La maldición en Smile y Smile 2 se manifiesta a través de una presencia demoníaca, cósmica como Pennywise, o paranormal que se transmite de una persona a otra cuando alguien presencia un suicidio violento. La marca característica de la maldición es una perturbadora sonrisa que indica que la víctima ha sido poseída por la entidad maligna. La víctima, en cuestión de días, es impulsada a cometer suicidio de manera extremadamente violenta, y el ciclo se repite cuando un testigo ve el acto. Durante los días que la víctima está maldita, sufre alucinaciones en las que ve rostros conocidos con esa sonrisa aterradora, sumergiéndola en una espiral de desesperación.
Una entidad que se alimenta del miedo y los traumas
La entidad demoníaca que impulsa la maldición se alimenta del miedo y el trauma emocional de la víctima. En muchos casos, aprovecha el sufrimiento pasado, utilizando esos traumas no resueltos para intensificar el horror. La víctima experimenta visiones y apariciones perturbadoras que erosionan su cordura, y al final, la posesión completa por parte del demonio resulta en su suicidio.
El demonio manipula a la víctima de tal manera que su tormento parece ineludible, y cada sonrisa inquietante es una manifestación de su control, que va cada vez a más hasta el momento en el que el cerebro de la víctima está totalmente a su merced.
Una maldición 'casi' imposible de romper
Romper la maldición es casi imposible. En Smile, se revela que una persona logró sobrevivir al matar a un extraño frente a un testigo, pasando así la maldición a otra persona. Sin embargo, esta solución no es moralmente aceptable para la mayoría, lo que deja a las víctimas en una situación sin salida. En el caso de Rose, la protagonista de la primera película, intenta aislarse para evitar que la maldición se propague, pero el demonio la engaña y encuentra una manera de continuar el ciclo. En la segunda cinta dan una vuelta a este concepto, para continuar explorando la posibilidad de librarse de este mal.
El final de Smile sugiere que enfrentarse directamente al demonio no es suficiente para detener la maldición. Rose cree que enfrentando sus propios traumas y aislándose puede evitar que la maldición pase a otra persona, pero es un truco de la entidad. El demonio la engaña haciéndole creer que ha ganado, solo para continuar la cadena de destrucción al involucrar al personaje de Joel, quien presencia su suicidio. Aunque existe una forma de detener temporalmente la maldición, es una solución tan extrema que no resulta viable para la mayoría.