La arquitectura sostenible sigue encontrando nuevas formas de reinventarse, y uno de los ejemplos más llamativos de este año llega desde Canadá. En la pequeña isla de Keats, cercana a Vancouver, el estudio Daria Sheina Studio y la empresa BC Passive House han levantado The Nest (“El Nido”), una casa prefabricada de 100 metros cuadrados que combina diseño contemporáneo, eficiencia energética y un respeto escrupuloso por el entorno natural. Se trata de una propuesta que une lujo y autosuficiencia en un mismo concepto.
El proyecto sorprendió desde el principio por su compleja logística. La vivienda se ensambló en apenas un par de días, pero llegar hasta ese punto implicó transportar los módulos en camión, trasladarlos por embarcación y finalmente elevarlos con un helicóptero hasta el corazón del bosque. Todo el proceso se realizó con el objetivo de no dañar la vegetación circundante.
Diseño minimalista y vistas entre las copas de los árboles
The Nest cuenta con dos plantas distribuidas en 100 metros cuadrados, revestidas con una fachada de cedro rojo que promete resistencia y durabilidad frente al paso del tiempo. En el interior, los arquitectos han apostado por un estilo minimalista, con abundante madera vista, suelos de marmoleum verde que evocan la textura del musgo exterior y grandes ventanales que inundan de luz natural cada estancia. Los dormitorios de la planta superior ofrecen vistas espectaculares sobre las copas de los árboles.
La relación entre interior y exterior se potencia con puertas correderas elevables que se abren hacia balcones y terrazas, creando una transición casi imperceptible entre la vivienda y el entorno. Este diseño no solo refuerza el vínculo con la naturaleza, sino que también multiplica las posibilidades de uso del espacio, invitando a disfrutar tanto del confort interior como del entorno boscoso. Una cabaña auxiliar y un cobertizo completan la propuesta como extensiones autosuficientes.
Autosuficiencia y sostenibilidad total
Lo que convierte a The Nest en una referencia en sostenibilidad es su independencia total de las redes convencionales. La vivienda se alimenta de energía mediante paneles solares y obtiene agua gracias a un sistema de recolección y filtración de lluvia. A ello se suma un inodoro incinerador, que elimina residuos sanitarios sin depender de infraestructuras externas. Este enfoque permite a los propietarios vivir en completa autosuficiencia reduciendo al máximo su huella ecológica.
Para sus dueños, Chadd Andre y Sean Sikorski, The Nest es más que un hogar de vacaciones: “Es una declaración de principios frente al ruido y la prisa de la ciudad. Un refugio en los árboles que nos devuelve equilibrio mental y físico respecto a la vida en Vancouver”. El proyecto se entiende como un manifiesto vital que busca en la naturaleza bienestar y equilibrio.
