La comunidad científica ha confirmado la naturaleza del objeto 3I/ATLAS: es un cometa de origen interestelar que cruzará el sistema solar sin suponer ninguna amenaza para la Tierra. Fue descubierto el pasado 1 de julio gracias a la red de telescopios ATLAS, diseñada originalmente para detectar asteroides potencialmente peligrosos. A diferencia de los cometas comunes, 3I/ATLAS no está ligado gravitacionalmente al Sol, lo que implica que procede de otro sistema estelar y abandonará el nuestro una vez complete su trayectoria.
Un gigante de 30 kilómetros
Las primeras estimaciones, basadas en su brillo y en las observaciones recientes desde el Observatorio del Teide, sitúan su diámetro entre los 10 y 30 kilómetros. Sin embargo, esa cifra sigue siendo orientativa. La presencia de una coma —una envoltura difusa de gas y polvo— dificulta aún más la determinación precisa del tamaño real.
El momento de mayor proximidad al Sol se producirá el próximo 30 de octubre, cuando el cometa se sitúe a unos 200 millones de kilómetros (1,354 unidades astronómicas). Posteriormente, entre el 18 y el 19 de diciembre, alcanzará su punto más cercano a la Tierra, aunque seguirá a una distancia segura de unos 270 millones de kilómetros (1,8 UA). Por tanto, no se prevé ningún riesgo de colisión ni de interferencia con nuestro planeta.
El hallazgo de 3I/ATLAS lo convierte en el tercer visitante interestelar registrado, tras ‘Oumuamua (2017) y el cometa Borisov (2019). A diferencia del primero, que fue detectado cuando ya salía del sistema solar, este nuevo cometa ha sido localizado en fase de aproximación, lo que permitirá realizar un seguimiento detallado. El equipo del IAC ya ha obtenido imágenes con telescopios como el TST y el TTT, y está prevista su observación con el Gran Telescopio Canarias (GTC), el mayor del mundo en su categoría.