En el corazón de Gloucester, una ciudad británica con casi dos milenios de historia, un proyecto de remodelación urbana ha revelado un inesperado y sobrecogedor legado. Bajo los cimientos de unos grandes almacenes Debenhams abandonados, que iban a ser reconvertidos en campus universitario, arqueólogos han descubierto un yacimiento funerario con 317 esqueletos humanos.
Estos están acompañados de artefactos que abarcan desde la época romana hasta el periodo postmedieval. El hallazgo, descrito por los investigadores como “extraordinario”, ofrece una ventana directa al pasado urbano y funerario de la región. La excavación, a cargo de la organización Cotswold Archaeology, se llevó a cabo en el emplazamiento de King’s Square, antiguo cuadrante de un asentamiento romano.
Restos de la iglesia de San Aldate
Según Cliff Bateman, arqueólogo jefe del proyecto, “Gloucester nunca decepciona: cada intervención revela capas nuevas de historia”. El equipo encontró 83 bóvedas funerarias de ladrillo asociadas a la desaparecida iglesia de San Aldate, cuya versión más reciente databa del siglo XVIII. Esta iglesia, derribada en 1960, ocupaba el solar de templos aún más antiguos, incluido uno posiblemente destruido en la Guerra Civil inglesa.
Junto a los restos humanos, los arqueólogos desenterraron un mosaico romano, adoquines de lo que parece ser una calzada del siglo II d.C., fragmentos de cerámica romana y una pipa de tabaco del siglo XVI. También se recuperaron restos de botellas de vino postmedievales, lo que sugiere un uso continuado del lugar durante al menos diecisiete siglos. Los objetos se encuentran actualmente en proceso de análisis y conservación, y se espera que formen parte de una futura exposición que documente la evolución histórica de la ciudad.
Los esqueletos tienen caries y signos de desgaste dental de haber consumido azúcar
Uno de los aspectos más llamativos del hallazgo es el estado de la dentición en algunos de los esqueletos del siglo XVI, que presenta claros signos de caries severas y desgaste. Los expertos lo atribuyen al auge del consumo de azúcar durante esa época, vinculado al comercio colonial. Estos indicios permitirán estudiar cómo las tendencias alimentarias impactaron en la salud de la población urbana del sur de Inglaterra en el inicio de la Edad Moderna. Los análisis isotópicos y genéticos también podrían revelar información sobre el origen, dieta y enfermedades de los individuos.
Más allá del valor arqueológico inmediato, el descubrimiento en Gloucester es una prueba más del carácter palimpséstico de las ciudades europeas: capas de historia que conviven bajo el asfalto moderno. El futuro campus de la Universidad de Gloucestershire, previsto para 2026, coexistirá ahora con un legado funerario que ha enriquecido la comprensión del pasado local.