La experta en energía Jorgelina Expósito ha relatado en primera persona su experiencia con la baliza V-16, el dispositivo que sustituirá a los tradicionales triángulos de emergencia y que se convertirá en obligatorio en los próximos años. Lo que en teoría debería ser un sistema de seguridad fiable se convirtió, según ella, en una auténtica pesadilla en plena carretera bajo una intensa lluvia que no tiene sentido en el contexto de la seguridad vial.
Jorgelina Expósito arremete contra la baliza V-16: “No sé quién aprobó semejante artilugio”
El incidente se produjo cuando una piedra, prácticamente invisible debido al aguacero, reventó uno de los neumáticos del vehículo de empresa en una zona montañosa y de difícil acceso. Expósito logró detener el coche sin sufrir daños, pero el alivio duró poco: más de hora y media atrapada bajo la lluvia, con la baliza V-16 correctamente colocada en el techo, dejó de emitir luz apenas quince minutos después. "La baliza se queda sin pila", critica Expósito, que tras comprobar que incluso conectarla al sistema consume batería, no dudó en señalar: "No sé quién ha pensado y aprobado este artilugio".
La autonomía limitada no es el único problema. La especialista denuncia que la conectividad con la plataforma de la DGT es irregular, especialmente en zonas rurales o montañosas. En su caso, la baliza no pudo enviar automáticamente su ubicación, obligándola a recurrir al seguro y a la asistencia de un compañero que tuvo que desplazarse desde Oviedo.
El propio diseño del dispositivo también recibe duras críticas. Las balizas actuales se adhieren al vehículo mediante pequeños imanes, pero la carrocería de la mayoría de coches modernos es de plástico, lo que dificulta una fijación segura. "La mayor parte de la carrocería es inmune al imán", explica, calificando el conjunto de “despropósito”. La especialista se pregunta quién ha probado realmente la baliza antes de aprobarla y plantea dudas que van más allá de la incomodidad: ¿habrá que llevar pilas de repuesto?, ¿cada cuánto tiempo habrá que cambiarlas?, ¿qué hacer si falla por completo?, ¿cómo actuar sin conexión a la plataforma oficial?
Su preocupación va más allá de las multas que puedan llegar cuando la baliza no funcione correctamente: lo que realmente le alarma es la seguridad vial. En su caso, tuvo que recurrir al método clásico: triángulo, luces de emergencia y esperar a la asistencia. “Lo dicho, un despropósito”, concluye Expósito, que asegura que esta experiencia pone en entredicho la fiabilidad de un dispositivo que, en teoría, debería salvar vidas.















