Hollywood ha debido cambiar su forma de rodar. La irrupción de la pandemia de coronavirus, la enfermedad surgida en Wuhan a finales de año, ha paralizado rodajes, ha retrasado estrenos y ha llevado al mundo a vivir una crisis política, social, económica y sanitaria sin precedentes. La industria cinematográfica busca alternativas para seguir produciendo películas, pero las medidas de seguridad sanitaria han aumentado los presupuestos y en muchos casos, no son efectivas: las estrellas siguen contagiándose. ¿Qué está ocurriendo? ¿Cuál es el siguiente paso? Según Variety, en la meca del cine están experimentando un cambio de modelo a la hora de asegurar a sus estrellas y garantizar la seguridad de sus estrellas y trabajadores.
Una transformación que ofrecerá mejores garantías a los actores, actrices y personal profesional
Hollywood está cambiando la manera en la que afronta las películas, series y producciones que se realizan bajo su amparo. Hace unos meses, en la era prepandemia, gran parte de los productores y majors no aseguraban a sus estrellas, directores o responsables de producción: era un gasto innecesario y no se destilaba.
Pero por lo general, según confiesan varios expertos, los grandes blockbusters ofrecían coberturas básicas, pero ahora una producción podría enfrentarse a una pérdida total si el director o el actor principal se enferma o muere durante el rodaje, condenando al estudio a un infierno legal por la falta de protección o medidas de seguridad. Sin embargo, ahora con la COVID-19 causando estragos, dicho seguro es extremadamente caro, si es que está disponible en los términos que se reclaman.
"Si os soy honesta, vivo con un cierto grado de ansiedad", confesaba Rana Joy Glickman, productora de cientos de películas de corte independiente. "Pero en estos momentos hay tan pocas garantías sobre cualquier cosa en el mundo del cine independiente que es normal", añadía a Variety. En estos momentos, muchas producciones están luchando por averiguar qué hacer. Los bancos no suelen ceder créditos para la financiación de películas o series sin pasar antes por caja con algún tipo de seguro que encarece en varios ceros la cifra final, y las aseguradoras tradicionales no están dispuestas a cubrir las pérdidas relacionadas con positivos o la COVID-19. Tras meses de cierre, muchos proyectos simplemente se han cancelado, mientras que otros buscan vías y alternativas poco comunes. La figura de seguros relacionados con el coronavirus se ha disparado en Estados Unidos, muchos de ellos vendidos por Front Row Insurance, una aseguradora que ha visto negocio en Hollywood.
"Las cosas son un desafío porque las viejas fórmulas no funcionan", comentaba Kent Hamilton, presidente de Front Row Insurance. "Algunas personas, en algunos casos, están asumiendo el riesgo", matizaba. Las nuevas pólizas vienen con unos límites de cobertura bajos, generalmente alrededor de unos 3 millones de dólares y primas altas, alrededor del 10% del total de la cobertura. Eso es muchas veces más de lo que las producciones están acostumbradas a pagar o asumir. Según explican desde Elite Risk, Netflix ha comprado pólizas de este estilo para sus películas y series más humildes o de menor presupuesto, rodándolas en Canadá. Los proyectos cinematográficos que se acogen a estas pólizas suelen tener presupuestos modestos, y se dirigen a Canadá porque hace gala de un estricto período de aislamiento de 14 días para el elenco y el equipo que ingresan al país. "La demanda de seguros y coberturas supera con creces la oferta", explican.
Hollywood necesita reformarse. Hace unos meses, Oliver Stone afirmaba que los costes de producción se habían disparado de forma absurda, con elementos innecesarios, accesorios o que encarecían en exceso la producción de una película. ¿Qué futuro tiene la industria en este escenario? Mientras los protocolos y los países comienzan a ser cada vez más estrictos en los rodajes y filmaciones, parece que de momento, es un tanto desolador. Los excesos de la industria cinematográfica, que ha confiado en un modelo que funcionaba, ahora se pagan como errores dobles.
