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Bill Gates y la vacuna del coronavirus: ¿por qué es la conspiración de moda?

El coronavirus causante de la COVID-19, sigue manteniendo en jaque al planeta. Mientras, los laboratorios luchan por sacar una vacuna a tiempo. Y en esta vacuna, Bill Gates, es la clave.
Bill Gates y la vacuna del coronavirus: ¿por qué es la conspiración de moda?
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Hace unas horas, un nutrido grupo de personas se reunieron en diferentes partes del globo (entre ellas, España) para protestar por la fabricación de una vacuna contra el coronavirus en la que, de una forma u otra, está involucrado Bill Gates, así como para negar la existencia del mismísimo virus. El fundador de Microsoft está siendo el eje de una nueva teoría de la conspiración que ha llegado incluso a relacionar temas tan dispares como las redes 5G, la implantación de microchips o el control mental, todo con el coronavirus como excusa y la vacuna o cura de la enfermedad como vehículo. Según los partidarios de esta teoría, Gates y su fundación, en colaboración con las grandes empresas y los gobiernos, quieren controlar a la población a través de la vacuna que luchará contra la COVID-19. Casi nada.

Si Woody Harrelson o Evangeline Lilly ya mostraron su oposición dentro de Hollywood -un Hollywood que, dicho sea de paso, ama este tipo de movidas-, en España hemos tenido a cantantes y figuras muy conocidas como Miguel Bosé o Enrique Bunbury, que no dudaron ni un segundo en sumarse a las críticas contra el filántropo a través de entrevistas y sus propios perfiles de redes sociales. ¿Por qué se critica a Bill Gates? ¿Qué tiene de ‘verdad’ toda esta nueva oleada conspiranoica? Repasamos los antecedentes e intentamos aportar un poco de contexto a un tema de debate que parece cada vez más absurdo y difícil de seguir.

Bill Gates ya adelantó la llegada de una pandemia de esta escala

Las mentiras no surgen de la nada, y en su mayoría, tienen una pizca o una pequeña base de verdad. Una buena teoría de la conspiración suele ser plausible y generar una ligera duda en aquel que la escucha o lee, y eso es debido en parte al origen de la misma. Una buena mentira debe nacer en algo real, un suceso histórico, un hecho que tiene una explicación confusa o unas declaraciones, que se desmenuzan, adulteran o se sacan de contexto para nuestros propios fines. Y aquí entra Bill Gates y su famosa charla de 2015, en la que el magnate de la informática adelantaba que, si no se hacía nada, el mundo estaba abocado a una pandemia que atacase a gran parte de la población mundial dejando en su oscura cuenta millones de víctimas. Gates estuvo hablando en una viralizada -y nunca mejor dicho- TED Talk sobre el tema, alertando de la falta de actividad en ámbitos de protocolos y seguridad sanitaria por parte de los gobiernos y las principales democracias, y alertando sobre la pasividad de los grandes laboratorios a la hora de desarrollar vacunas que sean efectivas en estas situaciones de alerta.

La conferencia se produjo justo tras la epidemia de ébola que arrasó parte de África y que llegó a varios países -como el nuestro- y que puso en manifiesto la carencia de protocolos reales en emergencias sanitarias de esta índole. Gates lleva muchos años luchando contra la pobreza y las enfermedades en países del tercer mundo, desarrollando sistemas inteligentes de financiación para las personas de menos recursos, comprando ingentes cantidades de vacunas y construyendo programas que permiten a las personas más necesitadas tener acceso a internet o a dispositivos como tablets y ordenadores con los que trabajar o hacer más llevadero su ocio. A través de la Fundación de Bill y Melinda Gates, el antiguo responsable de Windows lleva muchos años intentando hacer del mundo un lugar mejor, y eso siempre genera suspicacias. El pasado 19 de marzo, cuando la pandemia comenzaba a hacer mella en los sistemas sanitarios de todo el planeta, y los infectados por coronavirus comenzaban a colapsar los hospitales de las principales democracias occidentales ante la pasividad de las mismas, Bill Gates fue entrevistado por numerosos tuiteros que le preguntaban qué opinaba de la enfermedad originada en Wuhan y de qué maneras se podría combatir. Y lanzó al mundo una opinión controvertida: la construcción de un chip o certificado digital para informar o alertar de quién está infectado de coronavirus en el mundo del mañana.

Gates adelantó la llegada de una pandemia en 2015, y confirmó que un pasaporte digital ayudaría a detectar infectados

Durante semanas, muchos expertos y científicos declararon que, ante la incertidumbre, era necesario crear una especie de pasaporte que hablase sobre el historial clínico del ciudadano, informando de si pasó la enfermedad, de si desarrolló anticuerpos, etc. Las implicaciones éticas de algo así son enormes, ya que podemos vislumbrar un futuro en el que se discrimina a futuros trabajadores de empresas por su falta de defensas contra el virus o en el que se priorizan a los candidatos que tienen la vacuna puesta. En países como España se está barajando su inclusión, y algunas comunidades autónomas, como la de Madrid, ya han adelantado que están diseñando una especie de cartilla especial para rastrear con mayor seguridad a los infectados o ciudadanos que hayan superado la COVID-19. En aquellos días, Gates habló, específicamente, de chips digitales. Y claro, era la tormenta perfecta: un señor que habló de una pandemia, con muchísimo poder e influencia y que encima, habla de desarrollar la cura. El historial de Gates es muy conocido, ya que fue acusado por los organismos internacionales centrados en la competencia de practicar un monopolio en el mercado del software sin precedentes, así como de realizar innumerables prácticas ilegales a nivel económico.

