'Como agua para chocolate' es uno de los clásicos más queridos e importantes del género romántico y el melodrama en lo que respecta al cine y literatura mexicana. Publicada originalmente en 1989, la obra de Laura Esquivel Valdés, muy viva aun entre los lectores amantes de los relatos shakesperianos, dramáticos y extremadamente amorosos, una adaptación cinematográfica firmada por Alfonso Arau en 1992 que se ganó el cariño de la crítica colándose como una imprescindible del celuloide al otro lado del charco. En plena era de remakes, reboots y secuelas, Warner Bros. Television apuesta por llevar las páginas originales, de nuevo, al audiovisual, pero esta vez a la pequeña pantalla y mediante una serie destinada al streaming en Max. ¿Merece la pena esta nueva versión?
Max conquista el género romántico con su remake de 'Como agua para chocolate' gracias a su perfecta escenografía, su calidad de producción y su reparto estelar
El relato de Laura Esquivel, repleto de lujuria y amor pero también de tragedia y dolor, sigue la historia de Tita de la Garza y Pedro Muzquiz, dos almas enamoradas que no pueden estar juntas debido a las arraigadas costumbres familiares, la cuales obligan a la protagonista a navegar con tintes y sabores mágicos entre el destino dictaminado por sus raíces y la lucha por su amor, una dura travesía que compagina con su mayor refugio: la cocina. Con un espíritu evidente de 'Romeo y Julieta' y la imposibilidad de unión de dos personas enamoradas hasta lo más profundo de su ser, Julián de Tavira y Ana Lorena Pérez Ríos construyen su remake en base a una escenografía y puesta en escena impecables con un trabajo de vestuario y arte que nos traslada y sumerge a principios del siglo XX con elegancia y suavidad.
El equipo directivo a cargo del proyecto deslumbra con ese trabajo manual y artesanal elaborado con sumo cuidado para ahondar y profundizar en la obra de Laura Esquivel tanto como Alfonso Arau no pudo debido al formato cinematográfico. Combinando las escenas conducidas por narrador, al más puro estilo de 'Los Bridgerton' de Netflix, y la aceleración de determinadas escenas más bien transitorias, el remake de 'Como agua para chocolate' demuestra saber cuándo hay que ralentizar la cámara y el montaje para poner el foco en los instantes sensuales y amorosos de los protagonistas y dónde pisar un poco el acelerador para que el espectador no pierda el hilo de esa dolorosa unión sentimental, que requiere de un gran contexto para poder surtir efecto sobre el patio de butacas.
El pulso narrativo ejecutado por los responsables y showrunners es sublime y las escenas de cocina son una delicia; fragmentos que sirven para conectar con la protagonista y sus inquietudes, miedos y sueños mientras, de fondo, se nos cuenta cómo elaborar algunos de los platos más apetitosos de su territorio. Azul Guaita, Andres Baida, Irene Azuela y por supuesto Ana Valeria Becerril, de entre otros, deslumbran con su interpretación teatral donde las emociones salen a flor de piel y se pueden palpar. Puede que la serie peque de cargar consigo con evidentes taras de melodrama, pero es que 'Como agua para chocolate' sirvió para asentar el género en su momento y para, a su vez, perfeccionarlo. Una obra rebosante de amor y dolor a partes iguales que, gracias a sus actores, absorbe si uno se deja llevar por sus cauces y las locuras que pueden llegar a hacerse pasión.
Hemos visto los dos primeros episodios de 'Como agua para chocolate' gracias a Max y Warner Bros.
