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Una mirada semanal al pasado, recordando grandes juegos clásicos y momentos de la historia del videojuego.

Onimusha: Bravo samurái

Demonios, ninjas y un toque de Resident Evil.

La jugada se veía venir desde que Capcom volvió a registrar la marca Onimusha en múltiples territorios y se confirmó hace apenas unos días, cuando la compañía japonesa anunció el lanzamiento, para el próximo 15 de enero, de una remasterización del primer título de la saga, Onimusha: Warlords, para PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y PC. Ha llegado el momento de recordar cómo se gestó el juego original de PSone, a principios de la pasada década…

Samanosuke tenía el rostro y la voz del actor Takeshi Kaneshiro.

En esta historia vuelve a aparecer, una vez más, la figura de Yoshiki Okamoto, uno de los veteranos más respetados de Capcom, donde lideró el desarrrollo de joyazas como 1942, Gun.Smoke o Final Fight) antes de formar en 1997 su propio estudio, Flagship (una suerte de joint venture de Capcom, Nintendo y Sega). En mayo de aquel año, la revista Dengeki Nintendo 64 entrevistó a Okamoto, quien por entonces estaba trabajando en las posibilidades que ofrecía el 64DD de Nintendo 64. En dicha entrevista habló de una idea que estaba barajando: crear una versión ninja de Resident Evil ubicada en el Japón medieval, en el que el protagonista debía explorar una mansión repleta de trampas y puertas secretas, en la más pura tradición ninja, mientras utilizaba una katana y los shurikens como arma.

Aquella idea cuajó en Capcom, y el proyecto recibiría el nombre de Sengoku Biohazard aunque finalmente sería PlayStation (y no N64 y su 64DD) la consola que lo acogería. Cuando llevaban cerca de un 50% del desarrollo, Capcom decidió detener el desarrollo en PSone para adaptarlo a la nueva y prometedora consola de Sony: PlayStation 2. De aquella primer prototipo solo nos quedan algunos bocetos, pantallas y este estupendo vídeo:

Con el salto a la consola de 128 bits Sengoku Biohazard también cambió de nombre. Había nacido Onimusha (Onimusha: Warlords en Occidente), un proyecto dirigido por Jun Takeuchi y producido por el mismísimo Kenji Inafune (sí, el de Mega Man). El guión del juego, escrito por Shin Yoshida, Noboru Sugimura e Hirohisa Soda (estos dos últimos fundadores de Flagship junto a Okamoto), nos llevaba hasta el periodo Sengoku de la historia de Japón, y más concretamente al año 1560.

El equipo de guionistas partió de personajes y sucesos reales (Nobunaga Oda, Yoshimoto Imagawa, la batalla de Okehazama) pero aportando, por supuesto, un fuerte elemento de fantasía. En el juego encarnábamos al samurái Samanosuke Akechi quien, acompañado de la ninja Kaede, debía acudir al rescate de la princesa Yuki, enfrentándose a las fuerzas, tanto humanas como infernales, de un Nobunaga que ha engañado a la muerte tras hacer un pacto con los demonios.

'Onimusha' combinaba escenarios prerendizados con polígonos, al estilo 'Resident Evil'.

Samanosuke tenía el rostro y la voz del actor y cantante Takeshi Kaneshiro, quien había trabajado previamente en films tan prestigiosos como Chungking Express de Wong Kar-wai y en 2004 formaría parte del reparto de La Casa de las Dagas Voladoras de Zhang Yi Mou. Nuestro héroe no solo era capaz de laminar demonios con su katana, sino también de absorber sus almas gracias a un guantelete mágico. Estas eran de tres tipos: las rojas nos daban puntos para mejorar nuestro armamento, las azules recuperaban la barra de magia y las amarillas la de vida.

En determinados momentos de la aventura también llegábamos a controlar a la ninja Kaede.

La herencia del desarrollo para PSone, por no hablar del legado Resident Evil, estaba muy presente en el entorno gráfico del juego, que combinaba escenarios prerendizados en 2D con personajes y elementos poligonales. Esta fue una de las principales críticas que cosechó el juego en su momento, ya que los jugadores esperaban que el hardware de PlayStation 2 pudiera ir más allá de las cámaras fijas típicas de los Resident Evil, pero hay que reconocer que Capcom cuidó al máximo otros detalles, como el modelado de los personajes y sobre todo el de los jefazos. Además, recurrieron al Motion Capture para dotar al juego de unas animaciones realmente notables.

La carátula japonesa, a diferencia de la occidental, prescindió de la imagen de Samanosuke.

Otro elemento a resaltar era su estupenda banda sonora, compuesta por Mamoru Samuragochi, o al menos eso indicaban los créditos del juego, ya que en realidad fue obra de Takashi Nigaki, quien trabajó de "negro" para Samuragochi desde 1996 hasta que se reveló la verdad a principios de 2014. Aquello provocó un auténtico escándalo en Japón, del que se hizo eco hasta el New York Times.

Onimusha: Warlords debutó en Japón el 25 de febrero de 2001, y no llegaría a Europa hasta julio de aquel mismo año, cosechando unas críticas notables (aquí podéis leer el análisis que le dedicamos en su día) y un notable éxito de ventas, con más de un millón de copias vendidas solo en Japón. En EE.UU. casi llegan al millón y en Europa colocaron 480.000 copias.

Aunque algunos jugadores se sintieron decepcionados por ver en PS2 las cámaras fijas de los RE de PSone, los gráficos del juego eran una preciosidad.

Por aquel entonces Microsoft estaba desesperada por meter el pie en el mercado japonés con su Xbox (los usuarios nipones nunca han aceptado bien el hardware procedente de fuera de sus fronteras), así que Capcom lanzó a principios de 2002 una versión con gráficos mejorados, sonido 5.1 y otros extras (nuevas zonas, jefes y trajes) para Xbox, a la que bautizaron como Genma Onimusha.

Ese mismo 2002 (en Europa hubo que esperar hasta octubre) llegaría a PlayStation 2 Onimusha 2: Samurai's Destiny y un año más tarde la saga también recibiría sendos spin-off: Onimusha Tactics para Game Boy Advance y Onimusha Blade Warriors, un juego de lucha al estilo Super Smash Bros. que incluso incorporó un par de personajes secretos extraídos del universo Mega Man.

Capcom, en su línea, no tardó en exprimir a conciencia la saga con más secuelas y un par de 'spin-off'.

En 2004 llegaría Onimusha 3: Demon Siege, en una delirante trama con viajes en el tiempo que llevaría a Samanosuke hasta el París de nuestros días y de regreso al Japón feudal, y donde formaría equipo con un policía llamado Jacques Blanc, con las facciones y la voz del mismísimo Jean Reno.

Ya habrá tiempo para hablar, en un futuro reportaje y con más detenimiento, de las secuelas de Onimusha (incluyendo el Dawn of Dreams de 2006), porque estamos más que seguros de que acabarán siguiendo el mismo camino que el original y no tardarán en llegar en forma de ports si el público responde.

¿Qué entrega de Onimusha es vuestra favorita? ¿Tenéis intención de comprar el port que saldrá a principios del año que viene? ¿Llegaremos a ver a Jean Reno en PS4, Xbox One y demás? Como siempre, esperamos vuestros comentarios y anécdotas.

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