Elon Musk sabe que, en un planeta cada vez más tensionado por la geopolítica, las amenazas nucleares y un horizonte cargado de incertidumbre, sus cohetes son algo más que un simple capricho: está dando el primer paso de cara al futuro de la especie. El magnate de Tesla y SpaceX, acostumbrado a oscilar entre la visión mesiánica y la provocación mediática, repite su idea más radical: si llega la Tercera Guerra Mundial, el único refugio viable para la humanidad no será un búnker bajo tierra, sino Marte.
Elon Musk alerta sobre una inminente gran guerra y revela el único refugio seguro: “Es la póliza de vida de la humanidad”
No se trata de un capricho tecnológico ni de una odisea científica. Musk habla de levantar una ciudad marciana autosuficiente, capaz de resistir sin la ayuda de la Tierra. Para él, el planeta rojo no es solo un escenario de exploración, sino una especie de póliza de seguro universal: un arca interplanetaria en la que preservar lo poco o mucho que quede de nuestra civilización cuando la Tierra arda por un conflicto nuclear, un colapso ecológico o la lenta condena que impone el Sol. No todos apoyan las teorías de Musk y tiene grandes críticos.
En el festival SXSW lo expresó sin rodeos: "Si hay una Tercera Guerra Mundial, necesitamos asegurarnos de que quede suficiente semilla de civilización en otro lugar para traerla de vuelta”. Ese otro lugar, claro, es Marte, y la herramienta que debe llevarnos allí se llama Starship, el megacohete de SpaceX que ya ha demostrado su potencia en ocho pruebas -con explosiones incluidas- y que, según Musk, podría tocar suelo marciano en 2026, con humanos antes de 2030. Pero no es tan sencillo.
Los planes de Musk, que abarcan diferentes industrias, van más allá del romanticismo espacial: los primeros colonos podrían ser robots humanoides Optimus, desarrollados por Tesla, enviados en la ventana de lanzamiento más favorable de 2026. La idea es que ellos preparen el terreno antes de la llegada de los pioneros de carne y hueso.
El discurso suena tan grandilocuente como imposible. Los expertos dudan de que se logre una colonia autosuficiente en Marte a corto plazo: la radiación, el aislamiento, los costes económicos y la fragilidad biológica son problemas enormes. Pero Musk insiste, consciente de que en el relato importa tanto la visión como el calendario: “La Tierra será incinerada”, advirtió en una de sus últimas entrevistas, recordando que, antes o después, nuestro planeta dejará de ser habitable.
Mientras la mayoría debate sobre presupuestos militares, inteligencia artificial o la crisis climática, Musk dibuja otra narrativa: la de un territorio que sobrevivirá a la catástrofe. Para él, no está en la Tierra, ni en un refugio bajo las montañas. Está en el espacio.
