El Departamento de Estado de EE.UU ha instado a una evaluación de seguridad "rigurosa" ante el plan conjunto propuesto por Rusia y China para establecer una base lunar alimentada por energía nuclear en la próxima década. La iniciativa, que busca instalar una estación de energía nuclear en la superficie del satélite que podría eventualmente soportar asentamientos lunares, ha sido anunciada por Yuri Borisov, jefe de la agencia espacial rusa Roscosmos, según afirma Reuters.
Entre 2033 y 2035
Según Borisov, el proyecto podría llevarse a cabo "en algún momento para el cambio de 2033-2035", marcando un paso significativo en la cooperación espacial entre las dos potencias y posiblemente alterando el equilibrio de la exploración espacial global. Aunque el Departamento de Estado estadounidense ha reconocido estar al tanto de los planes de la República Popular China (PRC) y Rusia para una Estación Internacional de Investigación Lunar, no se ha sugerido que el proyecto tenga un componente militar. Sin embargo, el Instituto para el Estudio de la Guerra ha sugerido que las declaraciones de Borisov son "indicativas de relaciones en calentamiento y la disposición china de fomentar una asociación estratégica a largo plazo con Rusia para postularse contra y posiblemente amenazar a Occidente".
Este desarrollo llega en un momento en que las preocupaciones de Estados Unidos sobre la militarización del espacio se han intensificado, especialmente después de que legisladores estadounidenses instaran al presidente Joe Biden a desclasificar información sobre una "amenaza seria para la seguridad nacional", supuestamente un arma antisatélite nuclear rusa.
Este proyecto pretende superar los desafíos energéticos asociados con las futuras colonias lunares, donde los paneles solares por sí solos no serían suficiente para suministrar una fuente de energía confiable y continua. La decisión de optar por la energía nuclear se basa en su capacidad para proporcionar una cantidad significativa de energía, esencial para sostener no solo la investigación científica y la exploración, sino también posibles asentamientos humanos a largo plazo en el entorno lunar extremo.
¿El resurgir de antiguos ententes?
La cooperación estratégica en el espacio entre Rusia y China no solo ha generado alarmas en Occidente sino que también ha reforzado la necesidad de una transparencia y prácticas de seguridad rigurosas en el desarrollo y despliegue de reactores nucleares en el espacio exterior. Según un portavoz del Departamento de Estado, la postura de Estados Unidos promueve un enfoque abierto, transparente y colaborativo en la exploración y uso del espacio exterior, creando un ecosistema dinámico e innovador que beneficia al mundo entero. Tanto EE.UU, Rusia como China son miembros del Comité de las Naciones Unidas sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos (UNCOPUOS), y se espera que cualquier lanzamiento de sistemas nucleares espaciales cumpla con análisis de seguridad rigurosos e informados por el riesgo.
Este llamado a la prudencia y la colaboración llega en un momento crucial para la exploración espacial, donde la carrera por establecer una presencia sostenible en la Luna se está intensificando. Con planes por parte de la NASA de regresar humanos a la Luna para 2026 dentro de su misión Artemis, y la cooperación ruso-china que contempla la instalación de una planta nuclear en la Luna, el debate sobre el uso de la energía nuclear en el espacio está más vigente que nunca.
