Corría el año 1988 cuando Tom Cruise protagonizó una de las películas más icónicas de la década, un filme dramático bastante inusual en su carrera si echamos la vista atrás desde la actualidad que, no obstante, se ganó el corazón del público rápidamente por una interpretación inolvidable de la otra co-estrella de la función, un Dustin Hoffman entregadísimo en su difícil papel que hizo historia.
¿De qué largometraje hablamos? Por supuesto, nos referimos a la excelente 'Rain Man', obra que logró alzarse con el Premio Óscar a la Mejor película y que Amazon Prime Video ha rescatado recientemente en su catálogo de streaming para suscriptores.
'Rain Man' es un fenomenal drama sobre el autismo que no te puedes perder
La sinopsis de 'Rain Man' que nos ofrece la ficha de Prime Video es la siguiente: "Charlie Babbitt se entera de que el beneficiario de la herencia de su padre es su hermano Raymond".
De entrada podría parecer que el argumento de 'Rain Man' es cosa menor, uno de esos guiones que se desarrollan sin mucho esmero en telefilms baratos... Pero nada más lejos de la realidad. 'Rain Man' cuenta con una historia muy bien escrita sobre la relación de dos hermanos que son muy diferentes. Tom Cruise da vida a Charlie Babbitt, un empresario joven y ambicioso que tras la muerte de su padre descubre que tiene un hermano mayor al que le ha quedado toda la herencia. Indignado y confuso, Charlie se dispone a conocer a Raymond, pero su sorpresa se vuelve todavía mayor cuando se entera de que es un hombre con autismo que vive en un centro especial.
Dustin Hoffman interpreta, cómo no, al excepcional Raymond, y es la pieza fundamental por la que la película funciona. Todos sabemos que un papel de estas características es complejo y puede caer en lo ridículo fácilmente. Sin embargo, Hoffman, después de una larga preparación, dotó de enorme convicción, ternura y sensibilidad a Raymond, añadiendo numerosos tics, manías y gestos a su actuación, así como una voz muy particular. Todos estos detalles en conjunto dotaron a Raymond de verdadera credibilidad y le sirvieron a Hoffman para ganarse la admiración de la audiencia y el respeto de la crítica, pues finalmente el actor ganó el Óscar por su impresionante trabajo.
Con todo, hay que decir que Tom Cruise también se desenvuelve con gran acierto en su personaje. Y es que la película es un toma y daca entre los dos actores que se eleva por la buena química que surge entre ambos a lo largo del metraje. Al final del día, el personaje de Cruise es esencial para la historia, ya que sirve de ancla emocional con el espectador y es con él con quien hacemos este viaje por carretera de descubrimiento mientras aprendemos poco a poco cómo es la vida con autismo de su hermano.
En este sentido, 'Rain Man' es un largometraje muy especial. No hay muchas películas que hayan llegado al público masivo y hayan sido un éxito de taquilla en las que se nos cuente cómo es la vida de alguien con autismo. El personaje de Hoffman está inspirado en Kim Peek, un prodigioso autista reconocido como uno de los más increíbles savant, es decir, un autista con capacidades intelectuales asombrosas que era capaz de realizar cálculos impresionantes o recordar más de 12.000 libros, pero sufría incapacidades para llevar a cabo tareas básicas y era dependiente en su día a día.
Si bien Raymond, al igual que Kim Peek, es un caso extraordinario y fuera de lo común en el autismo que no hay que tomar como referencia al pie de la letra, sí es cierto que acercó un poco más al público a un personaje neurodivergente y ayudó a dar a conocer mejor esta clase de cuadros psicológicos, fomentando incluso que con el tiempo hayamos tenido más películas que abordan este asunto, como la también conocida 'Yo soy Sam'.
Resumiendo, 'Rain Man' es una película magnífica y todo un clásico de los años ochenta. Una lección sobre la bondad, la generosidad y el entendimiento mutuo pese a las rasgos que nos hacen diferentes, todo ello encapsulado en una road movie entretenida con varias secuencias inolvidables, grandísimas actuaciones y más de un momento para sonreír y reír. Si no la habéis visto, no deberíais perdérosla.
