La primera fotografía submarina de la historia se realizó en nuestro país en 1870. Increíble, ¿verdad? Eduardo Rolland, periodista e historiador, fue quien llevó a cabo este descubrimiento hará alrededor de unos cuatro años. Las primeras imágenes de arqueología subacuática aparecieron por pura casualidad en 2020 en la buhardilla de una noble familia francesa e incluían un retrato de la campaña de Hippolyte Magen para rescatar los galeones de Rande: "Estamos ante unas fotos que son un tesoro a todos los niveles", comentó Rolland en declaraciones pasadas recogidas por El Mundo. "Aparecieron en una buhardilla de París y tras ser catalogadas fueron subastadas; uno de los lotes, titulado ingeniero Ernest Bazin, es el que se corresponde con las fotos de Vigo".
Las primeras imágenes subacuáticas de la historia se realizaron en Vigo en 1870 a manos del conocido como 'Edison francés'
En este mismo artículo podéis echar un vistazo a una de las imágenes más importantes, que en su momento fueron adquiridas por el ayuntamiento de Angers y Rolland se encargó de recopilarlas en un mismo libro para conservarlas. La mencionada campaña liderada por Hippolyte Magen para rescatar los galeones de Rande era una búsqueda de tesoros muy cotizada por aquel entonces: "En aquella expedición se estrenaron algunos adelantos tecnológicos muy importantes".
Si echáis un vistazo a la captura que tenéis bajo estas líneas, podréis ver avances tan notables como los buzos del siglo XIX en acción: "Hay tanto contexto en esta foto, el respirador Rouquayrol que llevan los buzos es la primera vez que se fotografía, una foto tomada tres años antes de que se hubiese presentado en la Expo de París", decía Rolland.
Ernest Bazin, un inventor conocido como el 'Edison francés', fue el responsable de esa primera fotografía submarina que ha pasado a la historia. Bazin estaba obsesionado hasta más no poder con el tesoro que guardaban las aguas de Vigo en su interior, la plata de Rande (un tesoro que al cambio se componía de más de 75 millones de euros), y para ello llevó a cabo una serie de inventos específicos que sirvieron, a posteriori, para dar forma a la exploración subánutica tal y como la conocemos actualmente: desde observatorios submarinos hasta medios para iluminar las profundidades marinas y herramientas especiales para desenterrar barcos. Esta parte de la historia se encontró por casualidad en una buhardilla francesa, y de no ser por esa suerte, el trabajo de Bazin jamás se hubiera hecho tan popular.