Elon Musk ha vuelto a encender el debate con sus comentarios en X, la red social que dirige y no, no lo ha hecho en base a la supuesta Matrix en la que vivimos. Esta vez, el magnate de Tesla y SpaceX lanzó dos predicciones sobre la inteligencia artificial que, a primera vista, podrían parecer contradictorias, pero que revelan su visión inquietante y a la vez enigmática sobre el rumbo de la humanidad.
Por un lado, Musk aseguró que la IA tendrá un impacto directo y devastador sobre el sistema límbico humano; por otro, afirmó que la misma tecnología terminará impulsando la tasa de natalidad mundial. Dos afirmaciones opuestas que reflejan el estilo provocador que ha marcado su trayectoria.
Elon Musk alerta sobre la IA: “Podría destruir nuestro sistema límbico y alterar la natalidad”
El magnate abordó primero las implicaciones de la IA sobre el cerebro humano. “Obviamente, la inteligencia artificial va a destruir de un solo golpe el sistema límbico”, declaró, provocando múltiples interpretaciones y debates entre expertos y usuarios de la plataforma. El sistema límbico, formado por estructuras como el hipocampo y la amígdala, no solo regula la memoria y las emociones, sino que también juega un papel central en la motivación, la conducta y la supervivencia: interviene en respuestas básicas como la alimentación, la reproducción y la reacción ante el peligro, además de influir en el aprendizaje, la toma de decisiones y la interacción social.
Sin embargo, Musk no se detuvo en la dimensión cerebral. La segunda predicción, quizá aún más desconcertante, apunta a la demografía. Según el empresario, la IA no solo transformará nuestra mente, sino que también podría alterar el comportamiento social de manera que aumente la natalidad. “Predigo, aunque parezca contrario a la lógica, que la tasa de nacimientos crecerá. Recuerda lo que te digo. Y lo vamos a programar para que suceda”, aseguró, insinuando que los algoritmos podrían ser diseñados para influir en patrones sociales fundamentales.
Estas declaraciones, aparentemente opuestas, se insertan en un contexto más amplio: la preocupación global por cómo la inteligencia artificial moldeará no solo la economía y la tecnología, sino también los aspectos más íntimos de la vida humana. Desde la memoria y las emociones hasta la reproducción, Musk plantea un escenario en el que los avances tecnológicos podrían reconfigurar la existencia cotidiana.
En este marco, el CEO también abordó la crisis demográfica que atraviesa Japón y que ahora comienza a afectar a China. El país enfrenta una pérdida neta de casi un millón de habitantes en un solo año, con un déficit alarmante entre nacimientos y muertes.
Musk señaló que la inteligencia artificial podría ser “la única esperanza” para mitigar los efectos de este declive, tanto en el ámbito laboral como en el cuidado de personas mayores. La robótica avanzada y los sistemas automatizados, según su visión, podrían compensar la escasez de mano de obra y garantizar la continuidad de servicios esenciales, incluyendo la atención sanitaria y la asistencia doméstica a la población envejecida.
La IA, en su mirada, no es solo una herramienta tecnológica, sino un actor capaz de reconfigurar la sociedad, los cerebros humanos y, quizá, hasta la propia supervivencia de las comunidades en declive poblacional.
