China sigue dando pasos de gigante. El gigante asiático lleva varias décadas sumido en un progreso constante en la ciencia, el comercio internacional, la tecnología y el panorama limitar. ¿El objetivo? Hacer frente a la supremacía de Estados Unidos con nuevos y revolucionarios proyectos bélicos
Un equipo de científicos chinos, respaldado institucionalmente por Pekín, ha confirmado la viabilidad de un motor hipersónico alimentado por combustible convencional según medios asiáticos. La tecnología, inspirada en conceptos teóricos de hace casi siete décadas, cobra ahora nueva vida gracias a una serie de pruebas realizadas en condiciones controladas que simulan el vuelo a Mach 8, a una altitud de 30 kilómetros.
Durante el experimento, se logró mantener una onda de detonación estable durante más de dos segundos, un hito que podría tener profundas implicaciones para el desarrollo armamentístico del país asiático. Pero, ¿qué es esta tecnología y por qué EE.UU decidió abandonarla?
China prueba con éxito un motor hipersónico de detonación con combustible líquido y reaviva un viejo sueño militar
En diciembre, otro equipo de la Academia China de Ciencias llevó a cabo una prueba preliminar de apenas 50 milisegundos de duración, utilizando queroseno como combustible. En su momento, varios expertos internacionales la calificaron de “experimento de laboratorio sin aplicación inmediata”. Sin embargo, el último ensayo, mucho más robusto, cambia las tornas.

El nuevo motor experimental emplea un inyector central con cuatro boquillas que pulverizan queroseno RP-3 en una corriente de aire supersónica. Esta mezcla, al interactuar con una cuña de 20 grados en el flujo, genera una detonación controlada dentro de la cámara. Las simulaciones numéricas coincidieron con picos de presión de hasta 272 kilopascales tras la ignición, lo que indica un empuje considerable.
“La zona de combustión se mantuvo estable durante los 2,2 segundos de la ventana de prueba efectiva”, explicó el equipo liderado por el investigador Yang Yang. “Estos resultados confirman la viabilidad técnica de los motores de detonación oblicua con inyección interna de combustible líquido”, concluyeron.
No obstante, el éxito técnico no está exento de limitaciones. El propio informe de los investigadores reconoce que el combustible solo penetró un 39 % del canal de flujo —con una altura de 90 milímetros—, lo que dejó zonas exteriores deficientemente alimentadas. El equipo ya ha propuesto varias soluciones: desde rediseñar los inyectores hasta alargar la cámara de combustión para mejorar la mezcla. Nuevas pruebas buscarán refinar estos parámetros y acercar el proyecto a un nivel operativo.

El desarrollo del motor no es un caso aislado. China también está invirtiendo en sistemas de propulsión para proyectiles inteligentes, buscando ampliar el alcance y la precisión más allá de lo que permiten actualmente los misiles sin motor. Con estos movimientos, el país consolida su apuesta por alcanzar la autosuficiencia tecnológica en el sector militar, mientras desafía abiertamente a las potencias occidentales en el terreno de la ingeniería avanzada y la defensa estratégica.