Kevin Bacon intentó pasar desapercibido en Los Ángeles durante un día y el artista, que recientemente compró una casa encantada y la derrumbó por miedo a los fantasmas, no ha tenido una experiencia agradable. Según él, cuando el truco del sombrero y las gafas no funcionó y el anonimato le engulló, tuvo que hacer algo más. ¿Qué le pasó a Bacon?
Kevin Bacon pasó un día como una persona normal y afirma que adora ser famoso: 'El anonimato es horrible, es una mierda'
Kevin Bacon, el veterano actor de Temblores a quien recientemente hemos visto en Superdetective en Hollywood: Axel F. y que pronto aparecerá en MaXXXine, ha enfrentado ciertos desafíos y problemas al intentar caminar por las calles sin ser reconocido. Como muchos en su posición, soñaba con la posibilidad de llevar una vida anónima, lejos de los focos y del constante asedio de los fans, pero ha sido peor el remedio que la enfermedad. En una entrevista con Vanity Fair, Bacon piensa la fama puede ser un arma de doble filo.
Bacon, conocido por su participación en películas dirigidas por Oliver Stone, Clint Eastwood y James Gunn, se ha encontrado en esta encrucijada. Intentando evadir el constante escrutinio, Bacon probó varios métodos para pasar desapercibido. "No me quejo, pero tengo una cara que es bastante reconocible", admitió Bacon en una reciente entrevista con el citado medio.
"Ponerme el sombrero y las gafas sólo va a funcionar hasta cierto punto", admitía entre risas. Determinado a llevar una vida normal, Bacon decidió ir más allá en sus esfuerzos por permanecer en la sombra. Contactó a un experto en maquillaje de efectos especiales para crear un disfraz protésico que transformara completamente su apariencia. Sí, como estáis leyendo.
El resultado fue un éxito rotundo: con dientes falsos, una nariz modificada y gafas, Bacon se había convertido en otra persona. La prueba de fuego fue en uno de los lugares más concurridos de Los Ángeles, donde pasó desapercibido por completo. Sin embargo, el anonimato no resultó ser lo que Bacon había imaginado. "La gente me empujaba al pasar, no eran amables. Nadie me decía: 'Te quiero'. Tuve que hacer cola para, no sé, comprar un café o lo que fuera. Yo estaba como: 'Esto es una mierda. Quiero volver a ser famoso'", confesó el actor, que piensa seguir siendo famoso.
El deseo de Kevin Bacon de pasar desapercibido y su eventual arrepentimiento reflejan la dualidad de la fama. Mientras que la visibilidad pública puede ser agotadora, también trae consigo un sentido de reconocimiento y afecto que, una vez perdido, puede ser deseado. Suena paradójico, pero es así. En un mundo donde la privacidad es cada vez más un lujo, las experiencias de Bacon y otras estrellas subrayan los desafíos únicos que enfrentan los famosos al intentar llevar una vida normal.