La compañía Ryanair ha decidido dar un nuevo giro de tuerca a su política de equipajes, una de las más controvertidas del sector aéreo europeo. La aerolínea irlandesa anunció que, a partir de noviembre, los empleados recibirán una prima de 2,50 euros por cada maleta de mano detectada que exceda las medidas permitidas, frente al 1,50 actual.
Además, la compañía eliminará el tope mensual de 80 euros que hasta ahora limitaba las bonificaciones acumulables, lo que en la práctica convierte a los trabajadores de puerta de embarque en vigilantes incentivados para detectar cualquier incumplimiento.
Por orden del director general
El consejero delegado del grupo, Michael O’Leary, defendió públicamente la medida en la televisión irlandesa, insistiendo en que el objetivo es mejorar la puntualidad de los vuelos. Según sus declaraciones, los retrasos en el embarque se deben en gran parte a la necesidad de recolocar en la bodega maletas demasiado grandes que los pasajeros intentan subir a cabina. “Quiero que los viajeros vuelen sin maletas”, llegó a afirmar, en una frase que resume la filosofía de la aerolínea: reducir al mínimo el equipaje gratuito para maximizar la rapidez operativa y, de paso, aumentar los ingresos auxiliares.
Actualmente, Ryanair permite llevar sin coste un solo bulto pequeño de 40x30x20 centímetros, que debe caber bajo el asiento delantero. Todo lo que exceda estas dimensiones implica un cargo adicional que puede ascender a 75 euros en la puerta de embarque. Incluso la tradicional maleta de mano de cabina (55x40x20 cm) requiere pagar un suplemento mediante el servicio “Priority”. Esta política, que en otras aerolíneas está incluida en el precio estándar, se ha convertido en uno de los principales reclamos económicos de Ryanair, generando tanto beneficios como polémicas constantes.
Desde el punto de vista legal, la práctica es válida siempre que se informe de manera transparente en el momento de la compra, explican expertos en derecho aeronáutico. Sin embargo, la ausencia de una normativa común en la Unión Europea genera una situación desigual. Como subraya David Janoszka, abogado de AirCashBack, los límites de equipaje de mano no están armonizados ni a nivel nacional ni internacional, lo que deja a los pasajeros en una posición de vulnerabilidad frente a las aerolíneas. Bruselas lleva tiempo debatiendo una regulación que garantice un mínimo gratuito para todos los viajeros, pero la propuesta avanza con lentitud.
La medida de Ryanair llega en un momento en el que la Comisión Europea y varios Estados miembros han puesto el foco en las prácticas de las aerolíneas de bajo coste. El pasado mes de junio, los ministros de Transporte de la UE acordaron impulsar una propuesta que establezca como obligatorio permitir al menos una pieza de equipaje de mano gratuita con dimensiones mínimas de 40x30x15 centímetros. Aunque todavía está en fase de discusión, de aprobarse limitaría de forma directa el margen de maniobra de compañías como Ryanair, que basan buena parte de su modelo en los ingresos extras derivados de las maletas.
Mientras tanto, los viajeros se enfrentan a un escenario cada vez más rígido en las puertas de embarque. Con las nuevas primas, los empleados tienen un aliciente económico para aplicar la normativa de manera estricta, lo que probablemente aumente los conflictos entre personal y pasajeros.















