Disney quiere seguir lanzando películas de Piratas del Caribe, pero la saga no está en buena forma. La otrora buque insignia de la firma del ratón en las taquillas lleva pasando penurias desde su malograda cuarta entrega. Sus últimas secuelas no han contentado a nadie, y los escándalos protagonizados por Johnny Depp, figura y estrella como Jack Sparrow, han hundido un barco que parecía reforzado ante naufragios. Mientras el productor y dueño de la licencia Jerry Bruckheimer deja en el aire la participación de Depp, Disney abre caminos con dos proyectos, en forma de reinicios y secuelas, basados en el universo de Piratas del Caribe. ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué una serie de películas de tanto éxito se ha hundido tanto en los últimos años? ¿Qué cartas guarda la productora?
Cuando piratas conquistaba los mares y las taquillas
Piratas del Caribe lo cambió todo para Disney. La primera película, La maldición de la Perla Negra, se estrenó en 2003 con gran éxito. Aprovechaba el tirón de una de las grandes atracciones de Disney en sus parques temáticos, y permitía abrir nuevos frentes cinematográficos con una saga interesante de la que sacar partido a un género olvidado, las películas de piratas y aventuras.
Con un excelente Johnny Depp como Jack Sparrow, uno de sus papeles más influyentes e importantes de toda su carrera, la cinta nos presentaba una fórmula clásica, que borraba el mal sabor de boca del colosal fracaso de la anterior mega producción de piratas La isla de las cabezas cortadas. Con el apoyo de la crítica, la película logró embolsarse más de 654 millones de dólares en la taquilla, contando con nominaciones a los Oscar por el papel de Depp como el citado pirata. Debido al éxito, y la introducción de conceptos que eran importantes para Disney más allá de las películas de animación, pronto contó con secuelas.
Hablamos de El cofre del hombre muerto y En el fin del mundo, dos entregas más grandes, más ruidosas y con un mayor número de actores y actrices involucrados, que ofrecían la conclusión de una trilogía que buscaba llenar el espacio de los blockbusters épicos dejados por El Señor de los Anillos y copados, por aquel entonces, por la saga Harry Potter de Warner Bros. Fueron grandes triunfos en las salas, pero no llegaron a tener el respaldo de la crítica. Todo quedó cerrado argumentalmente, se contó la historia de Elizabeth y Will Turner (Keira Knightley y Orlando Bloom) y se explotó hasta la saciedad la imagen de Sparrow. Sin embargo, cuando en 2011 se intentó volver a la saga con En mareas misteriosas, todo comenzó a hacer aguas. La secuela devolvía el protagonismo a Jack Sparrow, pero se añadían nuevos personajes, historias y horizontes, ampliando incluso más el componente mágico y mitológico visto en la trilogía original.
Nada funcionó, aunque la cinta no fue del todo mal en taquilla. Sparrow quedaba ridiculizado, Disney arrancaba a ver que Marvel y sus películas funcionaban mejor y el cine cambió por completo. Todo sonaba a reciclado, a spin-off en el que se apoyaron sobre el paraguas de la saga Piratas del caribe para darle más empaque, y la licencia quedó relegada en un cajón. No había interés más allá de las creaciones de Gore Verbinski. Y llegó 2017. Piratas del Caribe: La venganza de Salazar era una película más redonda, más interesante, que intentaba conectar con el legado de Will y Elizabeth, así como con el del propio Jack Sparrow en una historia que parecía más clásica en planteamiento y bastante más cercana a La maldición de la Perla Negra, pero las carencias arrastradas desde El cofre del hombre muerto se habían hecho tan evidentes que la saga estaba condenada a repetir una fórmula harto explotada por aquel entonces.
Dos películas distintas que buscan traer sangre fresca a una saga estancada
Disney quiere volver a los astilleros para construir un barco sólido sobre el que cruzar triunfante de nuevo los mares. En estos momentos, prepara dos películas distintas. Una de ellas estaría encabezada por Karen Gillan, y podría o no contar con Jack Sparrow como personaje secundario. A cargo del guion nos encontramos a dos nombres propios, que revelan la importancia de la licencia y de hasta dónde quieren llegar con ella. Buscando explorar los conceptos básicos del cine de aventuras que se encuentran en las raíces de la saga, ha vuelto a llamar a Ted Elliot, creador de los personajes originales y guionista principal de la serie, así como ha fichado a Craig Mazin (Chernobyl, The Last of Us) para insuflar sangre nueva. Con este reinicio suave o secuela, se quiere poner al frente de la serie a Karen Gillan (Guardianes de la galaxia, Jumanji) como gran protagonista. Se dice que, según los rumores publicados por varios insiders, Gillan interpretaría a Redd, unos los personajes de la atracción oficial de Piratas del caribe en los parques temáticos de Disney.
Por otra parte, la empresa del ratón demuestra que nunca pone todos sus huevos en la misma cesta. Como os confirmábamos en Vandal Random, Margot Robbie sería la protagonista de otro de los proyectos basados en Piratas del Caribe. La estrella de El lobo del Wall Street o Aves de presa, contaría también con la guionista de la cinta de DC Cómics, Christina Hodson, que escribiría el libreto. Desde medios estadounidenses han confirmado que no será un spin-off de la saga original que encabeza Johnny Depp con Jack Sparrow, pero sí que presentará a los espectadores una historia completamente nueva inspirada en la atracción de Disney homónima. Es decir, es otro proyecto independiente, igual de importante para la major y que refuerza la idea de construir una saga más allá de la figura de Sparrow, un poco al estilo de Marvel Studios. Desgraciadamente, la polémica alrededor de estos anuncios y filtraciones, no han sentado demasiado bien a los aficionados. Si bien es cierto que la noticia ha sido bien recibida en términos generales, a muchos no les entusiasma la idea.
Piratas del Caribe debe probar cosas nuevas. Hablamos de un mundo con una mitología rica y variada, un reparto interesante y una serie de elementos únicos en el escenario cinematográfico actual. A poco que se trabajen en los guiones, se busquen historias interesantes y se potencie el estilo tan característico de la ya lejana primera parte, habrá posibilidades de éxito. Pero, pese a los buenos movimientos en la dirección correcta, la compañía se encuentra en una situación difícil. Deben lidiar con un personaje sobrexplotado como Sparrow, pero al mismo tiempo deben tener cuidado con eliminarlo a la ligera por completo de un blockbuster de esta índole. Para muchos espectadores la saga Piratas del Caribe está unida de forma inexorable e indivisible del nombre de Johnny Depp, y borrarlo de la ecuación puede ser un error. Tanto Disney como Bruckheimer deben tener en cuenta la importancia del pirata al mismo tiempo que entregan la antorcha y el arcabuz a las nuevas generaciones.