La Comisión Europea ha acusado a la red social X, anteriormente conocida como Twitter y ahora propiedad de Elon Musk, de engañar a sus usuarios mediante su sistema de verificación de cuentas con una marca azul. La Comisión argumenta que la política actual de permitir que cualquier persona pague para obtener esta verificación afecta negativamente la capacidad de los usuarios para discernir la autenticidad de las cuentas. Además, se ha señalado que actores maliciosos están abusando de este sistema para engañar a los usuarios, una práctica que contradice la Ley de Servicios Digitales (DSA) de la Unión Europea.
Incumple la normativa europea de redes sociales
La normativa de la DSA exige a las grandes plataformas digitales y motores de búsqueda que implementen medidas más estrictas para combatir contenidos ilegales y mitigar riesgos para la seguridad pública. La Comisión Europea también ha criticado a X por su falta de transparencia en la publicidad, acusándola de desarrollar barreras que dificultan el acceso a un repositorio confiable y accesible de publicidades. Además, X ha sido señalada por no proporcionar acceso a sus datos públicos a investigadores, incumpliendo así con las normativas de transparencia y supervisión de la UE.
Señala a la UE de obligarle a aceptar un pacto secreto para censurar contenidos en X
En respuesta a estas acusaciones, Musk ha rechazado las críticas y ha acusado a Bruselas de intentar obligarlo a aceptar un "pacto secreto e ilegal" para censurar discursos discretamente. Musk ha utilizado su propia red social para denunciar que otras plataformas han aceptado acuerdos similares, pero que X no lo hará. Pese a estas declaraciones, la empresa enfrenta la posibilidad de una multa milmillonaria si no cumple con las exigencias de la Comisión Europea. En caso de confirmarse las infracciones, X podría ser sancionada con una multa de hasta el 10% de su facturación mundial, o del 20% si las infracciones son reiteradas.
El conflicto entre X y la Comisión Europea se enmarca en un contexto más amplio de enfrentamientos entre grandes tecnológicas estadounidenses y la UE, que ha intensificado sus regulaciones en materia de transparencia y competencia. La preocupación por la desinformación, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania y los esfuerzos del régimen de Vladimir Putin para debilitar las democracias occidentales, ha llevado a Bruselas a adoptar una postura firme contra plataformas que no cumplen con las normativas comunitarias. En particular, X ha sido identificada como una de las plataformas con mayor proporción de desinformación.
El verificado ya no es crédito de nada, no es fiable
La verificación de pago de cuentas en X, que permite a cualquiera obtener un perfil "verificado" mediante el pago de una tarifa mensual, ha sido uno de los aspectos más criticados. Este sistema ha facilitado que actores maliciosos utilicen cuentas aparentemente legítimas para difundir información falsa, lo que ha tenido consecuencias significativas, como en el caso del fabricante farmacéutico Eli Lilly, cuyas acciones cayeron un 4% tras una publicación falsa en X. Estas prácticas han motivado la apertura de una investigación formal por parte de la Comisión Europea.
Además de la verificación de pago, la falta de acceso a datos públicos para investigadores y la falta de transparencia en la publicidad son áreas en las que X ha sido encontrada deficiente según las normativas de la DSA. La Comisión Europea ha dejado claro que, si se confirman las infracciones, impondrá multas y exigirá cambios significativos en las políticas de la plataforma. La insistencia de Elon Musk en no colaborar podría llevar a sanciones económicas históricas y a una presión regulatoria creciente sobre X y otras grandes tecnológicas en Europa.