La segunda temporada de Andor es una obra maestra: y cada vez es más evidente. La ficción, que es todo un éxito en Disney+, siendo una de las producciones más rentables de la plataforma de streaming -pese a su abultado presupuesto-, ha conseguido traspasar ciertas líneas en términos de madurez en su representación del conflicto entre una incipiente rebelión y el Imperio Galáctico.
Para muchos, es un fiel reflejo de la política y la sociedad en la que vivimos sumidos, y el último episodio emitido hasta la fecha en el portal de la Casa del Ratón, lo confirma. En él, Bail Organa (Benjamin Bratt) cede la palabra a Mon Mothma (Genevieve O'Reilly) en el Senado Imperial y su discurso, no solo marca uno de los momentos más intensos de la serie, sino que resuena como un eco crucial en toda la mitología de Star Wars. Aviso: a partir de aquí, hay ligeros spoilers.
'Andor' presenta el discurso más épico de Star Wars y convierte la serie de Disney+ en su versión más realista y aterradora hasta ahora
El capítulo, titulado Bienvenida a la rebelión, arranca justo donde lo dejó el anterior. La galaxia acaba de presenciar la masacre de Ghorman, una atrocidad que el Imperio ha envuelto en su maquinaria propagandística para presentarse como víctima de supuestos insurgentes ghormanianos. Pero no todos están dispuestos a aceptar esa mentira. Algunos, como Mon Mothma, saben la verdad. Y están decididos a alzar la voz.

Ante un Senado desconcertado, Mon Mothma rompe el silencio: denuncia abiertamente a Palpatine, acusándolo de genocidio. Su intervención, contenida y desgarradora, se convierte en uno de los momentos más poderosos de Andor. Para Genevieve O'Reilly, esa escena resume la esencia misma de su personaje: su arma no es un bláster, sino su voz.
En una entrevista con Los Angeles Times, la actriz profundiza en el significado de este instante. "Este es el núcleo de quién es esta mujer. Siempre estuvo lista para prender fuego a su propia vida, para salir de las sombras y arriesgarlo todo por los demás, por enfrentarse a la opresión", indica.

"Mon Mothma nunca empuñará un bláster. Su única arma es su voz, y es increíble tener la oportunidad de verla usándola de una forma tan impactante", concluye. La preparación de la escena también fue singular. Dan Gilroy, guionista del arco argumental, concibió inicialmente el discurso de Mothma como una sucesión de frases clave, destinadas a entrelazarse con las demás secuencias del episodio.
Pero tanto Tony Gilroy como Genevieve O'Reilly sintieron que aquello no era suficiente: Mon Mothma necesitaba pronunciar un discurso completo, auténtico, como si realmente hablara al Senado. Para la actriz, fue un regalo. "Fue todo para mí", explica O'Reilly. "Hay una musicalidad en ese discurso. Comienza hablando de su historia personal, de ese lugar sagrado en el que creció, de lo que el Senado representaba para ella... y culmina acusando directamente al emperador", concluía.
El director del episodio, Janus Metz, apoyó esta visión y decidió rodar la intervención de Mothma íntegramente, pese que podían contradecir al canon establecido por Rebels. Básicamente, hackearon la cronología galáctica y ofrecieron una opción más realista y alejada de las aventuras más inocentes y clásicas Dave Filoni. Solo después, en el montaje final, entrelazaron su vibrante denuncia con las escenas en las que los agentes del Imperio intentan a toda costa cortar la transmisión y silenciar su mensaje. Así, la serie no solo nos ofrece un momento de alto voltaje emocional, sino que consolida a Mon Mothma como uno de los rostros más luminosos —y valientes— de la incipiente rebelión.