Hacer un Parque Jurásico de verdad no es fácil. Mientras la ciencia intenta descifrar el origen de los dinosaurios y cada vez conocemos más detalles sobre su vida en el pasado, muchos se preguntan si es posible devolver a la vida una criatura del pasado gracias a la ingenería genética. Ahora, con el anuncio del proyecto de desextinción de la empresa Colossal Biosciences, que busca devolvernos al mamut helado, muchos se preguntan si estamos más cerca que nunca.
¿Resucitar animales extintos como los mamuts? Ese es el objetivo de esta empresa que quiere salvar la Tierra
Tanto en la película como en la novela de Michael Crichton -que pronto volverá una vez más al cine con Jurassic World Rebirth-, se comentaba de forma clara que la degradación de los códigos genéticos de estos animales debido al proceso de fosilización dificultaba la posibilidad de clonación, por lo que los científicos recurrían a las ranas para "rellenar" huecos y completar las cadenas de ADN para lograr la resurrección de los dinosaurios.

En el caso del mamut, Colossal Biosciences, empresa que se encargará de este ambicioso proyecto, ha decidido tomar otro camino, comenzando por modificar los genes de ratones para acercarse, paso a paso, a la creación de un elefante que recuerde más al mamut de la era glaciar. Hay material sobre el que trabajar, pero muchos afirman que el camino será muy difícil. Eso sí, dinero tienen.

Con una financiación que les ha permitido dar forma a un ambicioso proyecto de resurrección de especies extintas como el tigre de Tasmania, el rinoceronte blanco del norte o incluso el dodo, Colossal está intentando simplificar el proceso, pero sin perder un ápice de asombro. En lugar de recurrir a los restos congelados de mamuts antiguos, su estrategia se enfoca en el elefante, cuyo ADN es modificado para incorporar características que lo asemejen lo más posible a aquellos majestuosos animales del pasado.
El primer paso en este camino ha sido la creación del ratón lanudo, que posee modificaciones en su pelaje, un adelanto de lo que podría ser un elefante "mamutizado". Como señala el genetista Love Dalén, "algunos de los genes y mutaciones editados en los ratones son variantes que mi grupo de investigación ha identificado como únicas en los mamuts lanudos en comparación con los elefantes". Este hallazgo ha permitido obtener lo que denominan el ratón lanudo colosal, que muestra cambios en el color y el crecimiento del pelaje, revelando un animal de un tono cobrizo y una melena más larga de lo normal.

El enfoque de Colossal Biosciences no es solo técnico, sino también pragmático. La brecha genética entre elefantes y mamuts es tan extensa que requieren miles de modificaciones en su ADN, por lo que han optado por concentrarse en unos 100 genes clave, como los relacionados con el pelaje, para dar forma a un elefante que sea lo más parecido posible a los mamuts que conocemos solo a través de fósiles y relatos científicos.
El uso de ratones, en este caso, no es casual: el periodo de gestación de los elefantes, con sus 22 meses, hace que las pruebas en estos animales sean inviable debido al tiempo y a las implicaciones éticas de manipular una especie en peligro de extinción con capacidades cognitivas tan altas. Los ratones, en cambio, permiten obtener resultados rápidos y con menos dilemas morales.
Sin embargo, no todos ven el proyecto con buenos ojos. Existen críticas que apuntan a que, por más que se modifiquen los elefantes, nunca llegarán a ser mamuts reales, sino una especie que se les asemeje. Además, destacan que los avances en ratones no garantizan que se pueda replicar el mismo éxito con elefantes, cuyas características genéticas son mucho más complejas.
A pesar de las dudas, Colossal Biosciences ha logrado captar la atención de la comunidad científica y, lo que es más importante, de los inversores. Con más de 400 millones de dólares recaudados, gracias a nombres como Peter Jackson y Thomas Tull, los avances, por mínimos que sean, aseguran que el proyecto seguirá avanzando, aunque la posibilidad de ver mamuts caminando por la tundra de Siberia aún está lejos de materializarse.