En un movimiento que redefine el concepto de negociación en Hollywood, Vin Diesel logró convertir un breve cameo en Fast & Furious: Tokyo Drift en la revitalización de dos franquicias: Fast & Furious y Riddick. Cuando Universal Pictures le propuso aparecer brevemente en la tercera entrega de Fast & Furious, Diesel rechazó el pago en efectivo y solicitó algo mucho más ambicioso: los derechos de su personaje favorito, Riddick. Este acuerdo, que Diesel ha llamado “uno de los mejores en la historia de Hollywood”, marcó el inicio de una estrategia que cambiaría su carrera.
Un sacrificio por Riddick
La conexión de Diesel con Riddick no era meramente profesional; era una pasión personal. Tanto que rechazó un cheque de 20 millones de dólares por 2 Fast 2 Furious para trabajar en Las crónicas de Riddick por mucho menos. Diesel tenía una visión clara desde el principio: quería construir una trilogía épica que conectara Pitch Black con Crónicas, al estilo de El señor de los anillos. Sin embargo, los pobres resultados de taquilla de Las crónicas de Riddick –que apenas recaudó 107 millones de dólares contra un presupuesto de hasta 120 millones– pusieron en pausa sus planes y dejaron a Universal con dudas sobre continuar la saga. “Me dieron dos franquicias. Una, ‘Fast’, que no creían que volverían a producir”, dijo Diesel al LA Times. “Y ‘Riddick’, que no querían volver a producir nunca más”.
La jugada maestra en Tokyo Drift
Todo cambió con su participación en Tokyo Drift. Diesel no solo consiguió los derechos de Riddick, sino también un crédito como productor en futuras entregas de Fast & Furious. Esta posición le permitió jugar un papel crucial en la evolución de ambas franquicias. Cuando la producción de Riddick (2013) enfrentó una crisis financiera en Canadá, Diesel llegó a hipotecar su propia casa para garantizar que el proyecto siguiera adelante. Su apuesta dio frutos: con un modesto presupuesto de 38 millones de dólares, la película recaudó 98,3 millones globalmente, además de otros 26 millones en ventas domésticas de video.
Ahora, Diesel regresa al personaje que salvó contra todo pronóstico en Riddick: Furya, la cuarta entrega de la saga. La película, que comenzó su producción en agosto de 2024, llevará a Riddick de vuelta a su planeta natal, un lugar que apenas recuerda y que teme encontrar en ruinas. Allí, descubrirá a otros Furyanos luchando por su supervivencia contra una nueva amenaza monstruosa. Este capítulo promete no solo expandir la mitología de la serie, sino también profundizar en las raíces del icónico personaje.
Una visión más allá del salario
El caso de Diesel es un ejemplo de cómo el poder de una estrella puede ir mucho más allá de un cheque de pago. Al apostar por los derechos de Riddick y convertirse en productor, Diesel no solo garantizó la continuidad de su franquicia favorita, sino que también transformó su posición en Hollywood. Su capacidad para jugar a largo plazo demuestra que el cine no solo se trata de actuar, sino de comprender y controlar los elementos estratégicos detrás de cada proyecto.
