La nueva trilogía de Halloween podría tacharse fácilmente de innecesaria, pero la verdad es que David Gordon Green ha conseguido darle una vuelta de tuerca a la historia de Laurie Strode y Michael Myers narrando casi los mismos acontecimientos que vivimos en los dos largometrajes originales orquestados por Carpenter, La noche de Halloween (1978) y Halloween II: ¡Sanguinario! (1981) pero desde perspectivas diferentes y con una Haddonfield que tiene muchísimo más peso que antes, haciendo que Strode no sea la única en tener la batuta cantante y dejando espacio para que el mito del Hombre del Saco que deambula por la víspera de los muertos aumente su leyenda. Halloween Kills es precisamente eso, una función por y para la figura de Myers dejando a Strode y compañía en un segundo plano. Mostrando la crudeza real del asesino más allá de tener manía persecutoria por Laurie Strode y su descendencia.
A pesar de que Halloween cuenta ya con trece largometrajes en su haber, siendo una de las sagas de terror más longevas que se han realizado hasta la fecha de la mano con Viernes 13, Gordon Green y su equipo logran en esta secuela de la obra de 2018 (la cual inició esta trilogía que funciona a modo de secuela y no de reboot de la película de Carpenter) que el interés por Myers crezca exponencialmente. Y eso es todo un logro porque el personaje, dicho mal y pronto, está ya bastante trillado y a priori parece que no hay nada más que ver de él.
Ya se ha hablado de su pasado antes, de sus motivaciones, de lo que le convierte en un individuo que es más fuerte que cualquier hombre y es una verdadera máquina de matar imparable. Sin embargo, puede que nunca se haya hecho desde la perspectiva que plantea Green. Es decir, un punto de vista centrado más en la propia esencia del mal, el ADN del mismo, y la encarnación de este a través de la figura de Myers.
Se deja a un lado ese punto de asesino en serie y se empieza a ahondar en el concepto fantástico que rodea al personaje, haciendo que los protagonistas y personajes más destacados de Halloween Kills (que es una verdadera fiesta porque está repleto de caras conocidas) se den cuenta de que realmente tienen en sus narices al mismísimo diablo. Y todo ello narrado y visto desde el mismo punto de vista de los ciudadanos de Haddonfield, que durante esa noche de Halloween que transcurre en 2018 viven en sus carnes cómo Myers despedaza a todo el que se encuentra.
Halloween Kills es una de las más violentas de la saga
Gordon Green ha querido aquí, resumiendo, aparcar más a Laurie Strode para centrarse en el verdadero protagonista de la saga, que es Myers, y eso lo hace mediante una serie de secuencias en las que podemos ver en primer plano la brutalidad del asesino de la máscara blanca. En pocas ocasiones hemos podido contemplar tan de cerca cómo Myers va a la caza de los habitantes de Haddonfield, sin importarte absolutamente nada más que protagonizar un espectáculo gore que sería una verdadera gozada en una versión más joven del 3D, de cuando íbamos al cine a ver la séptima entrega de Saw, allá en 2010, para que esa sangre y vísceras nos salpicase un poco más en la cara y poder vivir la experiencia de pan y circo de un modo más cercano a la realidad.
Halloween Kills es una verdadera masacre que combina el pasado con el presente del personaje mostrando que, desde siempre, su único objetivo ha sido el mismo: hacer el mal. Si bien la Halloween de 2018 ya mostraba unos signos de violencia evolucionados, adaptados a nuestro momento (los espectadores amantes del terror ya han visto todo tipo de muertes en la gran pantalla y hay que buscar nuevas formas de sorprenderles) Gordon Green da un paso más allá y convierte el show de Myers en una especie de “Yo contra el barrio” en el que debe superar todos los enfrentamientos que se plantean contra los habitantes de Haddonfield.
Pocas pegas hay que ponerle aquí al film de David Gordon Green porque hasta se despreocupa de estar exhibiendo unos grandes y complejos diálogos permitiendo que los actores se luzcan en pantalla. Halloween Kills es una película de terror de esencia clásica con un argumento un tanto cogido con pinzas y una historia que ya hemos visto antes, pero con unas set pieces de acción y fragmentos de terror que son para enmarcar dentro de la saga. Aunque por desgracia, y eso sí que habría que rebatírselo a la obra, ese horror queda solo destacado por la crudeza de sus imágenes, no por la tensión o sustos que despliega el conjunto de la cinta. El terror puro aquí pasa a un segundo plano porque, en realidad, Gordon Green comprende que el público que asista aquí es porque conoce a estas alturas la figura de Myers, y eso es totalmente cierto. Pero por otro lado hemos echado en falta esa sombra que Nick Castle sí representó con éxito en la película de 2018, moviéndose como pez en el agua en la oscuridad y apareciendo cuando menos lo esperábamos.
Un paso firme hacia Halloween Ends
Si bien la historia, como decíamos, no es gran cosa aquí (de hecho hasta parece un poco una obra de transición para dar carpetazo a lo que vienen siendo los arcos de Laurie Strode y Michael Myers) Halloween Kills sí funciona correctamente como punto de inflexión para poner toda la información imprescindible sobre el asesino en manos de los espectadores para que estos puedan hacerse una idea sobre por dónde pueden ir los tiros de cara al desenlace final de la trilogía, que tendrá lugar en 2022 si todo va bien.
Halloween (2018) ya hizo grandes esfuerzos en remover cielo y tierra para que nuevos personajes, motivados por investigar a Myers, se encargasen de poner la chispa para iniciar una nueva historia del personaje. Por lo que Halloween Kills simplemente se limita a seguir la marea, a jugar a justificarlo todo a base de flashbacks un tanto absurdos teniendo en cuenta que los responsables de los mismos jamás fueron personajes relevantes en las obras originales y a ofrecer lo que os comentábamos, un relato repleto de ultraviolencia para mostrar que Myers es mucho más que un asesino en serie.
¿Es Halloween Kills un buen film de Halloween?
Sí, eso está más que claro, porque lo único que busca es explicar un poco más el pasado del personaje en esta nueva trilogía (recordad que este ciclo se construye a partir de la película de Carpenter, repetimos) y hacer que el espectador se divierto viendo cómo Myers anda suelto y sin correa por todo Haddonfield, algo que en cierto modo que se introdujo en la película de 2018 pero no se llegó a explotar, puesto que Strode y su familia estaban de por medio y ya sabéis que la conexión entre ambos personajes es prácticamente lo que mueve la saga.
Puede que no sea la mejor de Halloween, desde luego, pero sí cumple de maravilla y ofrece todo lo que se busca de un producto cinematográfico de este calibre, que no es más que un puro entretenimiento para la víspera de los muertos o para pasar un rato con un slasher un tanto subido de tono en lo que respecta a violencia. Ese género slasher, por otro lado, aquí se deja también un poco de lado en el sentido de cumplir las reglas que lo rigen, lo que hace que Halloween Kills sean aún un poco más interesante porque se aleja, en la medida de lo posible, de lo que se suele ver en los mismos (sexo, drogas, alcohol, adolescentes, etc). David Gordon Green continúa con buen pie su paso por la saga, ahora solo queda ver cómo finaliza con una Halloween Ends que hasta introducirá el tema del COVID-19.