Treinta años después de su estreno, Se7en regresa a las pantallas de cine con una versión remasterizada en 4K, y su emblemático final sigue siendo uno de los más impactantes de la historia del cine. La pregunta que ha atormentado a los fanáticos desde 1995 vuelve a estar sobre la mesa: ¿qué había realmente dentro de la caja? Aunque la película nunca muestra el contenido, el director David Fincher ha aclarado a Entertainment Weekly que los rumores sobre una prótesis de la cabeza de Gwyneth Paltrow son “totalmente ridículos”.
Según revela, en su lugar, se utilizó un saco de peso y una peluca ensangrentada para lograr la reacción genuina de Morgan Freeman al abrir la misteriosa caja. El final original de la cinta estuvo a punto de no llegar a la pantalla. Antes de que Fincher tomara las riendas del proyecto, el guion había pasado por manos de otro director, Jeremiah Chechik, quien pidió a Andrew Kevin Walker, guionista del thriller, que eliminara la decapitada entrega final. Según Walker, fue gracias a la insistencia de Fincher que el impactante final se mantuvo. “David mostró interés en el proyecto y mencionó lo del ‘cabeza en la caja’. Le respondieron: ‘Oh, no, no. Te enviamos la versión equivocada’. Pero Fincher dijo que no haría la película sin ese final”.
No hace falta tener un final gráfico para que sea impactante
Uno de los extras más esperados es el análisis de la icónica secuencia de apertura, una obra maestra del diseño que marcó tendencia en las películas de suspenso. Kyle Cooper, diseñador de los créditos iniciales, desmenuza cada detalle de la secuencia que introduce al público en el oscuro mundo de John Doe. El nivel de obsesión con los detalles, tanto en la producción como en la narrativa, es lo que ha mantenido a Seven como un referente cinematográfico incluso tres décadas después de su estreno.
Si algo ha dejado claro David Fincher es que el verdadero peso del final no radica en lo que vemos, sino en lo que nos hace sentir. Como él mismo ha dicho: “No necesitas ver lo que hay en la caja si tienes a Morgan Freeman”. Esa incógnita, cuidadosamente calculada, es lo que mantiene viva la fascinación por Se7en treinta años después.