"Tendremos que diseñar algunos certificados digitales para mostrar quién se recuperó o se hizo la prueba recientemente o recibió una vacuna”, relataba Gates el pasado marzo. Tanto su fundación como la propia Microsoft, durante años, han trabajado en numerosas investigaciones sobre nanotecnología aplicada a todos los campos, incluida la medicina, por lo que muchos interpretaron estas palabras como un canto directo a la inclusión de pequeños microchips en las futuras vacunas o tratamientos contra el coronavirus. La verdad es más decepcionante, ya que el antiguo empresario simplemente habló de una app digital, parecida a la que el gobierno de Pedro Sánchez o la propia China han puesto en circulación, en la que una vez instalada en nuestro teléfono, sabemos si estamos en una zona segura libre de infección o de si hemos dado positivo, alertar a los ciudadanos que tengamos cerca. Simplemente quería informar de la creación de un programa de alerta o de la posibilidad de portar un historial médico accesible desde la pantalla de nuestro smartphone o tablet.

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Todas las teorías de la conspiración tienen una pequeña base de verdad

Al sacar las declaraciones de contexto, influencers norteamericanos, contrarios a la gestión de Gates del asunto, extrajeron algunas de las palabras del antiguo ejecutivo, las modificaron y dieron luz verde a toda una legión de firmes creyentes de la nueva teoría de la conspiración: Gates iba a sacar una vacuna contra el coronavirus con microchips para controlar a la población. Según algunos, una de las principales figuras de la creación de este movimiento fue Bill Mitchell, un republicano recalcitrante y defensor de Donald Trump, así como un tertuliano habitual en programas políticos y de conspiraciones. Mitchell ha estado defendiendo la gestión de la administración Trump desde el inicio de la enfermedad, y ha llegado a decir que prefería usar la famosa hidroxicloroquina antes que cualquier otro tratamiento. Si a eso le sumamos que tiene una gran difusión, y que sus palabras se toman como verdad ipso facto por millones de personas, tenemos un caldo de cultivo brutal.

Bulos y la figura del villano

Bill Gates siempre ha sido un villano. Es el origen de muchísimas teorías, casi todas ellas relacionadas con la salud pública o elementos que causan cierta controversia en determinadas creencias políticas o religiosas. Teniendo en cuenta que antes eran accesibles a una minoría, que se metía en foros concretos o comentaban noticias en páginas web de dudosa calidad, ahora es habitual que se compartan, debatan o amplifiquen con el auge de las redes sociales. Según comentaba BBC, gran parte del contenido se comparte y publica en vídeos públicos de Facebook o se distribuye a través de TikTok, una red que está pegando muy fuerte y cuyo público objetivo es tremendamente joven. De hecho, tanto en la red social de Mark Zuckerberg como en la app de origen chino, se destaca que la Fundación Bill y Melinda Gates ha llegado a probar vacunas en niños en India y África con dudoso éxito, provocando numerosas enfermedades secundarias, muertes y lesiones irreversibles. Todo ello es falso, pero su rastro en internet, escrito con tinta, sigue ahí.

Gates y su esposa han donado más de 300 millones de dólares para la lucha contra la COVID-19

En el citado medio británico, el profesor Joseph Uscinski, politólogo de la Universidad de Miami y autor de libros sobre teorías de conspiración, piensa que Gates es el origen de este tipo de teorías porque es hombre, blanco, rico y poderoso. “Las teorías son básicamente las mismas, solo cambian los nombres y se adaptan a los tiempos que corren”, comenta. “Antes de Bill Gates, eran George Soros y los hermanos Koch y los Rothchild y los Rockefeller”, concluye. El experto añade que, si bien las teorías de la conspiración mueren rápido, las únicas que perduran son aquellas que tienen grandes villanos, enemigos y cuestiones que importan a todos, como la salud, la libertad o el libre albedrío. Sin embargo, desde la propia Fundación, procuran no hacerle caso a este tipo de historias. "Estamos preocupados por las teorías de conspiración que se difunden en internet y el daño que podrían causar a la salud pública", dijo la fundación en un comunicado a la BBC, al mismo tiempo que confirmaban que iban a destinar más de 300 millones de dólares a la lucha contra la COVID-19. "Estoy un poco sorprendido de que las teorías que están surgiendo se centren en mí. En el fondo, únicamente estamos dando dinero, firmamos el cheque... y sí, pensamos en proteger a los niños contra las enfermedades, pero no tiene nada que ver con chips y ese tipo de cosas. Casi te tienes que reír a veces", señalaba el propio Bill Gates al mismo medio, mientras afirmaba que se algunas de las historias le resultaban divertidas pese al serio desafío que supone luchar contra el coronavirus, que según él, terminará en 2021 y más tarde en los países del tercer mundo.

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