Durante el rodaje de la primera temporada de The Last of Us, Bella Ramsey vivió uno de los descubrimientos más significativos de su vida. Fue en pleno set, rodeada de cámaras, nieve canadiense y trajes térmicos incómodos, cuando un miembro del equipo —padre de una hija autista— reconoció en la joven actriz ciertos comportamientos familiares.
Esa conversación llevó a Ramsey a buscar una evaluación formal que, finalmente, confirmó algo que llevaba tiempo sospechando: tenía autismo. “Siempre lo había intuido, me había preguntado si era autista”, confesó en una entrevista para British Vogue, describiendo el diagnóstico como algo “liberador” y profundamente revelador. Ramsey, que ya había hablado antes sobre su neurodivergencia sin entrar en detalles, ahora se muestra más abierta que nunca.
Una actriz con autismo que se define como persona no binaria
No solo se define como persona no binaria, sino que también empieza a compartir cómo su forma de experimentar el mundo la ha acompañado desde la infancia. En la escuela, recuerda haberse sentido como un "bicho raro" y una "solitaria", hipersensible a los gestos, tonos y microexpresiones de quienes la rodeaban. Esa sensibilidad, lejos de ser un obstáculo, se ha transformado en una poderosa herramienta para su carrera actoral.
Según la actriz británica, vivir con autismo le ha enseñado a observar meticulosamente los comportamientos humanos, a entenderlos desde un ángulo diferente, más pausado y analítico. “Siempre he estado observando y aprendiendo de la gente”, comenta, y añade que los entornos estructurados del set —con horarios precisos, instrucciones claras y rutinas marcadas— le han dado una base segura desde la que trabajar y brillar. La interpretación, en su caso, no solo es vocación, también es un método de integración.
El autismo afecta a 1 de cada 36 niños
El caso de Bella Ramsey reabre una conversación clave sobre los trastornos del espectro autista (TEA), que afectan aproximadamente a 1 de cada 36 niños, según el CDC. A menudo invisibilizado en mujeres y personas no binarias debido a los sesgos de diagnóstico tradicionales, el autismo sigue siendo ampliamente incomprendido. Las personas con TEA pueden presentar desde hipersensibilidad sensorial hasta dificultades en la comunicación social, pero también desarrollan habilidades únicas en el análisis y la empatía, como demuestra el ejemplo de Ramsey.

Hoy, la protagonista de The Last of Us no solo reivindica su lugar en la industria audiovisual, sino que lo hace desde un relato genuino y transformador. Su valentía al compartir públicamente el diagnóstico es, en sí misma, una forma de romper barreras y estigmas en torno a la neurodivergencia. “Me permite caminar por el mundo con más compasión hacia mí misma”, afirma. Un mensaje que, sin duda, inspira a muchas personas a entender la diferencia como una forma legítima —y enriquecedora— de ser.