Los expertos de la Universidad Estatal de Arizona jamás pensaron que su investigación acabaría en desgracia. Hace unos cinco años, allá en el inolvidable 2020 debido a la pandemia de la COVID-19, un equipo de científicos quiso estudiar de cerca el comportamiento de una hembra de tiburón arenque embarazada equipando al animal con una cámara de seguimiento para estudiar las rutas migratorias de la especie. Sin embargo, todo se torció y la investigación acabó enterrada por culpa de la aparición de un depredador inesperado y altamente peligroso.
Este tiburón equipado con un cámara deja en shock a la comunidad científica por un trágico y terrorífico suceso
El estudio solamente quería estudiar ese comportamiento de la hembra para arrojar luz a los patrones de comportamiento y cómo afectaba el nacimiento de sus pequeños a lo mismo. El ejemplar se marcó con una etiqueta satelital y emprendió su viaje hacia el Océano Atlántico desde las costas de Massachussets. Una vez la hembra superó los 1.120 kilómetros recorridos, los expertos a cargo del estudio notaron algo extremadamente raro, y es que la temperatura del entorno del anime subió hasta 5 grados centígrados, lo que no es habitual e hizo que los responsables se pusieran en absoluta alarma. No podía ser que el tiburón hubiera cambiado de aguas o subido y ascendido a una velocidad tan elevada, por lo que la conclusión fue clara y unánime: un depredador había entrado en juego poniendo fin al sujeto de estudio.
Sí, según recogieron, un tiburón blanco puso fin a la vida del tiburón arenque hembra que se estaba investigando. La temperatura subió debido al tracto digestivo del depredador. Brooke N. Anderson, bióloga que formó parte del equipo, aseguró la infomación desvelando además que los movimientos del equipo satélite cambiaron por completo al estar en el interior del Carcharodon carcharias.
