El juzgado de instrucción número 4 de Madrid ha decidido archivar la querella interpuesta por la asociación ultraderechista Hazte Oír contra David Broncano, Lalachus y el presidente de RTVE, José Pablo López. La denuncia se originó tras la emisión de las campanadas de TVE, donde se mostró una estampita con la icónica vaquilla del Grand Prix en una composición similar al Sagrado Corazón de Jesús.
Fin de la polémica: el juez archiva la denuncia contra Lalachus y Broncano por la imagen de la vaquilla
El juez ha considerado que la escena, lejos de ser un ataque a la religión, era simplemente un gag con un “tono humorístico”, protegido por la libertad de expresión. En su auto, al que ha tenido acceso El País, el magistrado señala que la imagen en cuestión no contenía ninguna representación de Jesucristo ni referencias explícitas a la religión, sino únicamente un corazón rodeado de rayos de luz. En este ámbito, RTVE defendió a la influencer y presentadora.

La resolución también subraya el contexto en el que se produjo la broma: un programa de entretenimiento con un enfoque claramente festivo. Según el juez, aunque la Nochevieja se celebre en el marco de la Navidad, hoy en día es un evento de carácter laico y sin connotaciones religiosas evidentes. El público objetivo de la emisión no era la comunidad católica, sino la audiencia general de TVE. Además, arrasaron en audiencia.
Pese al archivo de la causa, la asociación ultraderechista no ha tardado en reaccionar y ha anunciado que recurrirá ante la Audiencia Provincial. En un comunicado, argumentan que “la defensa de los sentimientos cristianos es más necesaria que nunca” y vinculan el caso con la persecución a los cristianos en otros países.
Desde el momento de la emisión, la broma de Lalachus —cuyo nombre real es Laura Yustres— desató la ira de sectores ultraconservadores. La humorista calificó a la vaquilla como “la mejor del mundo”, pero para Hazte Oír y Abogados Cristianos su gesto fue considerado un ataque a la fe católica. La polémica se trasladó rápidamente a las redes sociales y terminó en los tribunales, siguiendo un patrón similar al de otros casos de humoristas y artistas acusados de ofender sentimientos religiosos.
El auto judicial recuerda que la sátira ha sido históricamente una herramienta legítima de crítica social y política, especialmente cuando se dirige a instituciones con poder, como la Iglesia católica. Además, enfatiza que en España la religión mayoritaria ha sido tradicionalmente objeto de parodias sin que ello suponga necesariamente una ofensa delictiva. La sentencia concluye que la intención de los presentadores no era atacar la fe católica, sino simplemente hacer un chiste. En consecuencia, ni Broncano ni Lalachus deberán declarar como investigados.