A lo largo de su carrera, Sylvester Stallone ha encarnado a algunos de los héroes más icónicos del cine de acción. Sin embargo, no todo ha sido éxito en su filmografía. En una entrevista reciente, el actor de Rocky y Rambo confesó que hay películas de las que se arrepiente profundamente, especialmente las comedias de los años 80 y 90 que aceptó por presión comercial y rivalidad con Arnold Schwarzenegger.
Le horrorizan sus comedias de los 80/90
“Sentí que había perdido mucho tiempo”, admite Stallone, recordando cintas como ¡Alto! o mi madre dispara o Óscar, que hoy considera errores estratégicos de una época en la que se dejó llevar por el ritmo de Hollywood. Stallone relató cómo cayó en la trampa de ¡Alto! o mi madre dispara, una película que Schwarzenegger fingió querer protagonizar para que los estudios se la ofrecieran a su entonces competidor directo.
“Me apunté solo para que él picara. Y funcionó”, confirmó años más tarde el propio Schwarzenegger. El resultado fue, en palabras de Stallone, “una de las peores películas del sistema solar”. El actor asegura que esa experiencia marcó un antes y un después en su percepción de la industria: entendió que el tiempo en pantalla no siempre equivale a buena carrera.
Con los años se ha vuelto más selectivo
En sus propias palabras, aceptar estos papeles fue como disparar al azar con la esperanza de acertar, pero sin dirección. Hoy, a sus 76 años, Stallone dice ser más consciente del valor de cada proyecto. Su arrepentimiento no es solo artístico, sino vital: “Ahora no puedes darte el lujo de fallar, sobre todo con la familia y los hijos. Esa es mi mayor espina”. Esta reflexión personal le ha llevado incluso a aceptar un reality familiar, como forma de reconectar con lo que considera realmente importante.

A pesar de los tropiezos, Stallone sigue siendo una figura clave en la historia del cine. Ha rechazado papeles millonarios y ha perdido oportunidades por decisiones poco meditadas —como Romancing the Stone o Witness—, pero también ha creado personajes que trascienden generaciones. El legado de Rocky sigue vigente, aunque el actor sigue en disputa por los derechos del personaje que él mismo escribió y al que considera una de las injusticias más dolorosas de su carrera.