Argylle ha sido un fracaso mayúsculo en cines. El nuevo filme de Matthew Vaughn, cineasta responsable de Kick Ass o Kingsman, con actores y actrices como Henry Cavill, Bryce Dallas Howard, Dua Lipa, Samuel L. Jackson, Sam Rockwell y Bryan Cranston, no ha cubierto las expectativas. La crítica se ha cebado con el proyecto y el público no ha acudido a las salas de cine, dejando un filme con un prepuesto de más de 200 millones de dólares más el montante de su promoción, con una recaudación inferior a los 35 millones de dólares. Este descalabro supone un nuevo golpe para Apple en cines, que no levanta cabeza. Pero, ¿es preocupante?
Un filme de espías que lo tenía todo para triunfar pero que demuestra que el cine está de capa caída
Pese a los casos sonados de Oppenheimer y Barbie el año pasado, lo cierto es que las películas originales en cine tienen graves problemas para ser rentables, sobre todo si no forman parte de sagas asentadas. Este arranque de 2024 ha sido complicado, y la recaudación del último fin de semana en los cines de Estados Unidos ha sido un 18 % inferior a la obtenida el año pasado.
A eso hay que sumarle que estamos a las puertas de una Super Bowl que se prevee histórica y que suele marcar un fin de semana de poca recaudación en las salas. En este escenario, <i>Argylle, pese a ser un filme de espías con un reparto espectacular, no ha tenido suerte.
Supone un nuevo tropiezo para Apple en cintas de gran presupuesto, ya que son tres películas seguidas las que arrojan malos resultados financieros para la manzana en su paso por los cines. Primero fue Los asesinos de la luna, un filme de Martin Scorsese que ha triunfado en premios y tiene diez nominaciones a los Óscar, pero cuyo presupuesto, historia y reparto no logró atraer al público suficiente a la cartelera. Desgraciadamente, apenas unas semanas después, llegó Napoleón, de Ridley Scott con Joaquin Phoenix, un drama histórico que se preveía un pelotazo absoluto y que se ha quedado un poco en tierra de nadie pese a imponerse a otras competidoras.
Son dos proyectos que acumulan más de 200 millones de dólares en presupuesto, y cuyas recaudaciones no han sido especialmente boyantes. En el caso de la cinta de Scott, hablamos de 219 millones y en el de Scorsese, unos 156 millones.
Haciendo un cálculo, para que estas películas fuesen grandes éxitos en recaudación en su paso por los cines, tendrían que tener cifras cercanas o superiores a los 500 millones de dólares. Una recuperación de la inversión más un cierto beneficio. Esto deja a Apple en una situación delicada pero no grave, como explican en The Hollywood Reporter.
Cualquier otra empresa de Hollywood estaría en problemas, pero Apple juega en otra liga. Es un golpe financiero duro, sí, pero los de Cupertino necesitan este tipo de producciones para otro tipo de circuito más allá del cinematográfico: el del streaming. El gigante de la tecnología necesita estrenar sus películas en cines, recibir premios y caché como productores y, al mismo tiempo, rentabilizar sus proyectos en su servicio de streaming, Apple TV+, espacio el cual están revitalizando con un catálogo cada vez más potente. ¿Una muestra? Los amos del aire. Les interesa generar impacto, multiplicar cifras de suscriptores y dar que hablar, aprovechar el momentum de un producto cultural y conseguir que el interés generado se transcriba en ingresos por membresías. ¿Saldrá bien?