Ha sido una de las series más importantes de la historia. Hablamos de Modern Family, una sitcom llena de secretos y anécdotas. No obstante, durante más de diez años, los Dunphy y los Pritchett consiguieron mantenernos pegados al televisor con sus peleas domésticas, sus enredos y, sobre todo, su humor inteligente.
Modern Family se convirtió en un soplo de aire fresco para la sitcom, apoyándose en un formato de falso documental que permitía a los personajes romper la cuarta pared y dirigirse directamente a la cámara, dejando al espectador cómplice de sus ocurrencias. Ese recurso nunca recibió una justificación interna. En series como The Office, el falso documental tiene un propósito narrativo claro: hay una razón por la que la cámara está allí.
En Modern Family, en cambio, se usaba como un artificio meta que flotaba sin contexto, algo que incomodó tanto a los seguidores como a los propios actores. Jesse Tyler Ferguson, que daba vida a Mitchell, llegó a confesar su desconcierto ante la falta de explicación sobre el documental dentro del universo de la serie. Pero sí existe un origen, y se remonta a los primeros bocetos del proyecto.
‘Modern Family’ despide su historia en televisión con un misterio que solo sobrevivió en un guion eliminado
Ferguson reveló en el podcast Dinner’s on Me que el concepto original de la serie incluía un estudiante de intercambio alojado con Mitchell y Claire en su juventud, quien ahora volvía a documentar la familia con la que había convivido.
El proyecto inicial se titulaba My American Family, pero con la eliminación del personaje y el cambio de nombre a Modern Family, el formato del falso documental se mantuvo, quizá porque al equipo creativo le convencía, o simplemente porque ya era demasiado tarde para dar marcha atrás.
Aunque el público no lo cuestionó en su momento -la técnica ya estaba probada en otras comedias y ofrecía un contraste refrescante frente a los rígidos formatos televisivos clásicos-, Ferguson admite que internamente el uso de la cámara cambió con el tiempo. Al principio, los actores debían interactuar activamente con la cámara, siendo conscientes de la presencia de un equipo dentro de la ficción. Pero conforme avanzaban las temporadas, esa interacción se redujo progresivamente hasta convertirse en un simple recurso estético, un sello visual más que una parte esencial de la narración.















