La inteligencia artificial ya no es una promesa futura, sino una herramienta cotidiana para la gran mayoría de profesionales tecnológicos. Un nuevo informe elaborado por el DORA Research de Google, basado en 5.000 encuestas a trabajadores del sector en todo el mundo, revela que el 90 % utiliza IA en su trabajo diario, una cifra que supone un salto del 14 % respecto al año anterior. La tendencia confirma cómo esta tecnología se ha integrado en tareas tan diversas como la redacción de documentación, la generación de código o la resolución de incidencias técnicas.
El dato refleja un cambio de paradigma en la industria, aunque no exento de debate. Figuras como Dario Amodei, CEO de Anthropic, han advertido que la adopción masiva de la IA podría traducirse en un repunte del desempleo. Sin embargo, otros expertos rebajan la alarma y subrayan que la automatización libera a los ingenieros de trabajos repetitivos, aunque la presión sobre los perfiles junior es evidente: según datos de Indeed, las ofertas de ingeniería de software se han desplomado un 71 % desde 2022.
IA en el trabajo
Google es uno de los actores más ambiciosos en este terreno. Con su suite Gemini Code Assist, ofrece desde soluciones gratuitas hasta planes de 45 dólares al mes capaces de generar código y desplegar agentes de desarrollo. Pero la competencia es feroz: Microsoft y OpenAI lideran el pulso con Copilot y ChatGPT, mientras que startups como Replit o Anysphere atraen fuertes inversiones gracias al entusiasmo por la programación asistida por IA.
No obstante, la confianza en los resultados sigue siendo matizada. Según el estudio, confiar plenamente en el código generado por IA afirma solo el 20 % de los profesionales, mientras que el 46 % lo hace de forma parcial y un 23 % apenas confía en él. En la práctica, tres de cada diez encuestados dicen no percibir mejoras en la calidad del código, y otro 31 % admite solo un ligero incremento. El consenso es claro: la supervisión humana sigue siendo indispensable.
Confianza y calidad del código
Para Ryan J. Salva, responsable de las herramientas de programación de Google, el desarrollo asistido por IA se encuentra entre la fase tres y cuatro de un total de cinco niveles de madurez. Esto significa que los modelos ya pueden diagnosticar errores complejos y operar en distintos sistemas, pero aún requieren múltiples “redes de seguridad” y la revisión de un ingeniero humano antes de llevar el código a producción.
El auge de estas tecnologías coincide con un momento delicado para el empleo en tecnología. El Banco de la Reserva Federal de Nueva York reporta que los recién graduados en informática tienen hoy tasas de paro superiores a los de carreras como Historia del Arte o Filología Inglesa. Como resume Salva, la programación es “una industria de modas” y, ahora mismo, la IA es el nuevo estilo que todos quieren probar.















