkey Kong Country.
Vectorman fue la respuesta de Sega a esta genial saga, además de llevar a los 16 bits de Sega a su límite. Vectorman es un Orbot, una mezcla entre orbes y robot, dando como resultado un genial robot de espectaculares animaciones. BlueSky Software, padres de Jurassic Park y Shadowrun para Mega Drive entre otros, fue la encargada de la última saga promocionada por Sega como un triple A.
La historia de Vectorman nos lleva al no tan lejano 2049, año en el que la raza humana a abandonado el planeta tierra debido a los desastres acontecidos en él, y se encuentra en labores de búsqueda y exploración de un nuevo planeta azul.
A cargo de la tierra, dejamos a los orbots, robots creados por orbes y con la misión de reconstruir el planeta tierra. Nosotros nos encomendamos a perpetuar nuestra raza en un viaje estelar sin garantías. Pero Raster (haciendo un guiño a los juegos rasterizados o en 2D) es el orbot más avanzado. y sobrevive a la colisión de un misil nuclear alterando su programación y convirtiéndose en Warhead, un malvado robot que controla a sus congéneres con vara de hierro.
La esperanza somos nosotros ya que las intenciones de Warhead son acabar con los pocos humanos que quedan en el planeta. Vectorman se pondrá manos a la obra e irá en busca del malvado robot, ya que es un humilde recolector de residuos tóxicos cerca del sol y no ha estado bajo la influencia de este malvado ser.
Todo gira en torno a los orbes
Vectorman irá armado con su lanzaproyectiles en la palma de su mano y tendrá un utilísimo doble salto. Los orbots estaban animados de manera asombrosa, ya que estos orbes que conforman los robots se mueven independientemente y juntándose entre sí para crear estos orbots. Los gráficos son un pequeño compendio de lo aprendido en la generación, ya que los planos de scroll, o con efectos sorprendentes cómo la lluvia y los rayos propios de una consola de mayor potencial.
Los sonidos FX cumplen su función y la música raya a buen nivel con melodías de corte, completando un cartucho en el que se nota que Mega Drive fue, es y será una gran consola, gracias a juegos como este. Los jefes finales, de todas las formas y colores, pondrán el broche final, ya que encontrar sus rutinas será tan divertido cómo desafiante.
La recolección de los orbes que encontraremos por los niveles o al derrotar a un orbot será vital ya que una de las características de Vectorman es la capacidad de transformación para superar obstáculos. Esta divertida característica nos hará rompernos la cabeza en más de una ocasión, mientras atravesamos los 16 niveles que componen este primer cartucho.
Uno de los únicos pero es el scroll en los saltos. El sprite de nuestro personaje es grande, reduciendo el espacio visual útil para prever los obstáculos y enemigos, haciendo que en ocasiones simplemente seamos golpeados por ellos al no verlos.
La crítica aplaudió al unísono esta respuesta a la saga Donkey Kong Country, y le dio muy buenas puntuaciones, además de que el público respondió con sus buenas ventas. Entonces llegó Vectorman 2.
La segunda entrega llegó gracias a la insistencia de los fans, que vieron en este plataformas una de las últimas oportunidades de disfrutar de un juego así. Vectorman 2 potenció los puntos fuertes del primer juego cómo eran las escasas armas, y armó a nuestro orbot con nuevas y espectaculares armas y mejoró el scroll, harto necesario ante los mareos de la primera parte.
El juego era continuista, pero con transformaciones algo "sospechosas" como convertirse en un rinoceronte, en una hormiga o un bicho escudo. Las diferencias llegan, por ejemplo, en las transformaciones, ya que en el primer juego, hay tres jefes finales que solo pueden ser derrotados con transformaciones que aparecen en ese mismo nivel, en Vectorman 2 será la forma clásica de nuestro orbot la que hará frente a los grandes guardianes de zona.
Además de esto, Mega Drive vuelve a sudar de lo lindo, ya que Vectorman 2 luce espectacular gráficamente gracias a exprimirla y ponerla al límite con efectos gráficos, como emular efectos de iluminación al disparar, poco habituales en la 16 bits de Sega.
Los 22 niveles se nos harán cortos, ya que la cantidad de secretos y enemigos nos pondrán las cosas difíciles, haciendo que pasarse este juego de cabo a rabo sea una experiencia totalmente recomendable, aún hoy día.
Una tercera entrega estaba siendo desarrollada para PlayStation en 2001, que llegó hasta su triste cancelación dos años después. Las razones son una de las situaciones que empezamos a contar: BlueSky Software iba a realizar un juego en 3D, se dice que un juego en primera persona que lo convertiría en un shooter en el que muchos de los implicados del juego avisaban que no resultaría.
Esta premonición hizo que Vectorman no "ensuciase" su currículo con un salto absurdo a las 3D, empujado por el deseo de ver todos los juegos en su versión poligonal. Pero creemos que la mejor manera de recordar la saga Vectorman es con sus dos juegos en dos dimensiones, que son espectaculares, y no un juego sin alma. Y ahora, pasada casi dos décadas, ¿aún soñamos con un Vectorman 3 en dos dimensiones?