En un movimiento estratégico que desafía las tendencias actuales hacia la automoción eléctrica, Renault y el grupo italiano Dumarey han anunciado una colaboración para el desarrollo de un nuevo motor diésel de 2.0 litros de cuatro cilindros. Un acuerdo que llega en un momento en el que se consideraban los motores de combustión en extinción.
A pesar del creciente impulso hacia la movilidad eléctrica, la alianza entre Renault y Dumarey refleja una visión compartida de que los motores de combustión interna aún tienen un papel significativo que desempeñar en el futuro del transporte.
La colaboración se fundamenta en la amplia experiencia de Horse en la producción de motores y el expertise de Dumarey en sistemas de propulsión avanzados y controles integrados, proveedor líder además de soluciones y tecnologías para cadenas cinemáticas de bajas emisiones. El objetivo es desarrollar un motor diésel considerado el "buque insignia de Horse", que cumpla con las normativas Euro 7 para vehículos de tracción delantera y Euro 6 para tracción trasera.
Motores de hidrógeno
El anuncio de esta colaboración ha sido bien recibido en la industria, con expectativas de que siente las bases para futuras cooperaciones en el desarrollo de tecnologías de combustibles bajos en carbono, incluyendo la exploración de motores de combustión interna alimentados con hidrógeno. Este enfoque refleja un compromiso con la sostenibilidad y la innovación, apuntando a soluciones que equilibren la eficiencia energética con la reducción de emisiones.
El consejero delegado de Horse, Patrice Haettel, ha reflexionado a Vozpópuli, que "no existe una solución única para un futuro sostenible". Por su parte, el director de Tecnología del Grupo Dumarey, Pierpaolo Antonioli, asegura que ante la transición energética y la prolongación de los ciclos de vida de los productos, deben ser pioneros en soluciones innovadoras que combinen a la perfección la eficiencia de la tecnología de los motores de combustión interna con la sostenibilidad de la descarbonización.
La iniciativa conjunta de estas dos empresas no solo subraya la continua inversión en la mejora de los motores diésel, sino que también abre el diálogo sobre el papel del hidrógeno y otras tecnologías emergentes en el futuro de la movilidad. Mientras la industria automotriz avanza hacia la electrificación, este acuerdo recalca la importancia de mantener una perspectiva amplia sobre las soluciones energéticas, reconociendo que la transición hacia un futuro más sostenible requerirá una diversidad de enfoques y tecnologías.