Hablar de Justin Bieber es hablar de una revolución musical de la era de YouTube. A los doce años, armado solo con una voz prodigiosa y vídeos caseros grabados por su madre, Bieber captó la atención del mundo digital. Fue descubierto por Scooter Braun en 2007, quien, al toparse con sus vídeos mientras navegaba por casualidad, supo que aquel chaval canadiense era un diamante en bruto.
En cuestión de meses, firmó con Usher y su sencillo "Baby" se convirtió en un fenómeno generacional, lanzándolo al estrellato como el nuevo rostro del pop adolescente. Sus primeros discos, My World 2.0 o Believe, cimentaron un fenómeno global que no solo vendía música, sino un estilo de vida. Bieber era el producto perfecto de la industria: carisma, talento, rebeldía contenida.
Pero con el paso de los años, la maquinaria empezó a oxidarse. Y ahora, sus engranajes crujen. Está arruinado y parece estar envuelto en una espiral destructiva.
La turbulenta situación actual de Justin Bieber: de ídolo del pop mundial a enfrentar millonarias deudas y rumores de bancarrota
En pleno 2025, Justin Bieber vuelve a estar en boca de todos, y no precisamente por su música. Una auditoría independiente elaborada por PricewaterhouseCoopers (PwC) ha sacado a la luz una deuda de 9 millones de dólares que el cantante mantiene con su exmánager, Scooter Braun. La cifra, confirmada por medios como TMZ, pone el foco en los problemas económicos que arrastra el intérprete desde la cancelación de su gira Justice en 2022.

Una cancelación abrupta, atribuida en su momento a problemas de salud, que desencadenó un efecto dominó de consecuencias contractuales y compromisos financieros no cumplidos. El informe detalla que esos 9 millones responden a pagos anticipados, costes de producción y compromisos con el personal y la logística, todos asumidos inicialmente por el equipo de Braun. Lo que comenzó como una gira mundial prometedora —se hablaba de una de las más lucrativas de su carrera— terminó siendo un quebradero de cabeza para sus gestores.
La ruptura entre Bieber y Braun, quien fue pieza clave en el ascenso del artista y su principal defensor durante años, marca además un punto de inflexión simbólico: el fin de una era que lo vio pasar de niño prodigio a estrella internacional.
Pero el agujero económico no acaba ahí. Según TMZ, Bieber estuvo al borde de la bancarrota antes de vender su catálogo musical en 2022 por 200 millones de dólares a la compañía Hipgnosis Songs Capital, especializada en adquirir repertorios consolidados. Detrás de esa operación, que en su momento se interpretó como una maniobra estratégica para asegurar ingresos pasivos, se escondía en realidad una urgencia desesperada.

Fuentes cercanas aseguran que Braun intentó disuadirlo de vender sus derechos, advirtiendo que ese catálogo —con himnos como Sorry, Love Yourself o What Do You Mean?— seguiría generando ingresos durante décadas. Pero ante la amenaza real de colapso financiero, Bieber optó por desprenderse de su mayor activo creativo.
El gesto, aunque le otorgó liquidez inmediata, supuso también renunciar a una parte fundamental de su legado. Vender un catálogo completo es una decisión que muy pocos artistas toman sin estar contra las cuerdas. Y Bieber, pese a sus millones, parece haber estado precisamente ahí: en la cuerda floja.
Todo el mundo está preocupado por Justin Bieber: su comportamiento errático es terrorífico
Todo esto ocurre en un momento especialmente delicado. Lejos de los focos por decisión propia y tras años de batallas mentales públicamente confesadas, el cantante ha protagonizado últimamente episodios que preocupan a su entorno. Fotografías recientes lo muestran con atuendos excéntricos, fumando marihuana en público o compartiendo en redes mensajes confusos que apuntan a un estado emocional inestable. En una publicación viral, él mismo confesaba sentirse "ahogado por el dolor y el odio" acumulado a lo largo de los años.

En medio de la delicada situación financiera que atraviesa Justin Bieber, su esposa, Hailey Bieber, se ha mantenido como uno de sus principales pilares. Modelo de éxito e hija del actor Stephen Baldwin, Hailey ha construido una carrera sólida en la industria de la moda y la cosmética con su marca Rhode. Desde su matrimonio en 2018, ha acompañado al cantante en sus altibajos emocionales y profesionales, aunque ha evitado declaraciones públicas sobre la crisis, su entorno asegura que está profundamente implicada en la gestión del problema.
Las polémicas parecen encadenarse en espiral. La reciente muerte de su abuelo, a quien dedicó una carta emotiva, sumó un nuevo golpe emocional. Y todo esto mientras su futuro artístico permanece en suspenso. ¿Volverá a los escenarios? ¿Se tomará un respiro indefinido? ¿Se enfrentará legalmente a su exmánager? Nadie lo sabe.
Lo único claro es que queda lejos aquel adolescente de voz angelical que en 2010 redefinía el pop con su flequillo icónico y coreografías virales. Hoy, Bieber es un artista en transición, atrapado entre el peso de su leyenda y las sombras de sus propias decisiones.