La rápida extensión del coronavirus, que ha matado a más de 3000 personas e infectado a más de 90.000, está haciendo temblar los cimientos de la industria cinematográfica y del entretenimiento. En un artículo publicado por Variety, se hace énfasis en la cancelación masiva de los principales eventos, mientras que las empresas cierran sus puertas para evitar la transmisión y contener el avance del virus. De hecho, Disney canceló su evento de Disney+ en Europa y comunidades han pedido el retraso del estreno de los principales blockbusters. Mientras el COVID-19 ha destrozado la taquilla china, Hollywood ha comenzado a ver que está a punto de afectarle.
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Hollywood y los medios digitales, así como otras empresas de entretenimiento y la electrónica de consumo, así como las salas de cine, la producción de contenido, los parques temáticos y las giras musicales se encuentran entre los daños colaterales de la epidemia. Si bien China ha sufrido gran parte de las consecuencias, el miedo está golpeando con fuerza regiones como Europa y Norteamérica, y el temor de los gobiernos occidentales no es otro que comenzar a imponer medidas restrictivas que fuercen a los ciudadanos al absentismo laboral temporal o a la confinación y cuarentena forzosa, un aspecto que afectaría al consumo del ocio y que tendría, según algunas majors y productoras de contenidos, un impacto muy negativo.
"La industria del entretenimiento todavía está sintiendo las consecuencias del cierre de los multicines y la paralización de la producción de cine y televisión en China", explicaba un gran distribuidor asiático, que se congratula del retroceso de la infección en la región. ¿Afectará esto a Occidente? "Oh, Dios, no digas eso en voz alta", comentan a Variety. "Lo que está sucediendo en China es un cierre sin precedentes de absolutamente todo", añade el Dr.
Irwin Redlener de la Universidad de Columbia al citado medio. Este profesor, experto en las ramificaciones y consecuencias de eventos catastróficos a gran escala, incluyendo epidemias, desastres naturales y terrorismo. Según estimaciones, el país asiático habría perdido más 2000 millones en ingresos de taquilla desde que los cines cerraron a fines de enero, una cifra muy superior a lo estimado en un principio.
Las principales sagas y licencias estarían en riesgo. Los estrenos de Sonic the Hedgehog y de la próxima cinta de James Bond, serían las primeras víctimas oficiales en China, y la lista pronto podría aumentarse. Sin embargo, Sony ha comenzado a temer que su Bloodshot tenga menor impacto por culpa de la restricción de salas asiáticas y de las posibles medidas a tomar en Occidente, mientras Disney es consciente del posible descalabro de Mulan al cercenar el principal mercado de la ecuación en la recaudación. Alibaba, principal productora y conglomerado asiático de entretenimiento junto a Tencent, no ha querido comentar sobre cómo la epidemia había impactado su popular servicio de transmisión Youku Tudou, aunque confirma que se ha generado un crecimiento sin precedentes en las apps que posee y en entornos de teletrabajo. Netflix, en este aspecto, anunció ganancias masivas gracias a las medidas de restricción tomadas por el gobierno chino. Por su parte, los parques temáticos y las fábricas en las que se manufacturan los bienes de consumo, están recibiendo un duro golpe económico, un hecho que se relaciona y tiene como principal víctima colateral al turismo y al libre tránsito de personas en un mundo globalizado que se mantiene en vilo.