El panorama automovilístico de España va a cambiar por completo en los próximos meses y años. La nuevas formas de desplazamiento, impulsadas por el auge de los vehículos eléctricos y las nuevas directrices de la Unión Europea sobre los combustibles fósiles, como la próxima norma Euro 7 que será efectiva en 2027, van a cambiar de forma forzosa el panorama del motor en nuestro país. Pese a la crisis de Tesla, los coches eléctricos parecen haber venido para quedarse aunque el hidrógeno viene pisando fuerte. Sea como sea, en Bruselas, quieren que el sector apueste por las energías renovables y eso implica la desaparición del diésel.
La Unión Europea apuesta por la movilidad en base a las energías renovables y atacará directamente al diésel en España
La UE lleva desde hace unos años impulsando legislaciones que fomentan la compra de coches eléctricos y otros vehículos con sistemas menos contaminantes, como los alimentados por pilas de hidrógeno -pese a que ésto es un brindis al sol en estos momentos-. Sea como sea, en Bruselas se intensificado el enfoque hacia la eliminación progresiva de los motores de combustión convencionales, estableciendo un cronograma para reducir gradualmente la presencia de gasolina y diésel en las carreteras europeas. Todos los fabricantes tienen esto en mente, pese a que hay resistencias en marcas tradicionales a la efectividad de esta medida.
La normativa, bautizada como Euro 7, no modifica los estándares de emisiones para los vehículos diésel (80 mg/km de NOx), pero sí establece nuevos parámetros para su mantenimiento a lo largo del tiempo y la distancia: deberán cumplir con estos niveles durante un período de 10 años o 200.000 kilómetros.
Además, por primera vez, se incluyen regulaciones sobre las partículas emitidas por neumáticos y frenos. Aunque es una medida importante, no es la más radical adoptada por el Parlamento Europeo en su búsqueda de una movilidad más ecológica.
La Unión Europea ha tomado una decisión contundente al respecto de los motores de combustión: a partir de 2035, quedará prohibida la venta de vehículos que utilicen gasolina o diésel en todos los países miembros, aunque podrán seguir circulando los ya existentes. España inicialmente había planeado adoptar esta medida en 2040, pero ahora deberá ajustarse al plazo establecido por la UE en solo once años. ¿Será posible? Muchos expertos lo ven como poco menos que imposible. Pero hay más. El golpe definitivo para los vehículos diésel llegará en 2050, cuando se prohíba totalmente su circulación en toda Europa, incluyendo España. Esa será la fecha límite.
¿Será posible? Es difícil saberlo. El panorama actual de coches presenta un desafío considerable, ya que durante el febrero pasado, casi el 56% de las ventas de vehículos en España correspondieron a diésel, mientras que los eléctricos puros apenas representaron el 1%. Aún queda mucho camino.
