En un mercado inmobiliario donde los precios de alquiler y compra baten récords, las casas prefabricadas se consolidan como una alternativa cada vez más atractiva para quienes buscan una vivienda asequible y rápida de instalar. En este contexto, Pineca ha lanzado al mercado el modelo Nicole, una casa de madera de 68 metros cuadrados, tres habitaciones y un precio de partida de 23.330 euros. Su objetivo es claro: ofrecer un hogar completo a un coste que pueda asumir una familia media..
Un diseño luminoso y funcional
La vivienda, fabricada en pino nórdico natural y abeto escandinavo certificado, combina el encanto rústico de una cabaña con un diseño moderno y funcional. Sus grandes ventanales garantizan luminosidad en todas las estancias y su distribución abierta, con salón y cocina integrados, está pensada para aprovechar al máximo el espacio disponible. Para quienes buscan un toque extra de amplitud, el fabricante ofrece la posibilidad de añadir una terraza de 30 metros cuadrados por 2.430 euros adicionales.
Uno de los puntos fuertes de este modelo es su alto nivel de personalización. El comprador puede elegir entre distintos acabados, añadir canalones de acero, cubiertas metálicas o tratamientos antihumedad, e incluso mejorar el aislamiento térmico y acústico con ventanas de PVC y triple acristalamiento. Estas mejoras pueden elevar el precio final hasta superar los 50.000 euros, pero permiten configurar la casa como una vivienda principal de alta eficiencia energética.
Montaje sencillo y rápido
El montaje de la casa está pensado para ser accesible: las piezas vienen numeradas y acompañadas de un manual de instrucciones, lo que facilita que incluso quienes no tienen experiencia puedan participar en la construcción. Aun así, Pineca ofrece un servicio profesional de instalación que parte de 11.870 euros, garantizando que la casa esté lista en unas semanas. El plazo de entrega oscila entre dos y tres meses, lo que supone una ventaja frente a la larga espera de la vivienda de obra nueva.
Permisos y requisitos legales
Eso sí, para instalar la vivienda no basta con colocarla en un terreno: es necesario cumplir con las licencias y permisos urbanísticos exigidos por cada municipio. En la mayoría de los casos, se requiere que el terreno esté calificado como urbanizable y cuente con acceso a suministros básicos como agua y electricidad. Una vez obtenidos los permisos, el montaje es mucho más ágil y limpio que el de una construcción convencional, sin la generación de grandes residuos.
El modelo Nicole refleja la transformación del concepto de vivienda en España: de ser una opción marginal, las casas prefabricadas se han convertido en una solución real frente a la crisis habitacional.















